Remik González es uno de los raperos más propositivos de la actualidad urbana. El músico oriundo de Tijuana pero radicado en CDMX, presentó su décimo disco “Mis Demonios”, y sobre eso y otros temas, platicó con La Banda Elástica. El álbum ha sido para Remik un trabajo de creación sobre claroscuros, en el flow de las dos discordancias; el yin y el yang; lo blanco y lo negro, lo bendito y lo maldito. Como esa realidad que vive en nosotros, y que emerge frente a diversas situaciones límite.
¿Los días previos a un show importante?
Las fechas se vienen de volada, y yo pues tranquilo, es una chinga mental y física, no me alcanza el tiempo pa’ nada. Ahora tengo que andar en los ensayos, en las entrevistas. Sobre todo le bajo a la weed y no tomo casi nada de alcohol. Además, el ejercicio ayuda para andar al 100%.
Tú eres originario de un barrio de Tijuana. El hip hop tuvo un auge en NY, donde surgió, ¿tus influencias son más del lado de rap mexicano o del clásico de USA?
La verdad es que sí temgo influencias de este lado, pero por otro lado también estaba empapado de gente chicana, como Mr. Shadow, Duende pero también Control Machete o Cártel de Santa eran parte de mis escuchas. El rap chicano fue lo que más me pegó.
Entonces las letras en español siempre te influenciaron más…
Sí, era el tipo de rap con el que me identificaba y solo hip hip, sino lo que sonaba en Tijuana en las calles.
El arte de tu disco está increíble…¿de dónde viene?
El arte lo hizo un compita que es grafitero y rapero de Aguascalientes, ahí lo pueden buscar en la red, se llama Don Calavera, se la rifa para el arte. Yo quise reflejar en la portada cómo la maldad a veces me gana, pero en la contraportada dejo claro que Dios siempre está presente.
Bueno, el título del disco es muy revelador…
Pues contrario a lo que parezca, el título de “Mis demonios” no es de pura maldad o cosas negativas, pero solo en la primera canción hablo de eso y en las demás canciones hablo de ese equilibrio del bien y el mal que hay en mi cabeza. De hecho una de las canciones se llama “Ying & Yang”.
¿Es un disco confesional?
La verdad es que siempre que canto es cuando traigo algo en la cabeza, o cuando se me ocurre alguna maldad (ríe). En este disco plasmé todo lo que me pasó durante un año, enojos, corajes y una que otra rola solo para fumar y cotorrear. Es un disco que se trabajo durante un año, en el que hubo un chingo de contrastes y de altas y bajas.
¿Te gusta la etiqueta que te han puesto, de Rap Malandro?
Sí, es un rama del rap, pero que cante algo así, no significa que pueda cantar sobre temas más tranquilos, algo romántico, de mi lucha, de rehabilitación. La gente ha sabido apoyar este género a través de las redes (como hemos visto con algunos proyectos nuevos de hip hop latino)
¿Vives en Guadalajara en Tijuana?
No, ya estoy en CDMX, firmé con Warner Chappel y está cabrón tener lejos al team. Eso sí, siempre se extraña, Tijuana es pura fiesta y vagancia, es todo lo que hacía allá, cuando estaba empezando, ya estaba en ese ambiente de morritas, drogas y fiestas, pero me vine al sur porque estaba valiendo madres, eso me estaba absorbiendo. En ese tiempo no había quien hiciera videos chidos.
¿De dónde viene el alias de Remik?
La verdad es que viene que antes de conocer a mi amigo el “micro” me gustaba mezclar rolas. Y bueno, viene de ahí, en lugar de “remix”, le metí el estilo cholo de Tijuas al nombre de “remik”.
Creo que ya no se ven tantos cholos como antes, ¿ha cambiado la cultura chola?
Fíjate que no tanto así, no creas, no se dejan ver tanto pero la gente ahí está. Yo vengo de ahí, el que ya no los veas eso no quiere decir que no esté, el barrio bajo siempre va a existir. Por eso de las redes ellos bajaron su perfil, porque cualquier cosa, se sabe y la plaza los calma. Lo que se quitó es que ya no se les ve tomando caguamas en la esquina, porque ya molesta mucho la policía, se volvió bajo perfil pero la banda ahí está.