En el marco de sus recientes presentaciones en Estados Unidos y México al lado de La Castañeda, La Cuca y los ex de Santa Sabina, platicamos con la legendaria cantante mexicana Kenny, quien al lado de Los Eléctricos, sigue rockeando. La artista nos contó sobre sus proyectos, su documental y sus próximos lanzamientos, además de que le da un guiño a la nostalgia recordando sus días en L.A. y en México en los años 80 cuando se tuvo que enfrentar a machismo. Aquí la entrevista.
Después de tantos años, ¿aún se siente la misma emoción de cantar en vivo?
Sí, es definitivo, amo lo que hago y en cada show le pongo todo, como si fuera la última vez que me voy a subir a un escenario y con total entrega.
Con pocas la cantantes que manejan tan bien el escenario…
Cuando empecé éramos pocas, éramos contadas las mujeres, de hecho en el mismo público no había muchas mujeres en los conciertos de rock. Creo que sus papás no las dejaban ir, pensaban que era muy peligroso, pero a través de los años las mujereres estamos muy empoderadas y no sólo en la música ¡en todo! Hasta ahora creen en nosotras mucho más que antes.
¿Tú comenzaste en L.A. verdad?
Sí, yo vivía en Los Ángeles, estudiaba música y tenía mi maestro de canto que era experto en ópera, estuve casi 4 años y cuando volví a México, regresé bien pulidita.
Creo que en los años 80 no había muchas cantantes de rock en México
Cuando llegué a México y dejé L.A. éramos 3 mujeres: la bajista, una canadiense; la tecladista, una norteamericana y yo. Y sí impactábamos cuando llegamos. En la radio si no cantabas en inglés no te programaban.
¿Cuándo Kenny & The Electrics se volvieron Kenny y Los Eléctricos, fue por buscar una identidad latinoamericana?
Mira, yo creo que fue cuando empezó a ser un negocio el rock. La gente pensaba que era un hobby, pero es una carrera como cualquier otra. Cuando llegaron los españoles y los argentinos fue que todas las bandas mexicanas nos pusimos las pilas y empezamos a cantar en español.
¿Sientes que había mucho machismo en esa época de Comrock?
A mí me decían “cómo vas a cantar rock, ¡las mujeres no cantan eso!, cantan baladas”, era un mundo vernáculo. Ya voy a cumplir 45 años en el rock y mucha gente dice “esa vieja sólo tiene un éxito”, y sí, pero acá sigo cantando y cuál es el problema, creo que somos privilegiados los que hacemos lo que realmente nos gusta, y no sólo por dinero.
¿A ti te gustaban Luz Casal, Alaska y esas cantantes españolas?
Claro, Luz grabó una canción mía. Yo la grabé en inglés, “A woman in love” y ella la grabó en español y para mí fue un honor, ella le puso “Voy a por tí” y ahora yo la canto mitad y mitad, en inglés y en español.
¿Viene un documental con tu historia no?
Lo estamos armando, estará muy divertido. Además estoy haciendo nuevas canciones, como decía Bowie: Renovarse y morir. El nuevo sencillo se llama “Perdóname” y trae cuerdas y saxos, lo voy a masterizar en Inglaterra en Abbey Road y por supuesto que iré a grabar a Londres.
Es mítico ese estudio de The Beatles y Alan Parsons. De hecho, hay un hilo conductor entre Alan Parsons y tú, porque Aleks Synteks, que tocó en Los Eléctricos contigo, igual colaboró con Parsons…
Sí, qué increíble ¿no? El buen Aleks grabó conmigo “No huyas de mí (Tengo roto el roto el corazón)”, yo lo quiero mucho, es un gran músico.
¿Leí que comenzaste haciendo coros para Verónica Castro, no? Pero sí cantas mejor que ella…
¡Ella ni cantaba, cantaba feo! Y sí, yo empecé con Verónica, fue una experiencia bonita, no me arrepiento de ello.
¿Hay algo de lo que te arrepientas?
No, si te arrepientes es que no lo viviste bien ¿no? Y la verdad estoy contenta porque si cantando.
Apenas vi que cantabas salsa en un dueto
Sí, es que una cantante argentina hizo una versión de “No huyas de mÍ” en ese ritmo y bueno, me salí de mi zona de confort. Y me encantó, aunque es diferente al rock, tiene su onda, es más sincopado, estuvo padre la experiencia. Hoy en día no te puedes encerrar, gracias a un disco de música mexicana y mariacho que grabé (“Con tequila en la sangre”) pude ir a tocar a Alemania, a Berlín y Hamburgo, fue una experiencia increíble.