Andrés Canalla, conocido por su innovador enfoque en la música mexicana contemporánea, prepara su esperado álbum “Mestizo”, una audaz resignificación de la mexicanidad. Canalla nos ofrece una perspectiva fresca y positiva de la cultura mexicana, fusionando sonidos tradicionales con elementos modernos. Platicamos con el artista que fuera parte del grupo de punk Tungas.
¿Cuánto tiempo llevas con el proyecto de Andrés Canalla?
Comencé en 2018 me parece, y bueno, son 6 años interesantes.
¿Cómo se dio la colaboración con Pepe Madero?
Nos conocíamos de la época punk-rockera, no tocamos nunca con mi banda, pero a él le gustaba el grupo y era muy buena onda conmigo. Cuando comencé a sacar mis canciones como solista nos hicimos amigos, al mismo tiempo que él dejó a Panda. Si yo compongo algo se lo enseño, venimos de la misma escuela, del mismo tipo de rock.
¿Cómo se pasa de ser punk a cantar música regional mexicana?
Para mí es muy normal, yo desde que recuerdo siempre me ha gustado la música mexicana, mi papá escuchaban mucho Vicente Fernández y El Recodo, y bueno, yo me metí a la música por el punk, que como tú sabes es una escuela muy chida porque nos permite a todos tocar música más allá de que seas un virtuoso. Luego quise explorar otra cosa y regresé a lo básico, tocar canciones acústicas. Luego, en plena pandemia, me di tiempo para replantearme cómo me veía a mi mismo y era más que un músico punk, me desconecté de todo lo rockero.
¿Cómo fue esa desconexión?
Pues me di cuenta que soy mexicano y que llevaba años haciendo música que no tenía nada que ver con mi música y cultura. Pensé que me encantaba Joan Sebastian y que reté a componer una canción en ese estilo. Sigo aprendiendo, porque viniendo del punk, el nivel es otro; la música mexicana tiene un nivel muy alto.
¿Y cómo han reaccionado los fans de tu proyecto de Tungas?
No les gusta, no lo aceptan. Nunca hemos explicado porque estabamos parando, y nadie de mis demás compañeros decidió dedicarse a la música, pero yo me aferré a hacer música; la gente queda con un vacío, pero la banda no le hemos terminado, hemos tocado cuando hay una ocasión especial, pero algunos de los fans sienten que les debo algo cuando en realidad no, ahora mismo no me sentiría haciendo música que tiene una energía más adolescente.
Pero tenemos a Blink-18
Sí, pero yo no me sentiría a gusto cantando de problemas juveniles y con ropa adolescente. No me sentiría congruente conmigo mismo, creo que una parte chida de crecer es aceptar que creciste.
Supe que integraste Inteligencia Artificial en una de tus canciones, ¿se vale en el arte?
Sí, lo entiendo. Esta canción la compuse el año pasado, y primero no sabía si era para mi disco o no. Cuando la empecé a producir vino una chica a grabar al estudio porque quería una voz de mujer. Al final ella no pudo quedar, y no encontraba a alguien que ad hoc, fue una herramienta increíble, me sorprendió, suenan mejor que las voces humanas grabadas. Una de las máximas de la producción es que cuando algo funciona, ya no le muevas. La verdad es que la IA me resolvió algo por mí que fue terminar una canción.
¿Cómo compositor cuáles son tus objetivos?
Que me grabe Christian Nodal, por ejemplo. Es la mejor época para hacer música, tenemos todas las referencias para hacerlo, samplers, podemos hacer todo en casa y que suene de primer nivel.
Tu mensaje es diferente al que se estila en el regional mexicano, no hablas de buchonas ni de andar en una troca
Al final, todos vamos a ser víctimas de nuestro inconsciente colectivo. Yo respeto mucho a esos artistas, me gusta su música pero no comulgo con ciertos valores, y creo que eso se puede cambiar poco a poco; por eso para mí esto es Regional Alternativo, que debes tener una alternativa para lo que está escuchando la banda. El mensaje es lo más importante, y eso me conecta aún con el mundo del punk, sigo haciendo eso pero desde otro sonido. Esa no es mi realidad finalmente.
¿Cómo es un show tuyo?
Pues he abierto shows para artistas de rap y al principio se saca de onda la gente, pero luego, comienza a salir su mexicanidad, todos rockeros y con playeras negras, pero ya estaban cantando. Tiene poco que llevo este formato al escenario; yo no conozco a ningún mexicano que no esté orgulloso de ser mexicano, al final nuestra música no queda fuera, a todos nos gusta el mariachi, la banda…
No a todos, por ejemplo, a mí no me gusta la banda y soy bien mexicano…
Claro.
¿Te tocó convivir en la época que Juan Cirerol estaba despuntando?
Sí, nos tocó estar juntos en conciertos muchas veces. Él igual viene del punk, iba a estar en una de este disco, pero no le dio confianza estar en este disco, él quería hacer algo más folk. Yo tocaba antes así, más Bob Dylan del principio. Estoy feliz de está sobrio y retomando el camino que había perdido; creo que tocó en CDMX, estuvo lleno, y ya lo perdonaron por el tema del temblor. Al final la capacidad de perdonar es lo que nos hace ser buenas personas, yo soy de CDMX y la verdad es que no me ofendí, y pues él tenía problemas de adicciones en ese momento y pues no hay que tomarse nada personal.
¿Tu música sigue sonando chilanga pese a las influencias del norte?
Así, mi input y mi cosmovisión, más allá de que somos mexicanos, hay algo que no sé ni qué es, pero tiene algo chilango muy citadino.
