Tradición y Fusiones. Destacados 2021. La Banda Elástica

Tradición y fusiones : Destacados 2021

Del flamenco al son jarocho, de la cumbia amazónica al tango, del landó a la ranchera, te presentamos algunos de los sonidos globales latinos más memorables surgidos en el año por terminar.

Latinoamérica y España tienen la bendición de esa música que ha surgido desde siempre en sus muchas regiones, una gama inagotable de estilos que se mantienen vivos a través de su tránsito por distintas generaciones que los abrazan, los celebran y los reinventan.

La lista es interminable, del flamenco al son jarocho, de la cumbia amazónica al tango, del landó a la ranchera. Sonoridades y estéticas que también son materia prima para nuevos experimentos musicales.

A continuación, algunos de los más memorables surgidos en el año por terminar.


Inclasificable. No hay otra palabra para describir el sonido de este par de españoles que se han afianzado (léase “desde la tradición”) en la vanguardia de la música de su país y más allá.

Si bien hay en sus voces e instrumentaciones ese rocío que parece provenir de las raíces de una tradición milenaria, Clamor (2021, obvio) despunta por su sonido contemporáneo.

Un sonido que, pese a ser en gran medida sintético, elaborado con sintes, samplers y programaciones, no se percibe frío de ninguna manera sino todo lo contrario, cálido como la piel, como el café, como el aliento.

Y si bien hay canto al uso del medioevo (“Cant de la Sibil-la”, en la que participa por cierto la estadounidense Holly Herndon), como un anclaje para poder incluirlo en esta lista, por lo demás el álbum resulta innovador, original, futurista, irrepetible vaya.

Lo suyo es de nadie más.


Un caso excepcional el de esta peruana que ha dejado parte de su legado en dos de los sellos más importantes en la difusión de sonidos del mundo, antes el Luaka Bop de David Byrne y hoy el Real World Records de Peter Gabriel, un logro que sólo los mexicanos Los de Abajo consiguieron previamente.

Y es que la valía de su obra merece los más luminosos reflectores. Hoy, su Palabras urgentes marca de nuevo alcance en su producción, en el momento quizás más alto de su carrera.

A sus 77 años, ella combina canciones propias —co-escritas con amigos— con interpretaciones, dando forma a un disco que cae rotundo en la coyuntura por la que camina la humanidad.

Echando mano a una amplitud de sonoridades que van de la música afroperuana a la milonga, Susana Baca nos revela que en su corazón palpita Perú, pero también Latinoamérica entera.


La genialidad del español recae en el hecho de haber acercado en su álbum El madrileño, varios mundos musicales que parecían distantes, exhibiendo de nuevo la maleabilidad que tiene el flamenco para fusionarse con otros géneros, el trap entre ellos.

Además, el grupo de invitados de lujo que aquí se reúnen, del puertorriqueño José Feliciano al brasileño Toquinho, y del argentino Andrés Calamaro al uruguayo Jorge Drexler, resultan un lujo del que no cualquiera puede jactarse.

Y si todo ello no fuese suficiente, C. Tangana además remató su lanzamiento con ese clip producido para el programa Tiny Desk Concerts de la NPR estadounidense en el que hace evidente la sonora y emotiva electricidad que irriga sus venas.


Varios universos musicales colapsan sacando chispas en la música del proyecto que encabeza el colombiano Felipe Gómez Ossa.

En una esquina están el rock, el reggae, el dub y la música pop, en otra un arsenal de sonidos extraídos de la tradición musical de su país, de estilos como la cumbia y la salsa.

Con todo ello Sonoras Mil, el proyecto que con Agüeros da continuidad a su celebrado álbum debut, ensambla una música de fusión a ratos inclasificable que sirve de envoltorio a letras que de igual manera irradian frescura, ocasionando un desbordamiento de la imaginación.

Una de sus especialidades es la de concebir canciones con total potencia musical, que resultan virulentas a la hora de invitar a mover el cuerpo como “Cizaña Piraña” y “Todxs somos Raskolnikov”, dos de las más intensas del álbum, contrapeso de otras que van más hacia la emoción como “Tonada de bienvenida y despedida” y “Fascinaciones”.


El proyecto de Alejandro Guillén recoge sonidos gallegos de raíz para combinarlos con beats, dando como resultado un híbrido que nos invita a viajar a esa tierra dueña de paisajes muy propios y de una lengua ancestral poseedora de una singular musicalidad, que en sus manos suena futurista y tremendamente rítmica.

Embruxo es su segundo álbum, en el que uno de los logros es el juego que hay entre los golpes de percusión orgánica y los que aportan las tecnologías electrónicas, una combinación que da fuerza a cada track del álbum, haciéndolo ideal para la fiesta y la pista de baile.

Un experimento que nos acerca a una cultura cargada de referentes, hecho con un impulso que la hace sonar enteramente vanguardista.


La amalgama de sus dos pasiones, es decir la música de su tierra y el hip hop, dan vida a la propuesta de Telmary, quien con Maradentro alcanza su tercer larga duración.

La rapera y cantante cubana, dueña de un envidiable flow, no puede sacudirse el empuje de los ritmos que escuchó desde su infancia. Así, su música es una erupción de cadencias tropicales y rimas que van y vienen por sus canciones.

Pero más allá de lo que ella aporta por sí sola, Maradentro ofrece además una lista increíble de colaboraciones que lo hacen el disco más ambicioso y colorido de los que tiene a la fecha.

Están aquí, entre otros, la gran Omara Portuondo, Ana Torroja, Yusa y Kumar, por mencionar algunos.


Con la etiqueta “folclore futurista” este colectivo de Sevilla define el genial experimento sonoro que llevan al frente, en el que sonidos de la tradición andaluza se funden con otros provenientes del rock y la electrónica.

La Contraçeña, su segundo álbum, intercala canciones y piezas instrumentales. Pero si bien el flamenco y sus señas de identidad es uno de sus recursos, lo que ellos cocinan va más allá, buscando en otras herencias distantes de la música por excelencia de esa región española.

Baste escuchar “Canelita en rama” o “La bía en roça” para confirmarlo.


La cumbia psicodélica peruana tiene en Hit la Rosa a uno de sus más importantes renovadores. Mucho de lo que el septeto limeño aporta a ese universo musical está ligado a la visión de su vocalista Chaska Paucar quien imprime una personalidad no muy común a un género poblado de voces masculinas.

Ceres entrópicos, su segundo álbum, reúne siete tracks que además de inclinarse a la chicha incluyen otros aires.

Por ejemplo, la romántica “La marea” evoca más bien el sonido de Los Ángeles Negros, para luego virar de nuevo hacia lo bailable, combinando bolero oscuro, cumbia y salsa con oficio y artificio.


En la tradición más característica del Pacífico colombiano, Bejuco arranca con una propuesta que busca generar nuevos resultados, a la cual llaman “bambuco beat”.

Así, si voces, marimba y percusión amasan la materia prima de su sonido, su actitud e irreverencia los llevan del bambuco y el bunde a otros escenarios musicales en los que se percibe de igual manera ecos del funk y el gospel.

“Curao”, el primer track de Batea, su disco debut, no niega la herencia de los ritmos negros de esta numerosa agrupación que no escatima en creer en los poderes curativos de la música que transmite verdades y buenas vibraciones.

“Agua” instaura un diálogo intermitente y poderoso entre marimba y batería, instrumentos que simbolizan la carga tradicional de su música por un lado y la búsqueda de un sonido con alcance universal por otro.


Transitando el mismo sendero de esos renovadores del tango como Gotan Project o Bajofondo, esta agrupación radicada en el área de la Bahía (California), ha confeccionado un álbum poderoso y sublime a la vez, en el cual el tango exhibe todo su encanto y su músculo musical.

Así, en “Reflexión”, su track inicial, Los Tangueros comunican pasión y arrebato. Por su parte, “El rumbo de mi corazón” exhibe experimentación al incorporar acentos del hip hop, mientras que “A Pampa Cortés” se salpica de beats.

Y “La historia de Zola Lápiz” busca renovación mezclándose con flamenco y jazz, a través de un encontronazo de colosos del que todos salen salvos y reconciliados.