Rulo Godar & Nación Wiphala. La Banda Elástica

Rulo Godar & Nación Wiphala: Recorrer el mundo para liberar la música y el espíritu

Rulo Godar & Nación Whipala presentan un disco brillante en el que diez canciones se empapan de evocaciones al entorno natural, a los saberes ancestrales y a las historias que se contaban alrededor de una fogata nocturna, montada tanto en las planicies de la pampa como en las zonas andinas, cuyas sonoridades también influyen en el resultado.

Para todos aquellos a los que nos apasiona la historia del rock latinoamericano y  rastrear el legado de las grandes figuras de su historia en las nuevas generaciones, la aparición de una canción tan emotiva como “Mujer Albahaca” es todo un acontecimiento, pues evidencia una herencia muy afortunada del estilo, nada menos, que de Luis Alberto Spinetta, ese talento inconmensurable de la música argentina.

“Mujer Albahaca” es una de esas canciones que van ganando en intensidad y consiguen encender al escucha a través de un canto que es a la vez profundamente respetuoso con la naturaleza (una especie de “torch song” ecologista).

Se trata del corte de apertura de En la luz, editado por el sello Ultrapop en 2021, que abre con la voz de una mujer que cuenta: “Así se hace el paisaje…” y luego nos lleva hasta “un rebaño de nubes y un árbol solitario”.

Y con ello consigue establecer desde su comienzo otra de sus cualidades… En la luz es un álbum que se funde con la tradición oral y de una manera con la literatura. Estamos ante un rara avis en el panorama latinoamericano, que, por si fuera poco, también sabe incorporar unos palmeos muy emocionantes y que acompañan al cantante, quien antes tuviera una carrera en el grupo La nieta de Godar (hasta dejarlo en 2016).

Ahora Rulo Godar & Nación Wiphala presentan un disco brillante en el que diez canciones se empapan de evocaciones al entorno natural, a los saberes ancestrales y a las historias que se contaban alrededor de una fogata nocturna, montada tanto en las planicies de la pampa como en las zonas andinas, cuyas sonoridades también influyen en el resultado.



Es así como En la luz encontramos también estructuras que van más allá de Spinetta, dado que también nos hacen acordar del valioso trabajo de Lisandro Aristimuño -figura del folk argentino- como de algunos pasajes de lo que ha hecho últimamente Gustavo Santaolalla.

A lo largo de esta decena de canciones hay rock pop, pero combinado con desplantes electrónicos y una manera un tanto dramática de cantar que le aporta peculiaridad; e incluso hay algunos pianos que tienen resabios jazzísticos… vamos, es un disco híbrido y muy huidizo que no deja de repetir la invitación para que todos nos vayamos pal monte.

Rulo Godar ha dejado entrever que para este trabajo también se ha influenciado de sus viajes a la India, y pues ni quien pueda negar su veta de filosofía New Age, pero como la enfoca en ese tono naturalista y rural, pues funciona muy bien en piezas como “Vidagüita”, con la participación de Virginia Altube. En ella lo deja claro, sin agua no es posible continuar la existencia.

El músico también emprendió un viaje que lo llevó por el norte de su país, además de pasar por Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y México y este álbum es la sumatoria de lo experimentado, hallado y decantado.

Y de acuerdo con sus declaraciones no sólo es seguidor fiel de “El flaco” Spinetta, sino también de Leo Giego y Atahualpa Yupanqui; si llegara a escuchar, En la luz se convertiría en uno de los discos de cabecera de Rubén Albarrán de Café Tacvba.

Rulo Godar ha hecho encajar a la perfección en el sucesor de Desaparecer (2020), una nutrida instrumentación que va del charango a la guitarra eléctrica, de una ocarina al sampleo de instrumentos de cuerda e incluso probó con diferentes métodos de grabación; en “Me llaman viento” desplegó seis micrófonos para lograr un efecto de estéreo cuadrafónico que plasmara la sensación de estar dentro de un ritual de liberación espiritual.

La presencia de una cítara y percusiones diversas -incluso corporales- se va entreverando con esos fragmentos narrativos y ese anhelo de liberación que tiene que ver con una psicodelia primitiva; no en vano el compositor también pasó por el Himalaya y el Tíbet. 

Rulo Godar & Nación Wiphala se encaminan a través del mismo pasaje sonoro por el que transitan Chancha Vía Circuito, El Búho, Mateo Kingman y Rumbo Tumba, entre otros exploradores sonoros enamorados de la flora y la fauna.



En la luz pretende conducirnos hasta una experiencia inmersiva, que cierra incluso en su versión más electrónica y upbeat mediante el remix de “Callará el silencio” a cargo de Matías Lobato, y que da cuenta que podrían adaptar las canciones al formato de un rave.

Rulo Godar & Nación Wiphala es también un homenaje a los pueblos originarios… un vínculo con la cultura andina y el testimonio del viaje como forma de vida. Se trata pues de un disco ideal para espíritus verdaderamente aventureros.



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