Con un impresionante acervo que abarca tres décadas de incansable labor, su pasión por la exploración histórica llega ahora al American Printing History Association, que presentará a Jorge en Impresos 2021, una conferencia virtual centrada en el estudio de la historia y las prácticas de la imprenta y los objetos impresos en América Latina y el Caribe, desde la Colonia hasta nuestros días.
En esta presentación, Jorge analizará el surgimiento de publicaciones “marginales” en el sur de California, donde un grupo de jóvenes latinoamericanos crearon una cultura impresa, clave para comunicar el acontecer musical de Latinoamérica con los inmigrantes latinos que buscaban seguir conectados con las expresiones culturales de sus países.
Platicamos con Jorge Leal, quien nos compartió anécdotas y perspectivas recogidas en 30 años de trayectoria.
Hola, Jorge, platícanos cómo surge la conexión con el American Printing History Association.
Surge porque ellos están enfocados en las culturas de Latinoamérica y el Caribe, que son temas relacionados con mi investigación del rock angelino. Cuando pensamos en una cultura musical, generalmente la pensamos de una manera muy sónica. Sin embargo, la escena de LA, como otras de Latinoamérica, está conectada con otras vertientes como la literatura, la fotografía y los fanzines.
En esta convocatoria, yo pensé que era relevante hablar de la escena angelina y los 30 años que lleva documentada. Mandé mi solicitud, la aceptaron y ahora soy un exponente, entre varios otros de Colombia, Puerto Rico, México, Argentina, EU., y España.
Lo interesante es que mi intervención estará enfocada en expresiones más recientes, como el fanzine, justamente. Me gusta pensar que estas expresiones son una continuación de la imprenta que llega con los españoles y se extiende durante la colonia y la era moderna. Los fanzines continúan esa tradición y al mismo tiempo proponen algo nuevo.
Hace 30 años, ¿cuál era la sensación de ir a un concierto en LA?
Ahora que soy investigador lo veo de este lado, pero en ese entonces, cuando era un adolescente imberbe, ir a una tocada era enfrentarte a música que te explotaba la cabeza, con referencias latinoamericanas, pero en ese entorno nuevo como inmigrante. Aparte, asistir a un concierto era conocer lugares nuevos de Los Angeles que ni sabías de su existencia!
Para mí fue muy importante mantener el contacto con una cultura Latinoamericana contemporánea por medio de la música, conocer a otra gente que tenía el mismo gusto que yo; pero a la vez conoces Los Angeles. Salir a una tocada te obligaba a visitar un barrio nuevo. De hecho, la primera vez que tuve una edición de La Banda Elástica fue en el Hong Kong Low donde tocaba Juana La Loca, que después se convirtió en Pastilla.
Eso fue en el barrio chino, un lugar del que ni siquiera tenía idea. Entonces era como “wow! hay una tocada en Chinatown, pero con un montón de latinos”!. Cuando terminaban las tocadas de rock, llegaba gente con bocinas y de repente ese mismo lugar se transformaba en un rave (risas).
Luego me enteré que ese lugar había sido fundamental en el desarrollo de muchas bandas de punk angelino. Era un lugar que aglutinaba varios fenómenos juveniles. Además, La Banda Elástica, El Acordeón (que fue su antecesor), La Neta, Al Borde; eran las publicaciones antes del internet, donde nos enterábamos de todas estas tocadas a nivel local, pero también de toda la movida en Latinoamérica.
Sin duda jugaron un papel fundamental, ya que no había otra manera de enterarse de la escena.
En ese tiempo, no había otros canales para enterarte de lo que sucedía en otras partes. La Banda Elástica era una conexión entre Los Angeles y Latinoamérica, que además tenía un espacio de diálogo con los lectores llamado “Cartas marcadas”. Un manera en que los fans de todos lados compartían sus experiencias como inmigrantes en Estados Unidos, narraban lo que estaba pasando, había comentarios políticos y de cómo nos veía la gente de Latinoamérica.
De verdad era un foro de debate en el que entendías lo que era ser inmigrante. Es bien importante que una foto o una revista abre ciertas preguntas y te da a conocer esta historia de la que fuimos parte, y que a su vez forma parte de una historia más grande. El archivo sirve para eso, para atar los puntos que ya vivimos o que hemos visto o escuchado por ahí.
¿Cuál crees que fue la importancia de La Banda Elástica en ese primer momento?
Por medio de La Banda Elástica, conocí Pomona, una ciudad muy al este, que en cierto momento era base de LBE. Antes de Google Maps ni sabías que eso existía. Ahí surgió una escena porque era más barato que en otras partes y no había tanta policía. La Banda Elástica tuvo mucha relevancia para que todo esto sucediera. Era muy interesante ir allá, todo confluía y se volvió muy importante.
Otro lugar importante fue West Hollywood, sobre todo Macondo Espacio Cultural, un lugar de intersección del que también me enteré por LBE. Estaba ubicado en el “este” de Hollywood, que en ese entonces era un lugar muy macizo, con pandillas y todo eso. Pero en Macondo, los viernes había trova, el sábado rock en español y luego punk, los domingos. Fue un punto neurálgico para la escena cultural y alternativa de Los Angeles. Un sitio del que nunca hubiera sabido sin La Banda Elástica.
Evolución de La Banda Elástica | Diseño: Emilio Morales & Fritz Torres | Fotos: María Madrigal
¿Cómo conseguías los ejemplares de estos fanzines?
Se distribuían en las tocadas, al final. Podía tocar Caifanes y al final alguien distribuía La Banda Elástica, donde te enterabas de las próximas tocadas. Gracias a eso conocías a toda la gente que estaba haciendo ruido en el underground angelino. La Banda Elástica comenzó como un zine fotocopiado, con pocas páginas al principio.
Conforme los shows de las bandas fueron más grandes, los medios comenzaron a tener anuncios pagados y la publicación se profesionalizó y se hizo más grande. Entonces, el auge de las tocadas y más gente asistiendo, todo fue paralelo con el crecimiento de varias publicaciones.
Ahí surgen otros fanzines como La Neta, enfocada en el rock urbano, La Jornada Rockera y Retila, que era de un formato pequeño para que te cupiera en la bolsa de atrás del pantalón. En ese momento hubo cierta “guerra entre las publicaciones”, lo cual era bueno para el lector.
Para terminar, me gustaría que compartieras alguna anécdota de aquellos días.
El antecedente de La Banda Elástica era otro fanzine que se llamaba El Acordeón porque era una hoja, diseñada con dobleces, y que se parecía a ese instrumento. Un día tocó El Tri en el Palladium, en junio de 1991. Como era su costumbre, Emilio Morales, Enrique Blanc y Octavio Díaz fueron a distribuir su Acordeón, solo que esta vez, lo hicieron antes de que comenzara la tocada.
La gente ingresa al venue con el fanzine en mano y cuando el show se pone caliente, comienzan a usarlo como antorcha en respuesta a que la seguridad estaba muy pesada. Entonces se armó un motín épico! Al siguiente día salió en las noticias. En la reseña de Rubén Martínez para Los AngelesTimes, El Acordeón juega un papel central en la noticia (risas).
No te pierdas la conferencia de Jorge Leal este sábado 23 de octubre a las 2:30 pm/11:30 am EST/PST.
JORGE LEAL
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