Roberto Carlos Lange, mejor conocido como Helado Negro, es un músico estadounidense radicado en Brooklyn (New York), por quien corre sangre latina, ecuatoriana para ser precisos, por sus venas.
Hace dos años, luego de haberse dado a conocer a través de varios EPs, lanzó Invisible Life, un álbum a través del cual definió una estética: canciones, ya sea cantadas en inglés o español, que tienen en la electrónica su ingrediente principal.
Ahora llega con un nuevo manojo de composiciones en un álbum en el que profundiza en su estilo, Double Youth.
Sobre éste y algunas otras cosas conversamos con él en exclusiva.
¿Cómo llegas a la música latina, ésa que mencionas que te influyó: Julio Jaramillo, Atahualpa Yupanqui, la salsa, Víctor Jara, etc.?
Es música de casa, música de fiesta, lo que mis padres o sus amigos tocaban en casa. Pasé mi juventud con eso alrededor, con ese tipo de música. No es como que no tenía otra opción, pero eso siempre estaba allí, llegaba de otro cuarto y la escuchabas. Cuando hacían fiestas en la casa. Esa música siempre estuvo presente durante unos años de mi vida.
¿Dónde viviste esos años?
Yo me crié en South Florida, en Miami, Fort Lauderdale.
¿Qué nos puedes contar del proceso de creación de Doble Youth?
Bueno, yo trabajo en casa siempre, casi siempre. Vivo con la música. Así que, cuando estoy terminando algo, o tratando de terminarlo, paso por un proceso de estar trabajando casi todo el día, despertándome y tratando de llegar al punto de decir “ya no quiero más”.
Es eso, siempre buscando sonidos, y buscando si quiero terminar otra idea o desarrollar una idea nueva. Y es con la computadora con lo que trabajo: empiezo a hacer sonidos, formo texturas o corrijo de alguna forma, y así inicia el proceso de escribir canciones.
En el propósito de crear sonidos muy únicos, sonidos que nos resultan novedosos, ¿tienes alguna fórmula para ello?
Eso de hacer algo, que es mío propio, no sé muy bien qué es. No sé cómo definirlo, pero siempre que estoy buscando algo, estoy interesado en algo que “no es normal”. No sé por qué, pero siempre estoy tratando de romper con algo. Cuando estoy trabajando, intento hacer cosas que suenen rotas y luego las afino para que puedan usarse en la canción, o para hacer una canción sobre ellas.
No sé si ése es su sonido o no, pero siempre trato de buscar algo que no suena como lo que ya hice antes, o también, trato de explorar lo que hice antes. Sé que lo digo de forma general, pero es la mejor manera de explicarlo.
¿Tienes alguna “receta” para encontrar sonidos originales?
La receta es que no me importa si trabajé buscando un sonido un día o dos días, y luego no sirve nada de lo que hice, para la canción. Siempre voy botando y borrando lo que no sirve, sin importar si trabajé mucho o gasté dinero en ello. La receta es encontrar lo que será mejor para la canción.
“Are I Here”, la canción que abre Double Youth es una canción bilingüe. Me interesa saber por qué te manejas de esa manera, a través de un bilingüismo, con versos de la canción en español y otros en inglés.
Tiene que ver con vivir la vida hablando dos idiomas, y de vivir en un lugar donde tengo esas dos culturas. La cultura latina y también la cultura americana. Por eso yo canto en los dos idiomas. Yo hablo todos los días en español y en inglés. Donde me críe, en Miami, en el barrio, por todos lados había ese Spanglish, un intercambio de los dos idiomas, hablándolos a la misma vez.
¿De qué habla “Are I Here”?
La canción trata sobre algo metafísico, de estarse preguntando “¿quién soy?” y “¿qué estoy haciendo aquí?” Y de las experiencias que tienes todos los días con tus amigos y amistades, la gente con quien trabajas. Del estar siempre agregando nuevas experiencias. Hablo sobre eso.
Hay una frase donde digo: “sacudo dulces palabras”. Siempre, cuando trabajo con alguien, en algo como hacer shows, o en alguna forma de trabajo, todo el mundo te quiere decir lo mejor para que lo hagas. Palabras dulces… Todo el mundo quiere siempre algo dulce, pero tienes que sacudirte eso para ver qué es lo que haces realmente.
¿Qué distancias percibes entre Invisible Life y Double Youth?
Creo que sólo tiempo. Yo siempre estoy haciendo la misma música, es la estética y los sonidos lo que está cambiando. Creo que todo el mundo que hace música, como que estamos cantando la misma canción, armando la misma canción, pero cambiándola un poquito.
Para mí, ésa es la diferencia entre Invisible Life y Double Youth: tiempo. Ver lo que estaba haciendo en Invisible Life, y que luego me fui de gira. No sé cuántos shows hice, como noventa y tantos, y eso me cambió bastante. Ello le da forma a lo que estoy haciendo, cuando estoy trabajando música, pero también las experiencias sociales, el conocer a gente y hablar con ellos.
Hace algún tiempo tuviste un acercamiento con el canto cardenche mexicano, ¿podrías hablar de ello?
Eso fue durante una residencia, invitado por la gente de NRML. Ellos hicieron un evento que se llamó Norte Sonoro, e invitaron a un montón de artistas de todos lados. Fuimos y nos dieron música de la región, de Monterrey. Había de todo. Y yo me acerqué a lo cardenche.
Bueno, nos dieron la música y parte de las grabaciones para hacer nuestras interpretaciones. Yo tomé esa música, porque era a capella, con esa voz… Y eso fue lo que me acercó, la voz. Porque la voz es algo tan fuerte que se puede usar de cualquier manera: al gritar, al llorar, en cualquier forma de comunicarse.
Y lo cardenche me pareció muy puro en su forma, era algo universal, no era tanto algo de una cultura sino algo humano. No era que estuviera influido por una cultura, por algo que es de Alemania o Francia o Rusia, sino algo que todo mundo tiene en su cultura. Como cuando te lamentas.
¿Qué te hace sentir orgulloso de Double Youth, o qué recomendarías de ese disco?
Yo creo que, pensando en la idea de la continuidad al hacer álbumes, yo siempre pongo la última canción, como la que informa qué es lo que vendrá después.
Y en Double Youth, ésa se llama “That Shit Makes Me Sad” (risas).
Helado Negro | I Krill You