El Latin Grammy tenía tiempo sin nominar a Kevin Johansen, tampoco es que eso evitó que el cantante y compositor siguiera haciendo buenos discos. Este año compite en las categorías: Canción del año y Mejor canción Alternativa por “Es como el día” que interpreta junto a su hija Miranda, así como Mejor Álbum Cantautor por Mis Américas, Vol. 1/2; el sexto de su carrera solista , producido por Matías Cella (Jorge Drexler) y por primera vez trabajó con Cachorro López (Julieta Venegas, Miranda) en tres tracks: “Tiene algo (interesting little thing)”, “Amor Telepathic Love” y “5 in the Morning”.
Bolero, dance, country, milonga, hip hop y hasta la bachata están presentes en Mis Américas, Vol. 1/2 , donde figura una lista de invitados como Marcos Mundstock (Les Luthiers), Palito Ortega, Pity Álvarez (Viejas Locas e Intoxicados), la rapera Paz Ferreyra aka Miss Bolivia, el compositor y pianista Lito Vitale, el poeta y compositor brasileño Arnaldo Antunes, el chileno Macha Asenjo (Chico Trujillo) y los peruanos Kanaku y El Tigre. Por supuesto que sus hijas Miranda y Kim Johansen.
Hace 30 años que empezó su carrera musical desde que formara parte de la agrupación de new wave y rock Instrucción Cívica. No parece mucho si nos fijamos que el cantautor de 52 años de edad, se inició como solista hace poco más de 15 años cuando, junto con The Nada, lanzaran su ópera prima. Un “des-generado” del sonido como se hace llamar por la mezcla de influencias sonoras que hacen parte de su discografía.
Kevin vuelve de su ensayo, en la tranquilidad de su hogar, atiende la llamada para conversar sobre Mis Américas, Vol. 1/2, sus nominaciones al Latin Grammy que se llevará a cabo el próximo 17 de noviembre en Las Vegas, el consumo de música en el mundo y su adaptación a los nuevos tiempos.
Has dicho que más que un artista de culto eres un artista oculto ¿Qué es lo positivo de esas dos posiciones?
En realidad es lo que te toca. Cuando es una decisión, es interesante, pero decidir ser de culto u oculto, no sé si es lo mío, o ser alternativo, suponte, ser independiente. Ahora hay mucho artista independiente que está muy pendiente, sea de la crítica o de su público y no tiene mucha cintura para moverse. Cuando digo eso, un poco en broma, un poco en serio, como suelo hablar; mas que artista de culto fui oculto, significa que estaba haciendo mi escuela, un poco a los tropezones, cuando empecé en los 80s en Buenos Aires, todavía no estaba realmente preparado a nivel de una persona que sabe grabar bien.
Estaba todavía a los tumbos, aprendiendo, si bien componía buenas canciones, también componía canciones que no eran tan buenas, entonces estaba como afinando el lápiz. Supongo que cuando llego a New York que digo mas que es de culto, era oculto, era el proceso de alguien que todavía era joven, está aprendiendo, y tuve la suerte de caer en el CBGB, donde el dueño me escuchó. Fue la primera vez que toqué y me dijo: “estás invitado a seguir tocando aquí, me gusta lo que hacés y podés grabar” porque tenían para grabar. Nunca fue una intención, ni de culto, ni nada, al contrario, uno quiere ser un compositor popular y componer para mucha gente, para el aire, el que lo agarre.
Ahora, según el Latin Grammy, eres alternativo…
¡Claro! Alternativo también es una palabra muy graciosa, porque es un poco como estar en el banco del mainstream, como estar por jugar el partido pero estás de suplente, entonces eso es alternativo. Los alternativos de ayer, son los mainstream de hoy, entonces bueno, si es eso, bienvenido sea, no pasa nada. Por ahí es como ser los nerds de la industria. Una caricia de miel al ego. Lo de cantautor también, álbum cantautor, esta bueno, porque Mis Américas tiene mucho de ese espíritu, de un álbum, por así decirlo, conceptual, que fue saliendo. Es como decía Woody Allen: “los premios son buenos para el deporte, pero no se puede definir si es mejor un Picasso que un Matisse“, en el arte es como medio difícil comparar las cosas.
Tenías casi de diez años sin ser nominado al Latin Grammy ¿cierto?
No me acuerdo exactamente, creo que cuando Logo en el 2008 que fue nominado a tres Grammys latinos. Fue como el Martin Scorsese de los Grammy Latinos, lo nominaron como 15 veces hasta que finalmente ganó uno. Todo llega.
En plan apuesta ¿en cuál de tus categorías te ves ganando?
Todas son muy difíciles porque hay mucha gente conocida, entonces uno no tiene una noción de cómo es que votan. La verdad es que a veces uno vota porque conoce al nombre y por ahí no escucharon todo el material. Otros escuchan todo. Así que depende mucho de varios factores, en todas las categorías hay artistas muy buenos, así que la verdad no veo ninguna muy diferente. Si te pones a pensar en alternativo, también hay artistas muy mainstream, es como medio jugado. Está bien que se hagan en Las Vegas porque la casa siempre gana y los demás seguimos apostando.
De alguna manera y dado a tus juegos de palabras ¿el Grammy se ha vuelto des-generado como dijiste en algún momento?
¡Totalmente! Ha cambiado mucho la industria y lo que hoy es alternativo capaz hace un crossover tremendo y de golpe tiene 50 millones de bajadas y dejó de ser de la noche a la mañana alternativo.
Tu hija Miranda tiene una linda voz en “Es como el día”…
¡Mi hija canta hermoso! La verdad es que todo el mundo me lo menciona, gente muy exigente. Fue una alegría… y muy orgánica de tenerla. Estaba con ganas.
Este disco es como una oda al folk Latinoamérico ¿Los concebiste así?
Sí. Hay mucho de folk y de folklore, un poco también la esencia de The Nada, la banda. Somos una banda que lo atraviesa el folk y el folklore, del norte y del sur, ritmos que para nosotros son conocidos, la cumbia por ejemplo. En este disco hay bachata, bolero, son caribeño y hay mucho rock y folklore; rock sudamericano, argentino en este caso. Es como una visión de Latinoamérica desde Buenos Aires. De algún modo hay un circulo completo desde el primer disco de The Nada, grabado en Nueva York, visto, de algún modo, la Argentina y la influencia latinoamericana vista desde vivir en NYC y ahora, quince años después, Mis Américas es un poco la visión de Latinoamérica desde el sur, en Buenos Aires.
Es el más minimalista de tu carrera, comparado con el Kevin “des-generado” con el que te diste a conocer…
Logré un poco sintetizar, aunque siempre me ha costado mucho. Lo que sucedió fue que empecé a hacerme amigo de la síntesis. Me dije: “Bueno, vamos a hacer un disco cortito de trece temas”. De hecho, lo gracioso es que hay otro disco más que quedó afuera. En realidad grabé como veinticinco temas y hay otra parte de Mis Américas que saldrá luego.
¿Cuándo sacarás eso?
El disco fue grabado entre Nueva York, Rio de Janeiro y Buenos Aires, donde desembocó. Cuando grabamos en NYC con mis viejos amigos del CBGB, hicimos bastantes temas en inglés, así que sale un Más Américas o My Americas, no sabemos pero sí hay un par de discos más con esta tónica americana. Veremos cómo lo redondeamos.
También es un álbum de muchas colaboraciones ¿cómo se fue dando esto?
Soy bastante pudoroso con mis ídolos. En los últimos años, siempre me hinchaba un poquito los esquemas cuando me preguntaban por los invitados y, bueno, ¿qué pasa si no tengo un invitado? Me parecía como una modita o una forma de mostrar cuán importante soy y mira los invitados que tengo y todo eso. Después me di cuenta de que el proceso era muy lindo y divertido, conocer gente que uno admira, una excusa para interactuar y hacerse amigo de gente que uno aprecia en la música. Así que me fui entregando.
El tema Bach-chata (Habladurías) es una crítica en clave de bachata a los que hablan mal. ¿Fue una forma de evitar que le reprocharan incluir el género en su disco?
¡Esa canción me encanta! En realidad en el primer disco hay un tema que se llama So lazy, en inglés, y es una suerte de bachata. Yo viví diez años en Nueva York y el primer lugar donde viví fue arriba en la 200th, cerca de los Cloisters, una imitación a unos claustros medievales que hay y que hizo Rockefeller. Era un barrio de dominicanos, así que estaba a pura bachata. El ritmo me entró por ahí. La Bach-chata (Habladurías) surgió, como muchos temas míos, con el título. Me dije: “Tengo que hacer algo con esto”.
Aún así hay bolero, bachata, dance, country, milonga. Parece gestado desde una especie de exilio de tu propio mundo. ¿Cómo fueron compuestos estos temas?
De algún modo, sí. Creo que también como… Es una palabra tan temida: madurez. Es el afianzamiento de los conceptos. Hay un bolero que creo que nunca ataqué más allá de Oops, del disco City Zen. Acá “Jardín del desdén”, que si bien tiene su sutileza irónica, habla de un desamor y lo que es estar en el desdén de una persona. Estoy muy contento con los resultados y los invitados aportaron también sus colores. Cada uno de los que está es porque tiene que estar.
¿Le tienes miedo a la madurez?
No. Solamente le tengo miedo a la vida y al tiempo. No le tengo miedo a la muerte, tengo miedo al tiempo más que nada, que no haya suficiente.
¿Siendo norteamericano cómo es tu relación con los hispanos que habitan los Estados Unidos?
Creo que hay una gran comunidad, muy variada, un poco el plural también en Mis Américas es eso, hay muchas américas en América. A la vez hay un elemento unificador que es el idioma, salvo Brasil que tiene su propia lengua, la portuguesa, después en un vasto territorio, nos une mucho el idioma. Ya sabemos la fuerza latinoamericana en Estados Unidos, la cantidad de latinos que hay, aunque también hay muchos “analfabetas bilingües” como me decía mi madre, que no hablan ni bien inglés, ni bien castellano. De todas las comunidades latinoamericanas, de México para abajo, del Caribe para abajo, hay un montón de países representados, nietos, bisnietos de latinoamericanos que ya han sido fagocitados de algún modo y convertidos en norteamericanos con background latinoamericano, con una esencia latina, con historial genético.
Mi relación es como profunda, muy extremo lo mío, nacer en Alaska, además de Argentina, ya es bipolar, literalmente. Es un momento muy interesante para reconocerse en uno su parte hispanoamericana, culturalmente hay mucho por hacer. Lo que dijo el otro día Trump de que de la frontera para abajo todos somos mexicanos, porque insultan al vecino de al lado, están insultando al sur. De algún modo creo que es un buen momento para celebrar las diferencias, desde 15 o 20 años a esta parte, los latinoamericanos nos estamos mirando mucho mas reflejados entre nosotros, mucho más allá de las diferencias.
¿Aún conservas tu nacionalidad norteamericana?
Sí, todavía, no quemé mi pasaporte como en la época de Vietnam que quemaban sus driver licenses y se iban a Canadá. Asumo mis dos culturas, la sudamericana y la norteamericana, me tocó nacer en Alaska.
Te lo pregunto porque si tuvieses la oportunidad de ir a votar a Estados Unidos ¿votarías contra Trump?
Mi hermana votó aquí en Buenos Aires, el voto se hizo antes, la gente que vive en el exterior, votó en su momento y yo no estaba al tanto porque no estaba acá y mi hermana no me avisó, así que me enojé con ella, no tanto porque yo estaba desinformado. Parece que hubo un coctel y una reunión donde votaron unos 600 o 500 norteamericanos y el embajador aquí dijo “bueno, la votación en la época de Bush y Gore, Bush ganó por 500 o 600 votos” (Nota del Editor: Bush perdió por 3 millones de votos), así que esos votos valen, pueden hacer la diferencia. Es un momento interesante, vi el debate el otro día y bueno…. es un momento que da miedo.
También da un poco de miedo el mundo, la humanidad, como le decía a un amigo que vive en Los Ángeles y otro, argentino que vive desde hace 30 años en Nueva York, “qué país te elegiste”, hablando de Argentina, porque estaba difícil el año pasado. Luego, acto seguido me dice “pero aquí con Trump, si gana, no sé a dónde me voy a ir entonces”. En todo los países hay una especie de guerra civil solapada, mas evidente o menos evidente. Le decía que el problema no es el país sino la humanidad. Nos estamos como auto-eliminando.
Siempre te has propuesto a que se te vea como parte de una banda, Kevin Johansen + The Nada como Bruce Springsteen & the E Street Band pero los medios te siguen viendo como solista…
Sí. Es que el trabajo compositivo sí lo hago yo, quien arma los temas, después con The Nada, afinamos puntería. Más allá de ser medio director técnico de la banda, en mi caso, hay muchísima confianza. Estoy con una banda de muy alto nivel. Agradezco mucho la combinación, como decía Duke Ellington: “Mis músicos son 40% buenos músicos, 60% buenas gente”.
Entonces estás más cerca de Bon Jovi, digo, por su relación con los músicos…?
Me dio miedo esa comparación, con todo respeto… más que nada por los peinados (Risas).