No Habrá Final Feliz y su sophisti-pop en español “Tocar bien no es suficiente si no hay nada que decir” (entrevista)

El sonido de la banda tiene influencias de artistas como Level 42, Tears for Fears y XTC.

La banda mexico-ecuatoriana No Habrá Final Feliz, formada por Ricardo Jacob, Enrique Vela y Gustavo Jacob, presenta un sophisti-pop lleno de buenos momentos, que nos remite a lo escuchado en álbumes conceptuales de los años 80 y 90. El trío, instalado en la CDMX, funcionando en este momento como un proyecto de estudio, platicó con La Banda Elástica, sobre sus recientes lanzamientos.

“Queremos que nuestras canciones sirvan como un refugio para aquellos que buscan entender sus sentimientos”. Foto: Cortesía de Ricardo Jacob.

El sophisti-pop en México y América Latina no es muy conocido, y está más ligado al pop, ¿Qué inlfuencias tienen?

Ricardo Jacob: Bueno, el sonido de la banda tiene claras influencias de bandas ochenteras como Genesis, Level 42, Tears for Fears y XTC y en México no tuvo mucha repercusión con los roqueros nacionales que en esas épocas defendían con orgullo que utilizaban guitarras de palo. Y, que no se malentienda, admiramos también a los Rupestres (Gustavo y yo tocamos con uno y los conocemos) simplemente digo que no permeó en los roqueros ochenteros. Y en los noventas tampoco se dio mucho la sofisticación y creemos que si le hizo mucha falta al rock nacional, sin duda. Y, por otro lado, este desprecio de los roqueros hacia el pop, muy marcado en esas épocas, nos parece un pretexto más por la falta de capacidades musicales que otra cosa. Al final cada quien hace lo que puede con lo que tiene.

Enrique Vela: Nuestras influencias son muy variadas crecimos con pop y también con música de distintos colores. Admiramos la producción de lo que existe en la escena independiente y en el mainstream. Nos gusta encontrar el valor de lo conciso en una canción de Dua Lipa, o la complejidad de Julia Holter ó las paletas sonoras de Thomas Dolby.

¿Cuáles son las principales influencias del proyecto?


RJ: Como consideramos que nuestra mayor aspiración es hacer buenas canciones pues las influencias van desde Paul McCartney, Phil Collins, Elvis Costello, Andy Partridge, Brian Eno, Glenn Tilbroock y Chris Difford, Gustavo Cerati, Anathema, Julia Holter, St. Vincent, Woody Allen, Vangelis, Gabriel Vargas (La Familia Burrón), Jean Michel Jarre. Y bueno son muchos y diferentes.

¿De dónde vienen las introspectivas de las canciones, ficción o hay mucho de biografía?

EV: Creo que las canciones en su mayoría son autobiográficas. Los tres componemos y los tres aportamos con perspectivas distintas de la vida, procesos de autoconocimiento diferentes y cuestionamientos de distinta importancia para cada uno.

RJ: Vienen de experiencias propias como en “Pierda la Fe” que habla de sentirse perdido y sin rumbo, ¿Quien no se ha sentido así? pero “Impulsos” por ejemplo es una ficción en la que una mujer elimina a su pareja por hartazgo y su impulso fue matarlo. Es una ficción para nosotros, aunque seguramente hay algún caso así en la vida real. También hay que decir que la música te impone un ánimo y de ahí se te van ocurriendo las palabras.

¿De qué forma sus canciones las consideran un refugio?

EV: Pueden ser una oportunidad de identificación y de autodescubrimiento para quienes tengan cuestionamientos afines a los nuestros. Entre nosotros mismos, no descartamos ni invalidamos ninguna de nuestras crisis porque sabemos que de ellas salen canciones; y esas canciones pueden ser un espacio para que quien nos escucha pueda sentirse seguro con el cambio, la diversidad de opinión y el caos de vivir.

RJ: Es creando como podemos expresarnos y en cada creación dejamos algo de nosotros, puede ser algo alegre, triste o reflexivo pero siempre honesto. El arte es un muy buen lugar para refugiarse.

Las letras abordan temas universales como el amor, la pérdida y la búsqueda de significado. Foto: Cortesía de Ricardo Jacob.

Canciones como “Como yo,” tambien están enrizadas en el pop noventero, con todo sy su coro muy melódico, ¿hay algo de eso, de los 90s en su música?


EV: Seguramente. Hay mucha música que nos ha marcado y que de alguna manera ahora es parte de lo que hacemos. No sé si podríamos decir con precisión qué elementos nos remiten a cierta época o a una determinada influencia, pero con toda seguridad todo eso colorea lo que hacemos.

RJ: Seguro lo hay aunque como dice Enrique no sabríamos decir en qué elementos está esa influencia. Somos muy sensibles al sonido y lo absorbemos fácilmente así que simplemente usamos lo que nos suene mejor en cada tema.

¿Quién hace el arte, las ilustraciones y por ejempo, la animación del video? O el diseño de la portada del disco nuevo


RJ: En general es un trabajo en conjunto pero que siempre recae más en alguno de nosotros. Yo me encargo más de ese asunto y en el caso de la animación la hice yo, es una animación muy sencilla con unos retratos que nos hizo la esposa de Enrique, pero como somos seguidores de la cultura DIY al final todo puede ser incluido. El arte del disco fue un collage que hicimos los tres juntos y le tomamos fotos con el teléfono de Gustavo y ya, en un rato estuvo completada. No nos pasamos horas ideando conceptos ni nada por el estilo, si nos gusta a los tres ya está listo..Lo mismo pasa con los videos.

Sé que es un proyecto mexico-ecuatoriano, ¿Cuál es la historia detrás de estas raíces?


EV: Un ecuatoriano llegó a vivir en Cuernavaca, llegó la pandemia y cada uno se encerró a hacer canciones y luego violábamos la cuarentena para juntarnos a hacer un disco.

¿Cómo surgio la idea de hacer tres discos? Por cierto, que igual percibo un aire de rock progresivo…


EV: Nació como un challenge entre los tres que consistía en componer una idea musical diaria con el único fin de mantenernos creativamente “en forma”. Después de más o menos 3 meses, nos dimos cuenta de que varias de esas ideas funcionaban juntas como un material conceptualmente coherente, pero con 3 estilos muy marcados, por lo que decidimos dividirlo en tres discos .

RJ: Sí, al final de ese periodo de tiempo tuvimos mucho material que se nos hizo injusto dejar guardado, así que cada quien seleccionó unas 20 piezas y los lanzamos. Nos gustó mucho la idea de sacarlo antes de nuestro disco. El rock progresivo es parte de nuestras vidas, crecimos con él, luego fue el jazz fusión, luego Zappa y la música contemporánea para regresar al pop.

Los mexicanos Botellita de jerez decian que para hacer rock solo bastaba la imaginacion y no el virtuosismo, uds. Supongo que piensan todo lo contrario dado que son musicos muy completos en ejecución y composición…

EV: Yo, al menos, comparto completamente esa idea de Botellita de Jerez. No se trata de virtuosismo. Se trata de hacer música que genere sensaciones, que conecte (al menos con uno mismo). Tocar bien un instrumento no es suficiente. Manejar la técnica y el lenguaje es importante, pero no sirve de nada si no hay nada que decir.

RJ: Lo importante es ser creativo y honesto con los recursos que cada quien tenga. Ese viaje del que te contaba en el que empezamos en el pop y regresamos al pop se ve enriquecido con todo lo que aprendimos en medio. Claro que tuvimos nuestra etapa de jazzeros de fusión, quisimos emular a Frank Zappa, y llegamos a tener un buen nivel, no nos comparo con nadie, pero eso nos ayuda ahora a escuchar y producir la música de otra forma. El virtuosismo que se escucha en mucho de ese rock progresivo y el jazz fusión es muchas veces inocuo y no produce más que admiración por la técnica pero nada más. Botellita de Jerez o Lou Reed hicieron muy buenas canciones con sus recursos pero también Steely Dan o Level 42.

Canciones como “Transformado” tienen un mensaje de individualismo, ¿de qué manera se emparenta con las nuevas generaciones?

EV: No creo que transmita un mensaje de individualismo. Si bien parte de un cuestionamiento personal, creo que es el reflejo de todo un montón de gente que se siente confundida en el aquí y ahora, donde tanto es censurable pero está empaquetado como libertad. Habla también de mantenerse flexible y con una actitud de descubrimiento ante la vida, sin rigidez de opinión para tener la capacidad de adaptarse.

La banda mexico-ecuatoriana No Habrá Final Feliz, está conformada por Ricardo Jacob, Enrique Vela y Gustavo Jacob. Foto: Cortesía Ricardo Jacob.

¿Por qué el nombre del grupo? Es un poco cinematográfico, ¿ de verdad creen que no hay finales felices? Decía Leo García, el argentino, que “la muerte es un absurdo fin”, ¿creen que haya algo más allá?


EV: Somos una banda que se formó en plena pandemia. Creo que era como una sensación en el ambiente. Sobre todo de incertidumbre, y pues eso tal vez nos llevó a cuestionarnos muchas cosas, entre esas la muerte y efectivamente creo que (al menos en nuestra perspectiva occidental) todo termina ahí y suele no ser un fin feliz. Aunque igual depende

RJ: EL nombre viene de uno de los libros de la serie Hector Belascoarán Shayne de Paco Ignacio Taibo II, es el tercero, y sí como dice Enrique durante la pandemia las cosas se vieron muy distintas. Lo que si sentimos es que cada final deja un sentimiento de pérdida y tristeza, aunque se pueda ver como un final feliz esos sentimientos brotan entonces ningún final es completamente feliz. Sobre lo que viene después del final ya es cosa de cada quien, de lo que descubra y aprenda durante su vida.

¿Tienen pensando presentar el disco en vivo, en alguna gira de shows?


RJ: No, por ahora es imposible así que seguiremos haciendo música y en cuanto se pueda saldremos a tocar seguramente.

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