Juan Capodónico avanza en el proceso creativo del primer álbum que llevará su nombre y que mostrará su nuevo momento musical, después de haber creado proyectos como Bajofondo, Campo o Peyote Asesino y haber producido a artistas como Jorge Drexler, NTVG, Zoé Gotusso, Cuarteto de Nos entre otros. Platicamos con el artista uruguayo ganador de cuatro premios Grammy Latinos, el Premio Carlos Gardel argentino y varios premios Graffiti en Uruguay, sobre “Frik”, su nuevo sencillo (y sobre su primer disco homónimo).
¿De dónde viene el concepto de Frik, tu nuevo sencillo?
Pues viene obviamente de la palabra “Freak”, pero con la “i” latinizada y es una canción que forma parte de mi primer trabajo como solista. ¡A estas alturas! Luego de tantos años de hacer música con tantos proyectos, como con Peyote Asesino en los 90, con Bajofondo después, con Campo…pero bueno, esos siempre fueron proyectos más bien colectivos, más bien conceptuales. No me gusta la palabra “disco solista”, pero es lo que es. La canción en su versión más producida, por momentos es post-punk, por momentos es cha-cha-chá, o trap…pero la canción acústica es una canción de cantautor.
¿Qué te motivó a hacerlo, era una asignatura pendiente?
Desde hace tiempo me di cuenta que quería hacer algo con una mirada más personal, más íntima. Entré mi página de Spotify y me di cuenta que sólo tenía tres remixes como solista y pensé que era una página en blanco sobre la cual debería escribir. Tenía canciones escritas y me puse a trabajar en este disco.
El primer sencillo es muy elocuente…
Sí, “Frik” es una pieza que escribí con Martín Rivero y que bueno, ya estaba un poco avanzada cuando en Montevideo, me encontraba trabajando con canciones de un artista mexicano llamado Jósean Log.
¿Antes del dueto ya habías hecho cosas con Jósean Log?
Sí, hace tiempo él me había pedido que le produjera un disco y coincidió que estabamos en Uruguay y lo invité a cantar en esta colaboración. Él le agregó algunas cosas, como lo del lenguaje inclusivo…
Eso te iba a preguntar, ¿te sientes cómodo con esa parte?
Transformó algunas partes, por ejemplo en una parte que dice “nosotres”. Estoy contento, hicimos varias versiones, la de Jósean es muy acústica. Es una canción cuya temática es la singularidad y como todos somos diferentes y al final, todos somos freaks, no hay nadie normal, no existe la normalidad. Y ya que todos somos freaks, hagamos una revolución cuidándonos los unos a los otros, ¿no?
¿Retomaste canciones que has hecho en otra época?
No, son cosas muy recientes, en general, no hay eso de que escribí hace años una canción y apenas la saqué. Y no, lo intenté, pero no, todas son canciones nuevas. He sido un gran impulsor de la creatividad los proyectos, pero la mirada individual es importante.
¿Pasó que alguna canción sonaba muy, digamos, Bajofondo, y la descartaste?
Pues…sí, pasó y le quité los samplers de tango. La idea es que todo lo que salía así lo dejé, para explorar otros terrenos. Claro, es imposible que no se note una manera de hacer música, y la mirada hacia la música de este disco fue con otro tono, si fuera una película, la cámara está más cerca del protagonista. En mis otros proyectos, primero está el concepto y luego nos ponemos a hacer música, aquí no.
¿Como productor cuál sería la obra cumbre de tu trabajo?
Creo que Eco, el disco que hice con Jorge Drexler es un disco muy interesante, las canciones las temáticas y la producción. Es el mejor que hice con él, es muy relevante. Y si tuviera que elegir un disco de Bajofondo sería Mar Dulce, es un gran disco y sobre todo “El mareo”, una canción mía que terminó cantando Gustavo Cerati. Era un proyecto colectivo pero muy abierto en la época en que no era común, porque ahora es usual por razones algorítmicas. También Raro de El Cuarteto de Nos, un disco irrompible.
¿Existe el lugar actualidad donde se conjuge música muy comercial con música perdurable?
La música que yo he hecho ha perdurado, nunca fue el número 1, ni el 10. Eso es positivo en esta era de inmediatéz, cuando la gente hace música mirando las estadísticas. La música debe tomarse su tiempo, tener una profundidad artística para tener siempre la misma relevancia. El lugar donde se puede juntar música popular con algo más artístico existe, pero no toda la música está en esa sintonía, hay canciones que tienen como función hacer bailar a la gente y el próximo mes ya no existe.
¿Ahora es más evidente eso, no?
Como que están más a la vista, antes estaban en una especie de caja negra.
¿Sientes que en ese sentido la industria musical ha involucionado?
No sé, mira, yo hace 15 años no tenía ni idea de cuántos vendía y ahora está todo a la vista con sus pros y sus contras, como que la mirada del artista cambie a la hora de afrontar eso frontalmente. Ahora la relación es virtual, pero bueno, tiene cosas valiosas esta época, como mucha gente haciendo música. Obvio que los canales muy mainstream de siempre están muy pautados, pero eso siempre ha sido toda la vida. Es un momento desafiante ante la cantidad de posibilidades, pero lo principal es concentrarse en el lugar donde uno es relevante.
