CLUBZ presenta “Fugazi” con Isla de Caras: “Queríamos hacer algo más sofisticado, más refinado”

“Fugazi”, es su nuevo sencillo creado junto a la banda argentina Isla de Caras.

Después de 10 años del lanzamiento de su disco debut, Texturas, Clubz se ha consolidado como
una de las propuestas musicales más influyentes dentro del público alternativo, marcando a las
nuevas generaciones con su distintivo sonido.
Tras la salida de su álbum más aclamado hasta la fecha, Destellos (2018), Coco Santos y Orlando Fernández exploraron el mundo del yacht rock con los sencillos “Estadio Estudio” y “Meteoro”. Sin embargo, han vuelto a orbitar en torno a lo que era y es su sonido característico, llevándolo un paso más allá gracias a la colaboración de talentosos músicos. Esto es evidente en algunos de sus nuevos sencillos, como “Cortes Modernos” y, más recientemente, “Fugazi”, su nuevo sencillo creado junto a la banda argentina Isla de Caras. Hoy, Orlando Fernández nos comparte los detalles del momento actual de Clubz, la historia
detrás de este nuevo sencillo y lo que les depara el futuro, incluyendo un próximo álbum en
camino.


Quisiera comenzar hablando de su nuevo sencillo, “Fugazi”. ¿Por qué eligieron ese
nombre? Noté que la palabra “Fugazi” no aparece en la letra de la canción. ¿Hay algún
significado especial o una historia detrás de este título?

Sí, de hecho, siempre le llamábamos “O Magic” o simplemente “Magic”, pues ya estábamos
acostumbrados a ese nombre, que tampoco aparece en la canción ni nada. Fue una idea que
surgió en el momento cuando fuimos al estudio de Wet Baes, con él y con Tuzeint. Fue una idea
que empecé en 2017. Empezamos a darle y grabé la batería, luego unos bongos, después unos
órganos y unos teclados, y todos estaban muertos de risa porque decían: “¿Qué onda con Orly?
Anda on fire”, y así guardaron el archivo como “O Magic”. En algún momento pensé dejarlo
como “Orlando Magic”, como el equipo de básquet, ¿sabes? Quería ligarlo a una especie de juego, como si fuera un partido de básquet, pero también como un juego entre una pareja en una situación, ¿sabes? Que la letra hablara de eso.

Clubz. Foto: The Music Joint

¿Tuvo que ver con la elección final del nombre isla de Caras?

Esa era mi idea inicial, pero luego, cuando se la mandamos a Lauti de Isla de Caras, me di cuenta de que no me convencía. Sentí que ya estaba muy ciclado, así que le pedí ayuda a Lauti y le mandé la canción
para ver si le gustaba. Le encantó. Le dije: “A ver que se te ocurre”, y él mandó una propuesta de
letra que, la verdad, se quedó casi igual. Hicimos algunos ajustes, hubo cosas que cambiamos,
pero lo mínimo. Ya con esta letra, no veía mucha relación con “O Magic”, ¿me entiendes?
Además, “O Magic” tampoco me convencía del todo; en inglés sonaba raro, no sé… y dentro de
la letra no encontraba tampoco una palabra que me gustara, algo que fuera realmente
representativo de la canción. Generalmente hago un listado de ideas, de palabras, pero nunca sabes cuál se puede usar como nombre de una canción, de un álbum o en
alguna letra. Entre esas palabras tenía anotada “Fugazi”. Pensé: “A ver, esta palabra está
interesante”. Había anotado varias, en realidad, y “Fugazi” fue una de ellas. Me pregunté qué
significaba “Fugazi”. Yo sabía de la banda, aunque nunca la he escuchado mucho, no me he
clavado tanto con ellos, pero decidí investigar su significado. Según lo que encontré, “Fugazi” se
refiere a algo que está roto y ya no se puede arreglar. Les mandé el significado a Coco y a Lauti.
Nos gustó la palabra y dijimos: “Bueno, esto puede resumir el significado de lo que habla la
letra, ¿no?” Y nos pareció que era una buena palabra. Lauti me dijo: “Me encanta, está
buenísimo el nombre y el significado”, y Coco también estuvo de acuerdo. Así que, casi al
último momento, le cambiamos el nombre y lo dejamos como “Fugazi”.

Entiendo entonces que tú fuiste el principal creador musical de esta canción. Me gustaría
conocer cómo fue el proceso creativo de su nuevo sencillo, “Fugazi”. ¿Cómo surgió la idea
musical detrás de esta canción?


Estaba en mi casa en enero de 2017. Nosotros estábamos trabajando en “Destellos”. De repente, yo
me pongo aquí en mi casa a jugar generalmente con una drum machine y con un sintetizador; o
sea, así es como yo compongo. Puse una drum machine, hice ese beat muy “straight forward” y
me senté en el synth a ver qué hacía encima. Y de repente di con esas notas del verso y del coro,
ahí mismo. Le puse grabar en las notas de voz del celular y, ya que le puse a grabar, empecé a
cantar lo primero que saliera. Esa melodía no la había practicado.

Clubz. Foto: The Music Joint

Técnicamente, ¿fue un reto?


Más o menos se quedó esa idea inicial de la melodía, luego la modificamos. Se quedó, o sea,
muy similar: las mismas notas del verso y del coro, y la idea de la melodía. Lo que llegó después
fue que Coco tenía otra idea, que es el cambio que viene hacia la última parte de la canción, que
es un teclado. Mi versión era más apegada a lo que estábamos haciendo en “Destellos”: la batería es una caja de ritmos pitcheada más grave, el synth más pesado. Con ese synth grabamos todo “Destellos”. Es un Korg DW6000, ese sintetizador es de Coco; se lo compró cuando empezamos Clubz, casi casi.
Ya después de que hicimos el arreglo, traíamos esta onda seventies. Cuando fuimos con Wet
Baes, pues él es mucho de esas baterías más orgánicas, y traíamos más esta onda de no usar
tantos synths y usar electric pianos. Ahí se sintió el cambio fuerte de mi demo, que era más
eighties synth, a una cosa más seventies classic. En producción, ése fue el mayor cambio.
Vi en los créditos de la canción que colaboraron más de 10 personas.

Quería preguntarte: ¿cómo logran construir una canción cuando hay tantos colaboradores involucrados?


En este álbum nos abrimos mucho a colaborar. La composición viene más de Coco y mía. Vimos
un documental de Steely Dan durante la pandemia, y nos obsesionamos al ver cómo hicieron el
disco “Aja”, un clásico. Steely Dan eran dos, y empezaban a reclutar músicos para hacer el solo
de una canción o alguien que tocara el bajo, en lugar de hacerlo todo ellos. Reclutaban buenos
músicos con buena ejecución. Nosotros, haz de cuenta, lo hicimos al modo de Steely Dan: vamosa reclutar a nuestros amigos con los que toquemos bien. Involucramos a Isra, Kid en la
producción, Alejandro Chapa en el bajo.

Clubz. Foto: The Music Joint

¿Cómo fue el proceso de grabación?


Cuando fuimos a grabar el álbum en El Desierto en la CDMX, nos llevamos como a 10 personas.
Invitamos a Gigi Salort, un baterista argentino con quien hicimos buena amistad y nos
convenció. Fue Alejandro Chapa a grabar algunos bajos. Kid, súper amigo nuestro, ha estado
involucrado desde el inicio. Llevamos a Victor Mekish, el saxofonista, pero sorpresivamente en
este disco no hay saxofones. En “Destellos” el saxofón es un elemento muy importante, pero no
quisimos repetirnos; en Destellos hubo demasiado saxofón y no quisimos abusar de ese
elemento. También estuvo Bernie, un amigo de Argentina que toca en “Telescopios”,
coproduciendo y coordinando todo el equipo; era como el coordinador general, decía quién
seguía, quién grababa. Éramos varios, nos decíamos “Los Avengers” [risas]. Era un súper
equipo, todos musicazos. La pasamos súper bien esos diez días que estuvimos en el Desierto.

Aparte, muy lindo estudio, ¿no?


El lugar está increíble, la casa: quedarte ahí, los cuartos, el servicio que te dan… Te dan de
desayunar, comer y cenar, lo que quieras. El clima es fresco. Fueron diez días, parecía un
summer camp para adultos. Todos los que estuvimos ahí recordamos esos días con una sonrisa,
la pasamos súper bien. Ahí experimentamos con Isra, que toca teclados; experimentamos con el Rhodes pasándolo por un Moog y efectos. Tienen un Wurlitzer, pianos, sintes. De repente nos desvelábamos probando cosas. Para mí es un poco blurry todo, ya no sé quién grabó qué. Ahora que hicimos los créditos para “Fugazi”, de repente el listado se volvió de 10 personas y fue como: ¿en qué momento? Ya ni me acordaba.

A diez años de su disco debut, Texturas, ¿cuál es el principal cambio que han
experimentado al hacer música? ¿Cómo ha evolucionado su proceso creativo desde
entonces, especialmente ahora que saben que su música es esperada con entusiasmo por
tantos fans?


Sí, ha cambiado mucho. En Texturas fue literal Coco y yo con dos guitarras. Nos acabábamos de
comprar dos sintetizadores. Yo me acababa de comprar una guitarra de los ochentas, una Bullet,
y apenas estábamos descubriendo las drum machines. Usamos una drum machine de una app del
iPad; ahí conocimos varias de las drum machines clásicas que después empezamos a comprar. En
Destellos ya teníamos más equipo y empezamos a experimentar hacia un lado más pop y R&B
con los sintes; dejamos a un lado las guitarras y metimos más letras.

Ahora nos abrimos a más músicos; la idea principal es como la de “Magic”, pero luego nos
juntamos con más y más gente. Queríamos hacer un disco más sofisticado, más refinado. Hay
muchas más notas, notas nuevas. Coco y yo no sabemos tocar muy bien el teclado, y llegó Isra a
meter unas notas de jazz, entonces el disco es muy integral. Más orgánico; las baterías son reales,
ya dejamos las drum machines de los discos anteriores. Ahora usamos el Wurlitzer, el Rhodes,
una paleta de colores nueva, otros sintes. Se siente más glorioso y grande, más elaborado, pero
muy Clubz al final de cuentas. La dirección principal la llevamos nosotros; la mezcla sigue
siendo de Coco. Aunque estemos rodeados de muchos músicos, hay una curaduría de nosotros
para decidir qué se queda. Y justo ahora que ya nos abrimos tanto, estamos pensando en lo que va a seguir después de este disco y queremos volver a la raíz. Nos hace falta otra vez ese “Ok, otra vez tú y yo solos”. De hecho, ya tenemos algunas ideas. Y como ya nos tardamos años con este álbum, queremos hacer todo lo contrario: regresar a la raíz, Coco y yo, y sacar un EP lo más pronto posible después del
disco. Ahora queremos ser muy rápidos, cambiar todo.

Se sabe que hay un álbum entre manos de ustedes. ¿Qué nos pueden contar al respecto, en
términos de sonido, influencias o temáticas?


Es un disco muy variado. Lo que hemos platicado es que, hasta que escuchen el disco completo,
van a lograr entenderlo. Ahorita escuchan los sencillos, pero necesitan escuchar el disco
completo en orden para que les haga totalmente sentido. Son 12 canciones. Nosotros ya queríamos sacar el álbum en octubre, pero no alcanzábamos a tenerlo listo. Vamos a anunciar el disco en enero, y probablemente salga en febrero. Ahorita vamos a sacar otro sencillo más este año. Es un viajesote el próximo sencillo, es una canción que muchos fans ya conocen porque ya la tocamos en vivo, y se llama “Cinema Terror”. Es la canción más profunda, digamos, del disco. Es una canción mayormente instrumental; es un viajesote esa rola.

Para finalizar, si tuvieras que mencionar un equipo o instrumento musical que ha
transformado tu forma de hacer música, ¿cuál sería?


Yo creo que, principalmente, los sintes. Yo venía de tocar batería, de ser baterista siempre. Desde
mi banda anterior venía tocando la guitarra; ahí me compré esta guitarra Bullet del 81. Una de
mis bandas favoritas es Phoenix, y ellos son fanáticos de las Bullet. Ahí empecé a tocar guitarra
sin saber tocar guitarra. Después me compré un Yamaha PSS480, lo compré cuando me compré
la Bullet, que también se la copié a Phoenix. Ese sinte es el sinte que creó Clubz; con ese sinte
hicimos todo “Texturas” y “Destellos”. En este último álbum no lo hemos usado, por lo mismo,
porque no queremos repetir, pero ahora para lo que sigue lo quiero retomar. Esa textura y esos
sonidos. Ese teclado… hubo un error cuando estábamos grabando “Popscuro”. “Popscuro”
empieza con unas voces y hay una batería; eso fue porque se picó un botón que activó ese beat
cuando estábamos grabando esas voces, y fue de que: “¡Ahh, se escucha bien eso!”. Ese beat que
viene en la intro viene de ese teclado, por error. Con ese grabamos los sintes que van creciendo,
los brass. Ese sinte, el Yamaha PSS480, está bien barato. Son teclados de los ochentas para
niños, para aprender a tocar. Pero es un tesorito.