El protagonismo de Colombia no solo brilla con luz propia en el reggaetón, el pop o los sonidos raizales. La calle y su ritmo cobran una efervescencia deslumbrante y asustadora.
El boom, el clap, los scratches y la rima inteligente se convierten en el hogar con buen refugio de muchas propuestas colombianas, por eso acá, daremos un repaso por las joyas recientes y de exportación del rap colombiano.
¿Están listos?
Sin lugar a dudas una de las propuestas abanderadas y de más repercusión actual en el movimiento hip hop colombiano, le pertenece a estos tres muchachos del barrio Aranjuez, en la ciudad de Medellín.
Su música es literatura de la barriada, es un lamento por la violencia y un festín por estar vivos. Los Alcolirykoz son uno de los máximos orgullos que tiene el rap colombiano.
Atención a su internacionalización.
De a poco sus rimas, su diversión en el escenario y su excentricidad cronista aparecen con protagonismo. No tiene filtros en lo que canta y eso lo hace auténtico. Cuenta en sus canciones las situaciones más sencillas de la vida y las hace poesía callejera.
Su sonoridad tiene tinta indeleble del rap vieja escuela, con una nueva generación inquieta, por eso Doble Porción se convierte en uno de los proyectos más vanguardistas del rap paisa.
Oscuros, directos, sinceros y con una métrica identificable a kilómetros. Su futuro, si no se bajan del barco, es alentador.
Es una de las dulces voces del rap colombiano, no solo por su tesitura de voz, sino por su incursión en el neo soul, el pop y hasta el reggae. Sus canciones son un bálsamo que llevan a buen puerto el futuro del rap colombiano.
Este proyecto sonoro es la raíz de ese frondoso árbol lleno de rimas, bombo y caja, son los papás del género en Colombia y por eso su nombre solo genera comentarios de respeto y admiración.
Desde el año 1984 comenzaron a darle forma al rap al estilo colombiano y ahora los aplausos los llevan a un pedestal del que nadie los verá descender.
Su negra voz, sus raíces chocoanas, su África percutiva, su soul colombiano y su futuro avasallador, la convierten en una voz joven de autoridad, en una voz que da lecciones sin quererlo, que cambia las reglas del juego y de paso nos pone a cantar canciones que no solo se quedan en rap.
Atención con Mabiland, grande entre grandes.
Nunca se quedan quietos, exploran del rap al rock, del rock a la salsa, de la salsa al blues, al jazz y a lo que les venga en gana. LosPetitfellas le dieron una lección de destreza escénica y musical a todo el continente, y quedaron en la retina de muchos fanáticos en América Latina.
El futuro de ellos es una ilusión que muchos queremos vivir.
Son del barrio y han ayudado a un centenar de niños a aprender de la cultura hip hop, de hecho tienen una escuela de rap. Pero más allá de su labor social, escriben canciones que la gente canta y baila.
Son divertidos en escena y tiene uno de los shows más potentes de la escuela rapera colombiana.
Él es uno de los grandes constructores de historias en rimas que tiene Colombia. Las calles de su natal Bogotá se convierten en un lienzo para pintar las historias, la familia, el amor, el desamor, la alegría y la angustia de ser colombianos.
Un referente fundamental del rap capitalino actual.
Desde el subterráneo bogotano, esta chica llega con una fuerza de locomotora a poner los puntos sobre las íes, a enseñar como se hace buen rap y cómo las mujeres le han dado una sensibilidad particular y exuberante al género en Colombia.