Si una lección ha dejado al rock la etapa de pandemia es aferrarse más que nunca a la autogestión y la diversificación de estrategias creativas.
Se perciben en Hispanoamérica señales de un tan necesario relevo generacional, además de una creciente presencia de mujeres aportando lo suyo, ¡y ello hay que celebrarlo!
Los esquemas tradicionales se resquebrajan, mientras el rock supera esa mala y reiterada broma que lo considera cadáver… Está más vivo que nunca y con las guitarras y los amplificadores hasta el tope.
Una energía eléctrica renovada flota en el ambiente.
Granada y la tradición andaluza se suman a una carga poderosa de psicodelia ruda y stoner rock para fraguar en una marmita hirviente a la que han llamado kinkidelia.
Este sexteto español supo asimilar la herencia gitana de Triana y agregarle una pesadez muy contemporánea que permea a lo largo de Hilo Negro (2021), su segundo álbum y en el sencillo “Las leyes de la frontera”, que es el tema de la película de mismo nombre.
En lo suyo es como si Camarón se vistiera de estoperoles y se colgara una guitarra de hacha.
Una vez superados diversos problemas, Maxi Prietto ha convertido a la banda en uno de los proyectos de mayor crecimiento en el rock argentino y próximos a escalar hasta lo más alto (han cerrado el año haciendo el teatro Gran Rex); para ello tienen una sólida base de brebajes blueseros, muy grosos, a los que condimentan con ese sabor porteño barriobajero.
En Sanchocho Stereo (2021) contaron con invitados de la talla de Bombino, Gustavo Santaolalla y Carca, quienes contribuyeron a elevar el octanaje de poción rock venenosa y pegadora.
México es un país muy grande geográficamente, y ya era hora que de en otros estados de la república emergieran los jóvenes héroes.
Tres damas y dos chicos de Hermosillo, Sonora, han confeccionado un sonido un tanto crudo que viene del shoegaze y aterriza en el dreampop, y ello queda constatado en Aurora Boreal (2021), un tercer disco que da cuenta de lo mucho que les gustan los viajes psicodélicos y que tengan a melodías etéreas y volátiles como compañía de una experiencia introspectiva.
Con Cable a tierra (2021) demostraron que atraviesan por una etapa de plenitud creativa que le saca lustre al concepto de madurez.
Controlan una ejecución casi virtuosa, al tiempo que van incrementando la tensión y el nervio en sus canciones. Han hurgado en algunas formas añejas de la cultura popular de ambos lados del Atlántico para con ellas elaborar un rock contemporáneo que se emparienta con los grandes hallazgos de Radiohead.
Con su quinto álbum han ampliado un repertorio lleno de refinamiento y contundencia.
Desde la ciudad de Chicago, el guitarrista, compositor y cantante Alex Chávez conduce a un grupo que contribuye decididamente a enriquecer el sonido del rock latino sazonándolo con psicodelia, afrobeat y un poco de jazz.
En cuanto a sus letras pueden acudir a la literatura de García Márquez y revisar asuntos acerca de la migración, pues su líder estudió el tema en El Paso, Texas.
Con un sentido de vanguardia, asimilan el legado de Santana y mantienen la certeza de que para gente como ellos: “la frontera no es una mera metáfora”.
Este joven escuadrón andaluz se propuso honrar toda la ruidosa historia del shoegaze y lo lograron con maestría y desparpajo.
Sin dar muchas vueltas, El año del tigre (2021) es un serio candidato a lo más alto de todo recuento hispanoamericano que se precie de privilegiar la calidad y no las movidas discográficas.
My Bloody Valentine y Slowdive pueden estar tranquilos de tener a unos herederos españoles tan buenos, y que además conectan muy bien con su generación debido al lenguaje sencillo y directo de sus letras.
Tal parece que en el rock mexicano la nueva modalidad es que las propuestas de calidad dejen el underground en poco tiempo y se proyecten muy pronto hacia una audiencia mayor.
Tres chicas y un hombre integran una banda poseedora de un sonido hosco y áspero -que mucho tiene que ver con Sonic Youth-.
Proceden de Hermosillo, Sonora, y eso habla de que la provincia va ganando importancia y que existe descentralización, pese a todo.
Con su segundo álbum epónimo (2021) a cuestas han llegado hasta las sesiones de la estación KEXP de Seattle. ¡Desde el garage al mundo!
El excelente momento por el que atraviesa la música chilena se debe, en buena medida, a una generación que se ha acostumbrado a gestárselo todo desde la total independencia y el grupo santiaguino no es la excepción.
De la precariedad de recursos sacan virtud. En el rock que ellos hacen hurgan en la guitarra para obtener figuras intrincadas que encajan en un sonido low-fi muy atrayente.
Su cuarto álbum, Piruetas y viñetas, es prueba irrefutable de su imaginación compositiva y ese encanto de la sinceridad que transpiran.
La corriente psicodélica ha dejado sentir su impacto y muestra gran vitalidad; el quinteto de Guadalajara, Jalisco, pertenece a este movimiento a través de la maraña eléctrica de guitarras sinuosas y crepitantes que les acompaña y que agrega mayor densidad en el volumen de rock que generan.
Recurren a una parte experimental que suma elementos de los que emanan mantras y drones y eso se nota en Como es, su segundo disco y en el remix de “Caballerango”.
Toda una gruesa capa de misterio acompaña a una pesadez imponente.
Algo debe estar pasando en Granada, España, que no cesan de aparecer propuestas refrescantes y con chispa; Las Dianas es un quinteto conformado sólo por chicas muy jóvenes, entre 16 y 20 años.
A ese instinto de garage hay que agregar un sentido melódico candoroso y popero que convive con mucho sentido del humor.
Este año lanzaron Lo que te pide el cuerpo, que es una especie de diario de la manera en cómo viven el mundo; la sexualidad incluida.
Sus canciones son como selfies guitarreras tomadas con mucho desparpajo, ¿qué otra cosa puede ser un tema llamado “Todos mis amigos tienen Covid”?
El cuarteto gallego lanzó su quinto disco epónimo durante 2020, por lo que la pandemia lo envolvió, pero no se arredraron y buscaron la manera de darle una vuelta de tuerca.
Este año presentaron Detrás del espejo: variaciones y ecos, en el que pidieron a colegas que transformaran e hicieran mutar los temas.
Y entonces surgió krautrock, ambient, synth-pop y otros brebajes sonoros a través de gente como Esplendor Geométrico, Biznaga, J de Los Planetas y el Sr. Chinarro.
Toda una arriesgada re-lectura, para que luego ellos hicieran lo propio con “Un actor mexicano” de La Buena Vida para los 20 años del sello Mushroom Pillow.
El asunto del ansiado cambio de estafeta generacional en el rock mexicano era ya algo urgente y relevante… y de momento El Shirota encabezó, desde la capital de la república mexicana, una andanada de talento novel que maduró rápidamente e incluso se proyectó fuera del país.
Tras debutar en 2020 con Tiempos raros, este año siguieron adelante con esa maraña guitarrera que los caracteriza y que han traído de vuelta desde los años noventa; “Niebla”, su nuevo sencillo, es un acto de amor hacia el feedback y la distorsión.