Jóvenes promesas que hay que seguirles la pista porque, sin darnos cuenta, van a apoderarse del foco de atención el próximo año. México, Colombia, Venezuela, Chile y Argentina, países que están exportando talento excepcional y hacen parte de esta selección.
Porque trabajaron con tenacidad y gestaron material increíble, esta decena de nombres activos, nos deja un año esperanzador y con la curiosidad de verlos exponenciar su carrera.
Toma nota que si no los conocías, ha llegado el momento de iluminar nuestro destino musical con estos prospectos.
Ni tan nuevos, pero con una propuesta refrescante que, si bien los aleja de su rock and roll inicial, se insertan en una nueva etapa musical que despierta renovado interés.
Cuatro nominaciones al Grammy Latino por su disco Mira Lo Que Me Hiciste Hacer, una gira junto con Café Tacuba por Estados Unidos y un impecable Tiny Desk, se nos presenta con un cambio de piel, de cuero, de enfoque, nuevo sonido.
Indie sin dudas, guiños al pop con destellos de guitarras distorsionadas que se ajustan al Groove de un bajo, mas bien dance. Crecimiento es la clave y un gran riesgo que el dúo supo controlar a su favor.
La dupla colombiana siempre planea una ruta equidistante de su trabajo anterior y en esta ocasión el barco sonoro con el que zarparon, llegó a puertos inexplorados, conquistando nuevas audiencias.
Más allá del cover “Bichota” de Karol G en clave post-punk, los chilenos de Friolento fueron gestando, entre reversiones y conspiraciones sonoras, un gran himno como “Vinito chileno”, su verdadera cara indie pop que abre la brecha musical y el plan que están llevando a cabo.
Aún así, la etiqueta de “perreo post-punk” (nombre de su segundo disco) que usan como carta de presentación, les está dando resultado, abriéndoles puertas en mercados como el azteca, mientras amasan una audiencia local que destila la fórmula de la banda.
Una propuesta casi barbitúrica y en su justa medida estimulante, como si el antagonismo urbano-punk enalteciera la metáfora. Esta banda le está dando un nuevo rumbo al indie chileno y reivindicando el sonido de Concepción, ciudad musical de donde salieron Los Tres o Los Bunkers.
La artista estadounidense de raíces cubanas y puertorriqueñas se tomó este 2021 para consolidar un trabajo de algunos años de gestación. Arriesgada, letal, ahora cantando en español.
Se dio la licencia de probar con sintetizadores, auto-tune, voces procesadas, electrónica, sin dejar de explorar en sus raíces caribeñas y folklóricas. Vive su mejor momento.
En el camino compositivo confiesa haberse influenciado por La Lupe, Chavela Vargas, Lucha Villa, Héctor Lavoe y hasta Bad Bunny, Arca, Nathy Peluso, Kali Uchis.
Auténtica, luminosa y progresista, entre la melancolía y la alegría, Xenia propinó un disco atemporal que le da valía para su siguiente paso.
El productor y cantante argentino Fermín Ugarte hizo un grandilocuente debut con Orden y Progreso. Un álbum con el peso de darle un tapiz novedoso a la escena pop de su país y la particularidad de colarse en esa línea musical cargada de sintetizadores, en un mood bailable, en la onda Dua Lipa, Parcels o Jungle.
Sí, Fermin tiene mucho que ver en el celebrado disco del rapero Dillom, porque su groove, líneas de bajo y frescura pop, saben inocularse en toda composición que viene gestada por él.
La tarea fue implacable, hacer una placa de pop potente, perfecta, si se quiere minimalista, para darle protagonismo a lo esencial de la producción.
Un personaje que está creando nuevos lineamientos en su entorno pero que se va a expandir a otras latitudes.
Durante todo el año, el cantautor venezolano José y El Toro, inició un proyecto, desde Chile, en su canal de YouTube, bajo el nombre de Melodrama Sessions.
Una serie de covers en clave R&B, Soul y Neo-Bolero que hurgaban en canciones de la cultura popular latina popularizadas por intérpretes como: Javier Solís, Luis Miguel, Ricky Martin, Chayanne, Bad Bunny, entre otros.
En el interín, fue exponiendo una serie de singles de su autoría con los que exploró su capacidad como crooner. Así fue hilando su concepto, dándole forma a sus influencias para formar parte de las filas del indie pop mas romántico y experimental que se está gestando por estos días.
Mateo Sujatovich, hijo del tecladista de Spinetta, es el cerebro detrás de este proyecto musical. El mes pasado editó su tercer álbum La Dirección, con un guiño a su pasado rockero.
Un viaje emocional que se bifurca entre capas de distorsión y armonías vocales que crean un contingente musical esperanzador… y sí hay un saludo a Los Rodríguez en la figura emblemática de Calamaro.
Rock and roll, blues, pop, eso que le da un aire nostálgico y esperanzador en un momento en el que lo urbano lleva la antorcha en el consumo digital.
Conociendo a Rusia ha trazado su futuro, llega con una avidez y una legión de seguidores que está despertando, conforme van actuando en directo. Lo suyo tiene la distinción estampada en el 2021.
Natalia Suazo aka Natisú hizo historia a mediados de Junio de este año, al ser la primera mujer en llevarse el Premio Pulsar 2021 como Mejor Productora del Año (Malú Mora, Yorka y Benjamín Walker), en su natal Chile.
Galardón merecido sin dudas por su impronta contribución musical. También nos presentó su segundo álbum, Hay Fuego, en el que decanta un indie-pop experimental, ecléctico, con tintes electrónicos, hipnótico y en cierto punto bailable, tribal.
Teje una introspección y reflexión en la que sus capas sonoras crean esta sensación, como si atravesáramos diferentes estados de pensamientos y estados de ánimo.
Alea es tan inquieta como toda la mezcla que se percibe en su álbum debut Alborotá. La colombiana entiende que hay un ritmo natural en New York, ciudad en la que hace vida.
Su música plasma una nueva generación de futurismo étnico latino y música folklórica experimental. Alea lo absorbe con autenticidad y honestidad.
Acompañada de músicos excepcionales como Sinuhé Padilla-Isunza y Franco Pinna, nos entrega una presentación llena de energía y pasión que viaja a través de Latinoamérica, recreando su cultura.
El ensamble es un panorama de melodías poderosas, ritmos de la tierra y sentidas conversaciones musicales provenientes del detallado y respetuoso trabajo en cada instrumento.
La comunión de la cumbia, vallenato y rancheras con jazz y landó, crea un universo sonoro vivo, ancestral y neoyorquino.
Avant-garde, noise, hip hop… y pop. Todo esto y mucho más hacen de ella “el secreto mejor guardado del actual panorama musical” y una revelación artística.
Venezolana con un linaje musical en lo clásico. Su tío, Eduardo Marturet, es el famoso director de la Sinfónica de Miami. Nani se preparó en el canto en Berklee College of Music en Boston y en ese cruce de influencias familiares e intercambios entre compañeros, fue hurgando lo urbano con melodías que revoloteaban en su cabeza.
Hipnótica, balanceada, atrevida y con una voracidad artística acorde con la efervescencia de su edad, esta joven promesa, ha despertado interés internacional de cara a un 2022 sorpresivo. Su debut en el SXSW caló en el interés de la industria.
La mexicana rompe el silencio de dos años para continuar su cruzada por conquistar el mundo. La vimos en un hermoso Tiny Desk y, desde su debut, las expectativas por verla crecer se consolidan.
En vísperas de lanzar su segundo álbum Marchita, Silvana prepara el arsenal con sigilosa seguridad. Esa voz emotiva, sentida, histriónica, junto a melodías que transcienden con su timbre, le dan una especial atención.
Calidez, simpatía y una voz que destila sentimientos, la cantante de Veracruz tiene claro cómo afincarse con su talento.