Pájaro Sauce presenta “Ausencia”. El grupo nace como un proyecto de música alternativa que parte de la creatividad de Alondra Montero-González (voz, performance y dirección escénica en vivo) y Anel Saucedo (composición, arreglos y producción). Su sonido melancólico tiene raíces en el folk, pero se expande hacia nuevos horizontes al incorporar guitarras eléctricas, bajo, piano, percusiones tribales, juguetes y procesos digitales.
Tuvimos el placer de conversar con Alondra Montero, una de las mitades de Pájaro Sauce, quien nos compartió detalles sobre la importancia de las narrativas visuales en su proyecto, su enfoque en llevar los shows más allá de lo musical, y las emociones que inspiraron su nueva canción, “Ausencia”.
¿Cómo estás? ¿En qué estás trabajando?
Trabajando en la promo de “Ausencia”, el nuevo sencillo con su video. También grabando un nuevo sencillo que saldrá el próximo año. Y tocando donde se pueda con este show que traemos, que está interpretado en lengua de señas.
¡Excelente! ¿Habrá lanzamientos de larga duración?
Sencillos. Desde hace bastante tiempo estamos trabajando con sencillos, así trabajamos mejor.
De este nuevo sencillo, Ausencia, ¿cómo nace? ¿Cómo es el proceso creativo?
Quien se encarga de la producción es Anel Saucedo, la otra mitad de este proyecto. Esta canción nace a raíz de pérdidas que ella y yo tuvimos durante la pandemia. Habla de esta cuestión de cuando uno pierde a alguien, de cuando trasciende lo físico. Se enfoca en el miedo de perder los recuerdos, en pensar en la posibilidad de olvidar la voz de alguien.
¿Cómo se da el proceso creativo?
Siempre estamos platicando; ella está en Canadá. Al principio del proyecto, ella vivía aquí y componíamos juntas. Desde que se fue durante la pandemia, la dinámica ha cambiado: platicamos mucho sobre lo que queremos expresar y nace de los sentimientos y duelos que estamos viviendo.
Me intriga ese intercambio musical a la distancia, ¿cómo se da?
Normalmente estamos en contacto, hablamos de lo que está pasando en nuestras vidas. Ella me manda la maqueta, ya lista para grabar, y yo también puedo proponer ideas. Además, yo me encargo de la parte visual: portadas y videos.
¿Estás ubicada en Ciudad de México?
En Satélite.
Me llama mucho la atención la incorporación de lengua de señas en tu show. ¿De dónde viene eso? ¿De alguna experiencia personal?
No tengo algún familiar o amigo cercano sordo, pero con esto de la lengua de señas he conocido a más gente. Realmente empezó como una experimentación de la música. A veces nos quedamos solo con la banda tocando, pero quería ir más allá: explorar otras formas de experimentar la música. Conocí a la asociación Voces con las Manos, y decidieron unirse para interpretar. Fue muy diferente a lo que yo pensaba porque no es una traducción, sino una interpretación. Las palabras son conceptos muy distintos en lengua de señas. Poco a poco me fui clavando más, y ya no fue solo experimentación. Ahora ha llegado gente sorda a los shows, y los disfrutan mucho. Como artista, debes tener un compromiso social. Muchas veces luchamos por incluir cosas que creemos inclusivas, pero lo hacemos de manera supercial. Se me ha hecho maravilloso; no mucha gente lo propone. Aunque ya se empieza a hacer más,
algo que distingue nuestra propuesta es que nuestra intérprete está integrada al show, es parte de él.
Noto mucha identidad visual en sus en vivos. ¿Qué narrativa o mensaje buscan transmitir?
Desde el principio, cuando creamos el concepto, queríamos que fuera más que una banda tocando. Lo que buscamos es proponer un imaginario, una experiencia inmersiva. Que vayas a un show y sientas que abriste la puerta a otro mundo, donde hay personajes y música que se puede ver. Una atmósfera inmersiva basada en el teatro. Yo tengo formación actoral, y eso me gusta mucho. Le da fuerza y potencia a la música de una forma que no se percibe a diario.
Noto la naturaleza, los árboles y las aves muy presentes en su proyecto. ¿De dónde viene eso?
Es el origen, es el origen [risas]. Cuando creamos el proyecto, nos dimos cuenta: ella se apellida Saucedo, como un sauce; yo me llamo Alondra, como el pájaro. Nuestras personalidades también son así: ella es muy enraizada, y yo soy más “aérea”. De ahí viene esa conexión con lo orgánico. Hemos incorporado elementos como los corazones y la magia para crear personajes alrededor de esta temática.