Inside The Monkey: Día Dos | Ellas Mandan!

Monkey Week, Paz Court - Day 2. La Banda Elástica

Mi segundo día en Sevilla empieza tarde y averiado. Me echo para adentro un salmorejo y una ensaladilla rusa y me dirijo al Espacio Santa Clara a ver si alcanzo todavía alguna de las charlas del Monkey Pro: una instancia para que actores de la industria musical de diferentes partes del mundo se conozcan, interactúen y negocien en las inmediaciones de una casona maravillosa, y mientras se envalentonan con unas cervecitas que, como ya descubrí ayer, arrancan desde temprano y terminan al morir.

Una charlita por acá, un saludito por allá, un par de “te presento a” y sin darme cuenta aparezco otra vez en el Cartuja Center. Tengo miedo. Hoy la cosa arranca más temprano y necesito dosificar las fuerzas. Sin planearlo, me voy saltando de escenario en escenario con la satisfacción de encontrarme con una inmensa participación de proyectos liderados por mujeres.

Primero me doy un respiro al aire libre con el punk junior, inocente y melódico de Las Dianas, que repleta de juventud el escenario gratuito montado a las afueras del foro. Si bien no es mi tipo de música, veo futuro y sobre todo actitud.

Sin pensarlo, guiado más bien por el efecto hipnótico de la cerveza, me subo a la primera planta (que en verdad es la segunda… cosas de los europeos) y me inundo de nostalgia con el pop vintage de Adiós Amores, un dúo Sevilla-granadino que empieza a transformar el espacio en una pista de baile.



Ahí mismo, un rato después, la barcelonesa Cabiria sigue por la misma línea retro, aunque con una impronta más electrónica, y me hace entender que esta noche son ellas las que mandan.

El programa está claro y la guía en mi bolsillo pero prefiero que ahí se quede; me dejo llevar. Primero por el food truck, luego -otra vez- por una de las barras infernalmente planificadas para que no puedas dar cuatro pasos sin toparte con una, y luego por el final del show de los malagueños Cosmic Wacho, que regalan afuera una infusión de cumbia psicodélica para desatar una locura que ya no pararía hasta la madrugada.

A Paz Court no me la perdía por nada del mundo. Subo hasta el último piso y me encuentro a un público hipnotizado por la soberbia presentación de esta chilena que se hace espacio en la escena internacional de la mano de una propuesta electro-folk con una profundidad difícil de describir. Canta “Pajarillo Negro” y se me eriza la piel. Necesito otro trago.

Necesito correr porque quiero alcanzar a ver a Sarria en el magnífico auditorio principal. El también Malagueño es de mis artistas consentidos y no desentona: rock de verdad y una presencia que nos hace recordar los inicios del mismísimo Bunbury.

Salgo, me topo con una barra, me topo con gente con ganas de hablar -qué simpáticos son los andaluces por Dios!-, me arrancan varias carcajadas y subo otra vez para darme un baño de hip-hop y malicia inteligente con una que es talento local: Tinatha. La gente empieza a precipitarse hacia a un lugar peligroso y yo voy derechito con ellos como oveja al matadero.

Sin entender cómo, me encuentro bailando Juan Gabriel, Polo&Pan y Sepultura en un gigantesco salón Vip que me sirve de guarida para cargar el celular y recuperar un poco de fuerzas para la maratón satánica que se viene por delante: todavía quedan los conciertos en las salas.

Ya a estas alturas no sé el nombre de las bandas que están tocando pero todo mola. Psicodelia en Sala X, hardcore en algún idioma que definitivamente no es español en Even y me doy de empujones amistosos con un grupo de desconocidos mientras las horas se me van a la velocidad de la luz saltando de sala en sala.

Cierro los ojos y despierto vestido en el sillón de una casa. La sonrisa en mi cara es de satisfacción, pero por dentro me embriaga el terror de que me queda una noche más de esta guerrilla musical llamada Monkey Week.

Por: Palabras e imágenes: Kikimonki

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

El que busca...

Search

Newsletter