Enjambre se prepara para un 2026 decisivo con el lanzamiento de su nuevo álbum Daños Luz, previsto para marzo, y una gira homónima que comenzará en enero. La banda ya ha compartido cuatro sencillos —“La Diferencia”, “Angustias”, “Vínculo” y “Juguete”—, que adelantan la atmósfera emocional y la dirección sonora del proyecto. En conversación con La Banda Elástica, Luis Humberto y Rafa Navejas hablaron sobre el proceso creativo detrás de Daños Luz, un disco que reflexiona sobre el paso del tiempo, las heridas emocionales y la búsqueda de luz en medio de la oscuridad. Desde Aguascalientes y Los Ángeles, los hermanos compartieron detalles sobre su evolución musical, el arte visual del álbum y la emoción de volver a los escenarios.

¿Cómo están, Rafa y Luis?
R: Muy bien, gracias. ¿Y tú? Luis Humberto está en Los Ángeles y yo en Aguascalientes.
Un gusto platicar con ustedes para La Banda Elástica. Están en la antesala de un nuevo disco con un nombre que es un juego de palabras. ¿De dónde salió el nombre y el concepto del disco “Daños Luz”?
LH: Hace referencia a “Años luz”. Varias canciones abordan el daño que ocurre con el tiempo y cómo nos comportamos por ello, para bien o para mal. “Luz” aporta esperanza, una salida al problema. Es un contraste que alude a varios temas del disco.
¿El factor tiempo alude a su trayectoria como banda?
LH: No. Se refiere más a la vida diaria y al contexto actual, incluida la crisis de salud mental de estas generaciones: traumas y daños de otro tiempo que aún nos afectan. No habla de la trayectoria de la banda, sino del entorno en el que estamos.

Mencionan que habrá una canción muy antigua en el nuevo disco. ¿Cuál es la historia?
LH: Hay una canción que será parte del disco nuevo que fue la primera que compusimos ya como Enjambre. Antes teníamos otro proyecto llamado Los Cuatro Fantásticos y tocábamos esas canciones, pero esta fue la primera de Enjambre. Es muy diferente a lo que la gente conoce del sonido de la banda.
¿El álbum será atemporal en cuanto a sonido?
LH: Eso lo dirá el tiempo y la gente. Ojalá se convierta en un disco atemporal. Varias canciones y álbumes nuestros, con 15 o más años, siguen vigentes con público nuevo. Si eso ocurre con el material nuevo, sería algo muy lindo.
Lo pregunto porque algunos artistas lo hacen premeditadamente, evitando modas para no quedar anclados a una época. En lo que he escuchado —como el sencillo “Juguete”— noto mucho sintetizador. ¿Es su disco con más sintetizadores?
R: Hemos usado sintetizadores con frecuencia en los últimos tres o cuatro discos. No estoy seguro de si este tiene más; quizá la cantidad es similar, pero lucen más por la búsqueda constante de una propuesta nueva en cada álbum. En algunas canciones predominan y tienen más protagonismo, pero se trata de ofrecer algo diferente respecto a discos anteriores.
¿Ya tienen pensado el arte y la portada del disco?
LH: Sí, tenemos una idea muy interesante. El regreso del vinilo abre un panorama para pensar el arte en un formato grande. Poco a poco nuestra discografía está saliendo en vinilo: por ejemplo, Daltónico (15 aniversario) ya está y se ve padrísimo en grande. También “Noches de Salón”, “Proaño” e “Imperfecto Extraño”; creemos que “Segundo Sueño” también lo tenemos en vinilo. Con el disco nuevo hay una idea muy chida que revelaremos cuando salga (planeado para 2026).
En el horizonte está Vive Latino. Recuerdo aquella vez que no tocaron con Morrissey. ¿Alguna vez lograron presentarse con él después?
LH: No, nos han cancelado dos veces. Ya lo cancelamos nosotros a él, no es cierto, es broma. Morrissey tiene fama de cancelar, sobre todo en México. Vamos a Vive Latino porque es un gran festival y compartir escenario con artistas como él es una ventaja, pero no es una meta en sí. En 2023 fuimos estelares y tocamos después de Red Hot Chili Peppers; incluso se comentó que ellos vieron a Enjambre en Vive Latino. Fue un gran show y este 2026 será aún mejor.
Cada disco cuenta una historia. ¿Cuál es la historia detrás de este, Rafa? ¿Es conceptual o una colección de canciones reunidas con el tiempo?
R: No es un disco conceptual con una narrativa que una cada canción. Como suele pasar, refleja nuestras situaciones presentes: entorno, batallas y preocupaciones. Si hay un común denominador, es el análisis del paso del tiempo desde una perspectiva un poco existencial. De ahí el título y la línea visual en vivo y en la portada que está por publicarse.

¿Cómo ha sido su historia de giras en Estados Unidos y cómo los recibe el público allá? ¿Además del público latino, va gente anglosajona? ¿Tienen fechas próximas?
R: Llevamos años “picando piedra” y las giras se han vuelto más sólidas: más fechas, mejor aforo y venues más grandes. En los últimos tres años hicimos giras de un mes por Estados Unidos y cada año se suma más gente. Nos perfilamos para la próxima gira en febrero o marzo del próximo año, con unas 18 ciudades ya pactadas. Es una aventura: del frío del East Coast y el norte, al calor de California, el desierto en Arizona y Texas. Conectamos con paisanos y con público de otros países y grupos étnicos. Cansa, pero es muy gratificante, más ahora que iremos con disco nuevo.
¿Tendrán videoclips y trabajos audiovisuales para este lanzamiento?
LH: Sí, estaremos publicando material audiovisual que acompaña el concepto y la estética del álbum.
Han recurrido a referencias vintage y a la Época de Oro del cine mexicano. ¿Cuál es su película mexicana favorita de esa época?
R: Nos gustan mucho las películas de Cantinflas y de Pedro Infante, perdón, a veces falla la memoria con los títulos). También nos gusta la cinematografía de Emilio “El Indio” Fernández por llevar el cine al campo y la vida del campesino.
LH: Además, una recomendación reciente: “Autos, mota y rock and roll”, de Cravioto (también hizo “Olimpia”, “Entra en mi vida” y “Mexican Gangster”). Es cine mexicano que no le pide nada a Hollywood ni cae en la comedia romántica; trata un hecho histórico con un registro accesible. Vale mucho la pena.





