Hace algunos años, los muchachos de Dávila 666 regresaban de una gira por Estados Unidos y Panda Dávila, el panderetista, me contó de una chica que ni corta ni perezosa se lanzó de cabeza a un lago al terminar una nota de prensa, precisamente para La Banda Elástica, durante las rockanroleras semanas del SXSW en Austin, Texas. “Brrrr… está fría” dijo la chica y lo siguió por ahí de lo más campante, secándose bajo el sol.
Esa fue la primera vez que escuché hablar de Teri Suárez, aka Teri Gender Bender, vocalista, guitarra, teclados y madre literal de Le Butcherettes, acto punk rock oriundo de Guadalajara, México.
Según los comentarios de sus fans y otros curiosos en las redes sociales, la Teri es una punketa que mete miedo, una de esas chicas que en tarima intimida por su crudeza y actitud desafiante.
No le teme al escenario y lo mismo trepa a los andamios de la tarima en el Coachella para colgarse de cabeza y cantar una canción, que salta al mar de seguidores que se revuelcan en el mosh pit o se arrastra por el suelo como poseída por múltiples demonios sin exorcizar.
Es la dueña de su propuesta artística y lo deja claro cuando hace lo que más le gusta en la vida: componer canciones e interpretarlas en directo. La semana pasada hablé con ella por teléfono y descubrí a una gran artista que merece toda la gloria que va cosechando y la inmensidad de éxitos que se avecinan.
Le Butcherettes (Las carniceras) es un concepto sólido que juega con las metáforas hacia la mujer/carne como objeto del deseo sobre una visión feminista, conceptualizada por Teri Gender Bender, personaje escénico que reta las percepciones sociales de lo femenino apoderándose del imaginario masculino, sin pedir permiso ni mucho menos excusarse.
De primera instancia te deja ver lo delicada y dulce que realmente es esta ex-estudiante de filosofía, una chica muy bonita, casi una florecita, que cuando canta y toca sus canciones, se transforma ante tus ojos, haciéndote sentir… alerta.
LET IT BLEED…
La noche del 23 de marzo de 2007, en el Foro Volco de Guadalajara (México), subió a la tarima por primera vez, ante un público underground de más o menos 20 rockeros. La cantante, una chica muy cute, de cabellos oscuros y labios rojos, femme total— sabía que debutaba, pero no se imaginaba el detalle que el destino le tenía guardado.
Cuenta la artista que hubo sangre, vergüenza y mucho gozo.
Teri cantaba, tocaba sus instrumentos y bailaba poseída al punto que no advirtió que su tampón sangriento se había escapado del estuche carnívoro de sus entrepiernas, para el asombro y shock total de la audiencia.
Dice que un flash de vergüenza quiso interferir en su espectáculo, pero una fuerza más allá de los convencionalismos sociales la llevó a convertir este accidente en el nacimiento literal de una puesta en escena que la caracteriza, enriquecida con improvisación y performance.
De ahí en adelante optó por usar licras debajo de sus vestidos cortos, pero la sangre fue parte esencial de su propuesta histriónica, pues casi siempre lleva un delantal ensangrentado haciendo honor al nombre del grupo y lo que representa.
Compone canciones todo el tiempo, rinde homenaje a la mujer que quiere salir adelante, la que no se deja colonizar por complejo alguno pero que hace sufrir y sufre, ama y se venga de ser necesario. Critica la injusticia social, se vale de registros de voz contrastantes, por momentos sutiles y susurrados, de repente a gritos, variando rangos altos y graves como le da la gana.
Le Butcherettes surgió en Guadalajara en 2007, en un momento en que la escena independiente despuntaba con paso firme en la vida musical de la ciudad. Actualmente (2014) el proyecto se conforma por Teri Gender Bender (Teresa Suárez) en guitarra, teclados y voz y Lia Braswell en la batería. Con la presencia ocasional, pero constante del gran Omar Rodríguez López (At the Drive In, Mars Volta). Y con esta nueva alineación, en la que nuevamente predominan las hormonas, la banda anuncia su regreso con Cry Is For The Flies, su nuevo material discográfico.
Su papá era filósofo, un hombre intenso que amaba las artes, que le enseñó la música de The Who y The Clash cuando andaba alegre, pero que se sumergía en los clásicos como Mozart y Beethoven cuando la tristeza y la melancolía le dominaban, que según la artista, era la mayor parte del tiempo.
El papá escuchaba la música a todo volumen, la familia se molestaba y le mandaba a bajarla, pero ella conectaba con él y desde los cinco o seis años de edad se sentía su cómplice hasta el día de su muerte.
La madre es actriz y cada noche inventaba historias alucinantes que despertaban su curiosidad. En fin, que desde chiquita tiene consciencia de una vida sobre las tablas, influencia que se ve cuando incluye props como cabezas de cerdo, bailarinas contemporáneas y otros recursos estéticos insólitos en algunas de sus presentaciones.
Su primera grabación fue un EP que tituló Kiss And Kill, con este material hizo cientos de conciertos en la escena subterránea de Guadalajara puliendo así su show y creciendo una base de fanáticos fieles. Una noche, de nuevo en el Foro Volco, sería telonera de otro grupo, a quien mi compatriota, Omar Rodríguez López acudió a apoyar.
Esa noche se fue la luz y siendo ella fiel a una regla inquebrantable del teatro (the show must go on…), subió al escenario, megáfono en mano, y procedió a hacer su espectáculo contra viento y marea.
Omar quedó impactado con los cojones/ovarios de esta chica y ofreció ser su productor en Sin Sin Sin, disco con el cual obtuvo varios reconocimientos importantes en la industria y viajó a Latinoamérica, Europa y Estados Unidos compartiendo tarimas con los Yeah Yeah Yeahs y otros artistas de semejante calibre.
Le Butcherettes | Henry Don’t Got Love
La banda ha sufrido varios cambios en su formación, pero ya está completa con la baterista Lia Braswell. Omar la acompaña en el bajo siempre que puede y cuando no, algún buen bajista invitado.
El mes pasado, Le Butcherettes lanzó online Cry Is For The Flies, un tercer disco, también producido por Omar Rodríguez López que cuenta con invitados de lujo como Shirley Manson, cantante de Garbage y Henry Rollins, de Black Flag, ambos consagrados artistas que se han vuelto fans de ella, comparándola con la fuerza histriónica de Iggy Pop, al igual que Karen O de los Yeah Yeah Yeahs, quien le dedicó algunas de sus canciones durante su gira en México.
Con sólo veinticuatro años de edad, Teri Suárez está viendo cómo poco a poco se van cumpliendo sus expectativas, fantasías y sueños de rockanrol. Cuando le pregunto cuán satisfecha se siente, reconoce con humildad y asombro que lo que está viviendo es especial, pero sabe que aún queda mucho por hacer. Le pregunto si también compone en español y me dice que sí. Reconoce la riqueza de esta lengua y me cuenta que pronto podremos escuchar estas composiciones en Bosnian Rainbows, un proyecto musical que comparte con Omar y otros talentosos músicos.
Bosnian Rainbows | Live at Clouds Hill
Por el momento me come la curiosidad por conocerla en persona y reventarme en algunos de sus conciertos. Si ustedes tienen la oportunidad de alcanzarla en su gira de espectáculos en festivales y venues del mundo, déjense seducir por su ingenio.
La propuesta artística de Le Butcherettes rompe con la monotonía mainstream que impera en estos tiempos de locura. Será como encontrar un tesoro de valor incalculable entre el mar de fórmulas pendejas, que dominan al gusto popular.
Un hallazgo como éste estimula los sentidos y el intelecto a la vez pues es igual a una droga maravillosa, atrapa toda tu atención y siempre abre puertas que conectan con un mas allá—sobre todo porque nace de las entrañas calientes en una chica diferente, bautizado con el rojo rubí de su bálsamo menstrual.
Salut!