Benditas sean las épocas de MySpace. Además de que su permeabilidad potenciaba el cultivo de la melomanía, era una plataforma que propiciaba la fertilidad.
Como satélite sin rumbo fijo, Fernando Burgos “Oro de neta” llegó desde Ciudad Juárez para formar una banda. En ese entonces, lo más natural era publicar un anuncio en la red social de Justin Timberlake. “Se busca una cantante de SEXO femenino” decía el mensaje, que contestó Denise Gutiérrez.
Ambos no sospechaban que ese encuentro detonaría una de las bandas más representativas y renovadoras de la escena independiente mexicana, cuando asumirse como un artista “independiente” no era algo gratuito y realmente implicaba desarrollar una carrera de manera autónoma y autogestiva.
Bajo esa dinámica surge el EP Hello Seahorse! and The Jellyfish Parade, una colección de temas bilingües que entre el español y el inglés aventuraban un sonido marítimo y juguetón que reflexionaba sobre la inocencia.
Más adelante, la banda lanza Hoy a las ocho, un álbum con cierto candor estilístico que todavía no desata “la furia de un león”, pero cuya transparencia causa cierto revuelo.
La banda decide regalar el material en descarga a través de su portal y sin querer, la disquera Magic Marker, de Portland lo escucha y decide editar el disco de manera física. Al poco tiempo, Pitchfork, Stereogum y Mtv3 lo reseñan favorablemente, un logro editorial inédito para una banda mexicana.
En este punto, Hello Seahorse! toma dos decisiones fundamentales: deciden componer su nuevo material 100% en español, ahora bajo la producción de Yamil Rezc, un productor reconocido por su talento para cristalizar un sonido más universal y sofisticado.
Esta duplicidad denota una evolución fundamental al interior de la banda, que deja atrás su imagen naive para consolidar un sonido más serio e introspectivo, afín con el vuelco temático que sugerían las letras de Denise. Bajo el alter ego creativo de “Lo Blondo”, la pluma de la soprano mexicano-estadounidense apuntala una renovación lírica hacia temas de índole existencial que ahonda en letras dolidas, plagadas de confesiones, confrontaciones y acusaciones.
Con un timbre y un vibrato operístico, la banda lanza “Bestia” a finales de 2008, un sencillo que rompe récords de descarga en Reactor, la influyente estación radial afincada en la capital mexicana, con su mezcla de pop sideral que recuerda la manufactura del tema “Vinyl” de Zoé, pero con una ejecución vocal novedosa que habla sobre la pena de enunciar una infidelidad.
A partir de aquí, la carrera de la banda sube como la inercia de la espuma y ya con el lanzamiento del disco completo aterrizan en 2009 en festivales como el Indie-O Fest, SXSW y Vive Latino.
Con una búsqueda sonora próxima al dream pop, con destellos de synth pop y trip hop, Bestia es un clásico instantáneo, un álbum que refleja la madurez de una banda en crecimiento, que equilibra la sensibilidad pop con melodías profundas y atemporales. Las colaboraciones de Chetes (guitarra y voz en “Siberia”) y Daniel Slotnik de Los Dorados en “El Recuerdo”, además de remixes de Julieta Venegas, Money Mark, Clinic y Toy Selectah, añaden pedigrí a este disco nominado a “Mejor canción” en los Grammys Latinos y en los Premios Indie-O en la ciudad de México.
Para muchas bandas, el segundo disco es la prueba de fuego. Para Hello Seahorse!, la presión de superar el éxito demoledor de Bestia se patentizaba en esta cuarta entrega, que ahora cuenta con Joe Borunda en la guitarra. Con los reflectores encima, la banda llama la atención del colaborador de los Beastie Boys, Money Mark (que curiosamente los descubrió en MySpace), que en mancuerna con Yamil Rezc, produce algunos tracks de Lejos. No Tan Lejos.
Contra todo pronóstico, la banda aventura un álbum de tonalidades más oscuras, un disco que merodea por acordes menores que capturan el sentido de vacío de las letras de Denise, que aborda la condición humana en letras de inspiración literaria. Aunque este disco no representó un éxito comercial, se convierte en un álbum de culto que muestra una banda arrojada y capaz de abandonar la zona de confort en aras de no mancillar su búsqueda estética.
De una personalidad inconfundible, la voz de Lo Blondo es requerida en varios lados: por una parte, es invitada junto a Ely Guerra y Natalia Lafourcade a participar con la Orquesta Filarmónica de las Américas por la directora Alondra de la Parra, un logro que le abre las puertas hacia otro tipo público.
Sin embargo, el punto álgido vendría con la invitación al MTV Unplugged de Zoé, que la consolida como un talento indiscutible en toda Latinoamérica. La apoteosis fue coronada con un Metropólitan abarrotado, en el que Denise dice adiós a su personaje “Lo Blondo“.
Después de giras por todo EU y una presentación en Coachella, el grupo no detiene su vorágine creativa y sin mayor preámbulo se concentra en la grabación de Arunima, palabra que proviene del sánscrito que hace referencia al primer rayo del sol del día.
Una vez más, el grupo demuestra su capacidad de reinvención hacia terrenos inexplorados: desde su track abridor titulado “Buen viaje”, se anticipa una aventura hacia sonoridades más lisérgicas, con elipses de experimentación, sin abandonar la exquisitez artsy-pop que los ha convertido en la banda más celebrada de los últimos años. Con una habilidad para escribir himnos generacionales, Hello Seahorse! pertenece a una nueva camada de bandas que configuran un sonido de alcance cosmopolita, un grupo que si bien es conocido más por sus sencillos, al interior le apuesta a la hechura de obras completas, un arrojo que le suma credibilidad a su trabajo.
Con honestidad y transparencia, Hello Seahorse! empata con el sentir de una juventud que se sabe vulnerable y a la deriva. Con letras que calan por su desnudez, este cuarteto representa un aliento refinado de cómo hacer un rock introspectivo de alcances universales.
En directo, la delicadeza de sus arreglos es traducida con sensibilidad y suficiencia instrumental, en un show que equivale a una travesía por diversos estados de ánimo, hábilmente amarrados en un caleidoscopio sonoro que invita al viaje en su andamiaje ecléctico y contemporáneo.
