El Gran Silencio: Freestyle norteño popular que huele a pura yesca y sabrosura!

Gran_Silencio-by-Maria-Madrigal

Proveniente del meritito Cerro de la Silla, surge en 1992 este quinteto responsable de inaugurar un crisol sonoro que ellos mismo definen como freestyle norteño popular, engranaje de ritmos y sub géneros que parten del rock, el reggae, el dancehall y el hip-hop para enlazarlos con música latinoamericana tradicional como la cumbia, el vallenato, la polka, y la música norteña.

Si en el DF, la Maldita Vecindad reivindicaba la figura del pachuco como un personaje esencial de la cultura popular, al norte se replicaba el discurso con esta banda forjada en el barrio, con la convicción ideológica de cambiar la percepción sobre el “chúntaro”, los jóvenes marginados en el barrio por su vestimenta y gusto por el hip hop.

Con una lírica ingeniosa y ocurrente cantada bajo la libertad del rap pero con cierto flow barriobajero, este quinteto debutó en el 96 con una producción independiente que no tuvo mucho impacto, titulada Dofos, sin embargo, con el lanzamiento de Libres y locos, un par de años después, la banda no tardó en volverse muy popular como representantes de una nueva tribu urbana que le apostaba por la libertad de discurso, la tolerancia y el baile como válvula de escape.

Si bien la banda recibió opiniones muy disímbolas entre la crítica musical, su autenticidad convencía a la hora de presentarse en vivo como un ensamble ecléctico que sabía equilibrar la parte lúdica de la banda con un manifiesto que recordaba el ideario utópico de los 60.

Si actualmente hay varios músicos como Juan Cirerol que abrevan del norteño para construir su propio discurso, la idea fue explotada hace 20 años por EGS, que desde el lanzamiento del video de “Dormir soñando”, se volvieron un fenómeno inmediato gracias al MTV Latino, que lo programó durante su primera etapa de manera constante.

Pero el verdadero cañonazo llegó con Chúntaros Radio Power, un segundo álbum que abandonó la fórmula del rap-norteño para desarrollar un sub género inédito, conocido como el chúntaro style, un estilo con el que se identificaron no sólo aquellos jóvenes que pertenecían al ghetto, sino toda una horda de seguidores que disfrutaban del mensaje positivo que gustaba plasmar Tony Hernández en sus letras. Pura yesca y sabrosura.

Con todos los reflectores encima y un crossover que les permitía estar en contacto tanto con artistas populares como por los representantes de lo alternativo, las colaboraciones con gente como Celso Piña, Cecilia Toussaint, los Kumbia Kings, Juan Gabriel, Los Capi, Control Machete, La Rivera y Los Auténticos Decadentes no se hicieron esperar durante los siguientes años.

Aunque la banda no ha dejado de editar discos y de presentarse en vivo, sus dos primeros discos resumen el espíritu del grupo, cuando la inspiración y la frescura los acompañaban para configurar una propuesta de originalidad inusitada, sostenida en vivo por músicos de suficiencia instrumental, capaces de navegar a través de géneros tan amplios como el rock urbano, la cumbia, el raggamuffin, el reggae y el ska de manera coherente y con una gran relevancia dentro de la historia del Rock Hecho en México.

Por: Vicente Jáuregui

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