Ayer, ante medios y fans, Rodrigo Guardiola —baterista de Zoé— y Toni Francois, fotógrafa y cronista visual de la banda, presentaron una singular exposición acompañados por el periodista Julio Martínez Ríos, quien fungió como maestro de ceremonias en este viaje sonoro y visual. La muestra permanecerá abierta al público hasta enero de 2026, invitando a los transeúntes del metro a convertirse en exploradores de este cosmos emocional.
. El corredor de la estación Zapata, en la Línea 12, se transformó en una galaxia visual con la inauguración de la exposición “ZOÉ: Vivencias Espaciales”, una muestra que convierte dos décadas de música, luces y emociones en constelaciones fotográficas.
Durante más de veinte años, Zoé ha forjado un universo sonoro donde conviven la psicodelia, el amor cósmico y la introspección. Sus canciones son viajes de ida y vuelta entre el alma y el espacio, y ahora, gracias a la lente de Toni Francois, esos trayectos se materializan en imágenes que capturan la esencia de la banda: el silencio antes del riff, la mirada perdida en un ensayo, la euforia de un público iluminado por la música.
Cada fotografía es una cápsula de tiempo. Francois ha acompañado a Zoé desde los días de grabación hasta los vuelos de estadio, tejiendo una narrativa visual que refleja la metamorfosis del grupo y el magnetismo que lo mantiene girando en su órbita particular. Es la historia de una banda que aprendió a convertir su vulnerabilidad en energía y su introspección en un lenguaje universal.
Mientras las fotografías habitan los pasillos del metro, la banda se prepara para presentarse los próximos 12 y 13 de noviembre en el Estadio GNP, como parte de su aclamada temporada de seis noches en el recinto más grande del país. Este año, el grupo ha encendido a sus seguidores con los estrenos de “Campo de Fuerza” y “Rexsexex”, temas que vibran entre la sensualidad y la introspección cósmica, y que han resonado con fuerza en sus cuatro presentaciones previas en el GNP, así como en Guadalajara y Querétaro.
“Vivencias Espaciales” es mucho más que una exposición: es una bitácora de viaje. Un testimonio de cómo una banda, un grupo de amigos y un sinfín de seguidores han compartido una travesía sonora que trasciende generaciones.
Para los lectores de CDMX, es buen momento para darse un vuelta. Se prevee que esta expo llegue a USA o sudamérica en algunas galería destinada para la ocasión.
