Hace unos años que el cantante, guitarrista y compositor venezolano Rodrigo Solo, ahora residenciado en Miami, editó su álbum debut en solitario No Estás Solo (2015). Un puñado de canciones introspectivas y personales que lo alejaban de la distorsión de la banda de rock que le dio la fama y sus primeras nominaciones al Latin Grammy: Viniloversus.
Desde entonces ha ido sacando sencillos, inmerso en un minimalismo y búsqueda de ambientes sonoros que resuenan en su inquieta creatividad. En ese interín tuvo sus desahogos estridentes y experimentales con el power-trio Arawato. También nominados al Grammy Latino.
Sigilosamente fue desdibujando toda presunción de una carrera solista tímida. El obvio pop se ha ido transformando en una búsqueda de personalidad, alimentándose de historias sobre alejamientos y redención. Su foco como compositor ha sido sólido.
Recién lanzó “Espina”. Una de sus canciones más sublimes, encantadoras y experimentales hasta ahora. Una alborada art-pop taciturna. Parece gestada en el ocaso de una turbulencia interna, como un exorcismo mental y limpieza espiritual.
“Espina” muestra una solemne inspiración de James Blake en “Godspeed” o Sebastián Tellier en “Fantino”. Todo se va ntrelazando con guiños a lo Massive Attack. Ahí liba de un Cerati evocando admiración perpetua a Spinetta.
Rodrigo Solo inicia este recorrido sobre un afable piano percusivo a ratos primitivo y desenfrenado. Cquetea con loops hipnóticos y delirantes. Esos espacios y tempos, logran crear mayor narrativa sentimental ante una letra concisa y sin mucho perorata… “Es algo tarde lo sé…”.
Este track forma parte de lo que será su segunda placa de nueve canciones inéditas Simple (2022). Según promete el cantautor, verá la luz durante el último trimestre del año.
RODRIGO SOLO
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