A estas alturas del partido, una rivalidad entre géneros musicales debería estar sobrepasada. Sin embargo era de esperarse que el rock tarde que temprano colisionara con el mundo del bling bling, sobre todo cuando este dejó el underground y se convirtió en eso que llaman “el nuevo pop”, convirtiendo mágicamente en reggaetoneros de barrio a todos los artistas con aspiraciones comerciales.
“Hoy en día los artistas salen con una colaboración y no puedo diferenciar quién es quién de lo que está en el top 10; es una falta de respeto para quien está haciendo música de verdad”, aseguró sobre la invasión del reggaetón y esa homogeneización de la fórmula, Residente (René Pérez Joglar, ex Calle 13), músico ligado de algún modo al género urbano aunque con tendencias más alternativas; sí, también recientemente protagonizó una pelea viral con J Balvin, uno de los héroes del reggaetón, aunque el ataque no fue tan frontal como el de la agrupación hidrocálida La Santísima Voladora y su reciente lanzamiento “No me gusta el reggaetón”, que a ritmo de rap, metal y reggae, arremete contra “la música que es una escoria; pura estupidez como el pendejo de Fat Bony” (o algo así), reza la letra nada sutil.
Y no, la confrontación no es nueva y viene desde distintos flancos, desde los albores del reggaetón (cuando aún era una suerte de dancehall), muchos músicos de rock (y géneros afines) han mostrado antipatía (por no decir repudio) por el género.
Eso tampoco es nuevo, el rock —en su carácter de catalizador de tendencias, con todo y su eclecticismo— siempre ha sido celoso de esa mantener su hegemonía como música rebelde y soundtrack de la juventud, peso que la ha perdido con el paso de los años y tras llegada de otros géneros musicales.
Recordemos la quema masiva de vinilos de música disco en 1977 en un estadio de béisbol (género que por cierto, vimos fusionarse en su momento más álgido, en canciones de KISS, Rod Stewart o hasta David Bowie), que simbolizó la muerte del sonido disco e hizo renacer al rock en los años 80- Hoy, eso parecería podría pasar con la música urbana (más que el nuevo punk o el nuevo pop es la nueva música disco) afirman quienes estudian los ciclos de vida de un género musical, pero tal acontecimiento parecería imposible dado que el hype ya no depende de un formato físico (y ni modo de quemar streamings o mp3s) y el reggaetón continúa acaparando las tendencias, para tristeza de algunos músicos de rock de ayer y hoy que desprecian (tú no Damon Albarn) lo que representa el reggaetón y todo lo que hay alrededor de esté estilo musical que parece no extinguirse y se multiplica como gremlins en una alberca.
Uno de los pioneros de esta “guerra” fue el popero Alek Synteks: “¿Qué le pasa a la gente? porqué el mismo ritmo, porque las letras misóginas y vulgaridades, ya estoy hasta la madre”, comentó hace un par de años y su declaración generó polémica y fue —nos guste o no, el Ex líder de La Gente Normal y ex músico de Kenny y Los Eléctricos — punta de lanza.
“Basura desechable” y “Refrito de ignorancia”: El reggaetón según León de Zoé.
El pasado fin de semana el vocalista de Zoé, agregó leña al fuego y publicó un comentario en contra de Bad Bunny, quizás el artista urbano más cotizado de los últimos tiempos.
El músico mexicano comentó en Twitter el post del medio español El Mundo, que daba cifras sobre el disco más reciente del reggaetonero puertorriqueño y citaba que las 23 canciones de su álbum más reciente, eran de las más escuchadas a nivel internacional. “Basura desechable” y “Refrito de ignorancia” fueron las palabras que León dedicó a Bad Bunny.
Horas después, eliminó su tuit. En 2018 en un canal de televisión del sureste mexicano (Cadena Sur), León ya había confesado que no le gustaba el reggaetón, porque él aún creía en el romanticismo de la música. Además, calificó al reggaetón como “Una moda que pronto terminaría”.
“El reggaetón mueve al mundo”: Fito Paez.
Sin embargo, casi un lustro después de aquellas declaraciones, parece que “La batalla” se está perdiendo, o al menos eso adelantó Fito Páez, quien fue un poco más filosófico y menos sarcástico y en su canción “Se terminó” del disco La Ciudad Liberada de 2017 canta: “Se terminó, se terminó, perdieron todas las apuestas los cantores de protesta, al final el reggaetón mueve el mundo” y no sabemos si sus palabras son de rendición, ironía o amargura, pero las dice en un contexto apocalíptico que de algún modo, se burla del idealismo, las buenas costumbres y de paso, la revolución latinoamericana y sus utopías a la Silvio Rodríguez.
“Despiertame cuando pase el reggaetón”, Cerati.
En 2007, el mundo aún no sufría los estragos del “Fatal virus que aún asola a la humanidad”, y no nos referimos al Covid-19, sino a la música urbana. Cerati, como buen profeta pop ya veía venir la invasión en aquel 2007 y por ello, su irónica frase “Despiértame cuando pase el reggaetón”.
Pronunciada varias veces durante la gira “Me verás volver” e incluso, usada para sustituir el verso de la canción original (“Cuando pase el temblor”) en su show en el Monumental de River Plate en la capital argentina.
Sin ser una declaración directa, la frase encierra lo agobiado que estaba el artista con lo que estaba pasando musicalmente hablando ya en el mundo y lo acredita en el club de artistas que se pronunciaron de alguna forma sobre el fenómeno.
Curiosamente, lo hizo en la mencionada canción, una de sus contados temas con aire latino (con letra dark), entre reggae y sonidos andinos. No imaginamos a Cerati colaborando con Bad Bunny como sí lo hiciera hace un par de años Rubén Albarrán, quien fue muy criticado por “traicionar al rock”.
De hecho, Café Tacvba (sin el cantante) se acaba de subir al escenario con la mismísima intérprete de “Bichota”, Karol G, a hacer un dueto de su hit “Eres”.
De Toreros Muertos a Enanos Verdes: Una relación amor-odio.
“Sí, me gustaría hacer un reggaetón para ver si la gente le coge asco al reggaeton. ¿Entiende mi tarea? A base de definir un concepto de canción, cargártelo”, dijo por su parte en una entrevista de radio madrileña Pablo Carbonell, el mítico líder de Los Toreros Muertos.
Quienes sí han hecho la tarea son el mencionado Rubén Albarrán, Julieta Venegas o Maná (aunque estos ni siquiera son rock, aunque el documental Rompan Todo diga lo contrario) y han colaborado lo mismo con Bad Bunny que con Nicky Jam; Marciano Cantero, el líder de los cada minuto que pasa más obsoletos Enanitos Verdes, también le ha entrado al perreo y colaboró “Un peso”, tema de J Balvin y el mismo Bad Bunny.
No, que Wisin & Yandel usen playeras o chamarras con logos de Dead Kennedys y The Ramones, no cuenta como colaboración
“No tengo nada en contra del reggaetón pero…” Natalia Lafourcade
En la entrega del Grammy 2018, la épica reacción y la cara de desconcierto/ desacuerdo de Natalia Lafourcade cuando se anunció que Maluma había ganado una presea dio la vuelta al internet. “Lo que le envidio a Maluma es su avión privado, hay buena música y mala música, está bien”, reveló divertida la artista —que por cierto, tampoco es que tenga mucho que ver con el rock actualmente— en una entrevista para varios medios a su llegada al aeropuerto de la CDMX tras el incidente.
“Yo pienso que es muy importante que haya espacio para todo. No tengo nada en contra del reggaetón en particular, en lo personal, sin embargo sí siento que es la lucha por mantener un equilibrio, hay muchos géneros musicales, muchas nuevas propuestas, artistas nuevos que están nominados eso me dio mucho gusto”, aseguró en una entrevista.
Julieta Venegas: “Se enojaron que colaboré con Bad Bunny”
Julieta Venegas, por su parte, ha abrazado al reggaetón de forma efusiva:
“A mí me da risa que se enojaron que colaboré con Bad Bunny”, confesó a principios de año a la revista GQ México sobre su dueto (“Lo siento BB”) con el boricua y el productor Tainy. “ Yo nunca he creído en el purismo, siempre he sido de la idea de que los géneros musicales hay que revolverlos”, zanjó.
Molotov: ¿Identificados por el reggaetón?
Sí, su canción “Rastaman-dita” era una especie de reggaetón, nadie lo puede negar, aunque en realidad se trata de una suerte de dancehall rock a la El General (su referencia “pareces una botella de Chaparrita”, el refresco, es clara), sin embargo el grupo tampoco no es muy fan del reggaetón actual y en 2016, Paco Ayala declaró para el diario La Voz de Galicia: “No sé si la parte de la libertad de expresión que se abrió se empezó a confundir con el libertinaje, porque realmente ellos hablan de cosas mucho más vulgares que nosotros”.
Fobia, sobre la desaparición del reggaetón
“El reggaetón va a desaparecer como lo hicieron otros géneros pero el rock es indestructible” comentó Paco Huidobro, guitarrista y compositor de Fobia para El Universal en 2019. En los 90, la banda se había aventurado con una especie de proto-reggaetón en su tema “Mira Teté” (mientras más fumo más te quiero), más como una parodia que como un homenaje.
En otra entrevista reciente, su compañero de banda Jay de la Cueva aseguró que en el reggaetón había “más compañerismo que en el rock mexicano”, (claro que con su otra banda, Moderatto, donde tocan 3 integrantes de Fobia, han colaborado con artistas como Karol G).
Enrique Bunbury: El héroe rompe el silencio sobre el reggaetón
“Me preguntan por el reggaetón, es una música que no he escuchado prácticamente nunca, dicen que es muy popular y que hay gente que la escucha. Como no la escucho no sé si denigra o no a la mujer y no sé sí en el reggaetón hay un Bob Marley, un John Lennon o un Miles Davis, si alguien tiene ese dato que me lo diga”, contestó en una conferencia de prensa ante varios medios en la CDMX en 2020.
Así las cosas en este frente de batalla que de una especie de guerra fría, ha pasado a un ataque frontal.