“Sacar belleza de este caso, es virtud”, cantó Gustavo Cerati en su último disco. Bajo esa premisa, los uruguayos de No Te Va A Gustar tomaron las riendas del destino y transformaron el encierro en canciones. A comienzos de 2020, todo apuntaba hacia la carretera. La gira de “Otras Canciones 25 años” tenía aún mucho por delante.
Sobra decir las razones por las cuáles el cierre nunca llegó. Aunque la idea de un nuevo álbum ya se vislumbraba, fue con la pandemia que llegó el momento de reinventar los planes.
Cuando el encierro fue obligatorio, los temas comenzaron a brotar como una fuente. La creatividad estaba de su lado y de repente, fue claro que el nuevo desafío era dejar que la música marcara el camino de vuelta a la luz. El asunto no era cosa menor, ya que se trataba del álbum número 10 de la banda.
Una vez que la inestabilidad de la pandemia dejó claro que buscar un estudio tradicional era peligroso e improbable, la banda se dio a la tarea de buscar nuevas alternativas. Fue cuando apareció Estancia Vik, un hotel ubicado en José Ignacio, Uruguay, donde se grabó Luz.
Con el ímpetu arriba, No Te Va Gustar decidió montar su propio estudio en un lugar mágico que no haría sino condensar la mejor energía para la grabación. Apartados de la rutina y del bullicio de la ciudad, los ocho músicos se encerraron durante 20 días, en un entorno soñado donde los músicos y su equipo de trabajo “respiraron música las 24 horas del día”, con toda la calma para pulir hasta el último detalle y cada idea que aparecía para las canciones.
De nueva cuenta bajo la producción de Héctor Castillo, el proceso del disco se completó entre Montevideo y Nueva York. De vuelta a las raíces, “Luz” es un álbum de rock directo y contundente, que imprime el sello de la banda desde perspectivas novedosas.
Con invitados de la talla de Ricardo Mollo (Divididos) y la rapera Nicki Nicole, se trata de un disco a la altura de una banda con 26 años de trayectoria y aún mucho por decir.
