Cuando leí el título del nuevo sencillo de este exquisitamente ruidoso trío de Ciudad de México, lo primero que me imaginé fue el switch de encendido de mi aspiradora robot. No estaba tan equivocado. “i/O” (que se pronuncia ih/oh) es la interpretación gráfica y sonora de la vida convertida en un interruptor.
Una encrucijada de polarización absoluta en la que no nos enteramos si está prendida o apagada, si es maravillosa o una puta mierda, si estamos en el mejor o en el peor momento de nuestras vidas.
Y siento parecer un poco monotemático, pero otra vez de por medio la pandemia… Para Mengers, una de las bandas más crudas y originales de la escena rock mexicana, la vida se transformó en una repetición sin fin.
En un día de la marmota -solo que sin nieve, sin marmota y sin Bill Murray. La monotonía y la emergencia les trajo por un lado la soledad y aislamiento que hace mucho venían buscando, pero por otro lado se enfrentaron a la pérdida de gente cercana y al sentimiento de estar en constante estado de vigilancia.
Toda esta crisis existencial se tradujo en un serrucho de guitarras, distorsión, acoples, ritmos acelerados y los kilos de tierra y polvo que la banda suele echarle encima a sus rolas, independiente de la pulcritud y excelencia que existe en su interpretación.
Por extraño que parezca, el sonido del nuevo sencillo es crudo y ruidoso, pero al mismo tiempo nítido, melodioso y tremendamente enérgico. Un “madrazo” en la cabeza con un impacto capaz de sacudir cada membrana de tu cuerpo.
En el umbral de un nuevo álbum titulado igual que el single que acaban de lanzar, esta nueva fase de Mengers, menos stoner y más frontal y precisa, viene agarrando vuelo con una sesión para KEXP y su confirmación en el cartel del Festival Hipnósis de CDMX, donde compartirá escenario con bandas como ACTY, Diles que no me maten y Fuzz.
MENGERS
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