Electronostálgico, electropical, electrocubanísimo.
Este, el primer estreno sobre el que escribo en un año en el que todos hemos rezado para que simplemente no sea otra mierda, llegó para alegrarme la mañana con su cadencia sensualoide, su sabor a La Habana y ese atrevimiento de darle toquecitos electrónicos a algo super tradicional, sin pasar a llevar su esencia.
Es ahí justamente que radica la genialidad de este feat. entre las eclécticas Wired Sessions de Covarrubias y la voz e instrumentos de un San Miguel que tiene entre sus créditos ser considerado uno de los mejores intérpretes del tres cubano a nivel mundial, y haber sido parte de la nueva generación del legendario “Buena Vista Social Club”.
Para complementar este sencillo, el segundo de Wired Sessions en una renovada faceta retro-tropical (y siempre electrónica), llega de la mano de una bien surrealista pieza audiovisual que fue animada y dirigida por Raymond ’OBrien, y que nos lleva en un viaje astral por la Cuba de San Miguel y por otros planetas tropicales, envueltos en un collage de imágenes a veces tan locas, que es mucho más fácil sentirlas que tratar de descifrarlas.
Si quieres amanecerte, como yo, con un leve tostón cerebral al compás de una salsa cubana de los sesenta aderezada con psicodelia y la magia de los sintetizadores análogos, dale play a este tumbao y móntate en un pony de colores que, en este mismo segundo y sin escalas, está saliendo de La Habana con rumbo a Nueva York.
Este viaje sí que tiene tumbao!