Los proyectos alternos de bandas consolidadas son una constante en el mundo del rock, la música alternativa y la electrónica —curiosamente, en el pop convencional casi no se da eso—. A veces por aburrimiento, a veces por exploración musical o simplemente porque la nave nodriza —es decir, el grupo principal correspondiente— está en receso o en el peor de los casos, se ha desintegrado.
Así, por lo general, esos B-sides o grupos que surgen de las cenizas o del recreo de otro (Monaco con Peter Hook —en ese entonces de New Order, a su vez surgido de los restos de Joy Division— o Love and Rockets, Tones on Tail y Dali´s Car, derivados de Bauhaus son ejemplos.
También podemos encontrar en el rock iberoamericano casos parecidos como el de La Suciedad de las Sirvientas Puercas, proyecto alterno de varios (en ese momento), flamantes Caifanes, o Fricción, grupo paralelo donde militaba Gustavo Cerati mientras aún existía Soda Stereo, o quizás los extintos Presidente, banda de Quique Rangel de Café Tacvba al lado de Priscila González de Quiero Club. o Los Odio de Paco Huidobro de Fobia).
Hoy, dos integrantes de Zoé —emulando en cierto modo a León Larregui, quien acaba de sacar nuevamente un disco lejos de su banda de toda la vida— emprenden su propio camino con un proyecto en conjunto que, sin desprenderse de ese culto al cosmos y al romance estelar, sí marca una diferencia musical con su grupo de toda la vida.
“Es la primera vez que vamos a tocar en vivo, somos muy exigentes y queremos que las cosas salgan perfectas”, me confiesa Jesús Báez previo a un concierto especial para invitados y prensa. El tecladista, quien en esta encarnación llamada A.I., es decir Astronomía Interior, comparte créditos con el bajista también fundador de Zoé, Ángel Mosqueda.
La Banda Elástica fue convocada al pequeño showcase en las instalaciones de Universal Music México, previo a su presentación en el Vive Latino y en el Tecate Pa´l Norte. Antes, platicamos brevemente con el mismo Chucho y con Bernardo Román, escritor, compositor y artista plástico, que estuvo a cargo de las letras del debut homónimo del dueto (CD y formato digital).
“Lo más complicado a la hora de decidir hacer un grupo es ponerle nombre, ahora googleas y te das cuenta de que ya todo existe, así que antes de grabar si quiera, ya teníamos en mente las iniciales A.I de inteligencia artificial…”. confiesa Jesús.
El tecladista, que suele ser un poco introvertido (al menos las otras veces que lo había topado en entrevistas o grabaciones) hoy se muestra elocuente y sonriente. “Antes de formar Zoé, cuando vivíamos en Cuernavaca, ya teníamos proyectos musicales con Bernardo” revela. Más tarde, veríamos entre el pequeño público convocado, al mencionado escritor, quien reconoce: “Yo no sé tocar nada, no soy músico, no me voy a subir al escenario con ello, pero me pareció un reto interesante colaborar con las letras”.
Sobre si para alejarse del sonido tan característico de la banda matriz, el tecladista recurrió a utilizar otros instrumentos o módulos de sonido que no usa con Zoé, él niega ese proceso: “No, uso los mismos sintes, somos igual de perfeccionistas con lo que hacemos con este grupo, pero sabes, no es el fin de Zoé, no sabemos cuánto durará este receso, pero los otros integrantes ya escucharon todo el disco y les encantó”, revela, y asegura que cuando Zoé regrese, “haremos el mejor disco de toda nuestra historia”.
Musicalmente hablando, el primer álbum de Astronomia Interior apela a la electrónica, al pop y un concepto de música ligera acompañado de letras llenas evocadoras. “Es pop, pero sí, tú sabes a qué tipo de pop nos referimos”; confiesan, “la influencia de temas espaciales está ahí, como lo han hecho Cerati, Pink Floyd o Air”.
La omnipresencia de la música urbana en el panorama actual no tocó ni un ápice de su sonido, ni tampoco sintieron la necesidad artística de agregar un trap o algo “moderno” en las canciones, más bien, el dueto recurrió a lo que escuchaban siendo adolescentes y dejó salir a los androides electrosos que en Zoé quizás se vieran un poco limitados por las circunstancias de que se supone son una banda de rock y no un combo dance.
Es así como “Movimiento”, el tema inicial, es un coctel de sonidos bailables y un beat sincopado enmarcado en una voz muy pop (un tanto al estilo de Daniel Melero).
Cabe destacar que ambos cantan y eso, le da un toque democrático al concepto, que por otra parte, también apela al minimalismo y no a la saturación de elementos.
El ritmo baja de revoluciones con “Estrella Fugaz” (¿otra referencia Meleriana?), pero no la intensidad ni las atmósferas (aunque la frase “empapados en alcohol” nos remite a Zoé y las líneas “hinchado en alcohol” de su canción “Deja te conecto”) y también destaca el track “California”, una apocalíptica canción que revela a un Hollywood que podría ser escenario del fin del mundo.
En total, 10 temas que evocan lo mismo al new wave, que a Daft Punk, Cassius y también a bandas iberoamericanas como Altocamet o los momentos más pop de bandas como Esplendor Geométrico, Celest o los españoles Dorian.
Para los entrevistados, las fronteras se han roto y el público mexicano, el latino en Estados Unidos o los fans gallegos (la banda se estará presentando en algunos festivales en aquellos lares) hoy, son muy homogéneos, no hay tribus ni naciones en este nuevo paradigma.
Sin duda, un lanzamiento que no esperábamos, pero que inyecta interesantes dosis de electro-pop para la pista baile y también cápsulas para viajar a otros planetas desde cualquier dormitorio con un reproductor de CDs o conexión a Spotify.
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