Es una de las voces más bellas de España, para el mundo. Se llama Silvia Perez Cruz y le abre los shows a Damien Rice en Los Angeles y San Francisco, California a principios de Diciembre. Platicamos con la artista que además, colaboró con Natalia Lafourcade recientemente y se codea con Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat. La cantante está por estrenar su disco Toda la vida, un día.
¿Qué tal te trata Estados Unidos, Silvia?
Recién llegada a Chicago, estuve en Nueva York. Estados Unidos me trata muy bien, estoy en la gira con Damien Rice, ayer cantamos en el Kings Theater, fue precioso, como un regalo de la vida.
Hay una canción de Mecano, “No hay marcha en Nueva York”, que asegura que a los españoles no les van bien en USA, que les va mejor en Latinoamérica
Es verdad, la gente piensa eso, pero yo tengo buenos recuerdos de NYC, yo canto en varios idiomas, mi música es muy emocional y creo que eso es universal. Si cantas cosas más tranquilas donde la letra es muy importante si no es el idioma del público, a veces cuesta más, pero yo he conectado acá cantando en inglés y en español.
En tu caso tu voz es todo un instrumento
Un instrumento que te acompaña toda la vida, la voz tiene esa cualidad que te hace conectar, es como la piel, y cuando conectas no pide permiso, te afecta y lo sientes. Cuando más viajo es lo que más siento, que cuando conectas con la palabra y la música a la vez se pueden compartir dos lenguajes y eso es muy lindo.
Tienes un bagaje inmenso, has colaborado con artistas como Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Lila Downs o Natalia Lafourcade.
La verdad es que ha sido muy bello compartir con ellos, llevo varios años de oficio. He tocado muchos estilos, con Serrat fue una bendición, imagínate. Igual lo que he hecho con Drexler, con Mon Laferte y los que mencionas. Siempre ha habido buena conexión personal. En Cuba grabé apenas con Silvio Rodríguez, en su estudio.
¿Cómo fue trabajar con Natalia?
Grandioso, Me invitó a cantar en el Auditorio Nacional en CDMX; grabé en su estudio en Coatepec, Veracruz. Son vínculos bellos. Me encantó esa ciudad, la gente, la vegetación, el paisaje; hicimos un video en un río ahí mismo. Además comí tamales buenísimos y conocí el Son Jarocho.
Tu sencillo adelanto del disco “Toda la vida, un día”, ¿de dónde viene?
Es una canción que compuse con la influencia de Liliana Herrero, una mujer poderosa de 70 y tantos años, es argentina, es como una Chavela Vargas. “Toda la vida, un día” también es el título del disco. Me impresionó conocerla porque me conectó con la vida y la muerte.
¿Es un disco conceptual?
Exacto, habla de etapas. Es un recorrido por toda una vida, son 5 movimientos, de la infancia a la vejez y el renacimiento. Además, en esta canción participa un coro de 30 amigos artistas de Barcelona, la meta fue unir soledades.
Un coro siempre le da un gran toque, hay muchas canciones importantes llevan uno…
Sí, me emociona, cuando mucha gente se une a cantar hasta por religión o deporte, es grandioso.
A lo mejor no tiene mucho que ver, pero tu single me recordó un poco a Dead Can Dance
Wow, qué fuerte, es un grupo que conocí en cierto momento de mi vida, me impactó cuando tenía unos 12 años, pero nunca pensé mucho en ellos. Es un grupo que me hacía llorar mucho, unos amigos de un coro de Polonia me pasaron un disco de Dead Can Dance, eso me marcó,los dejé de escuchar, aunque se quedó dentro…
¿Tu nuevo álbum es un disco muy personal o de colectividad?
Las dos cosas, me recuerda mi primer disco en solitario. Hablo de mis sentimientos y bueno, toda la producción, la música y las letras son mías, pero igual hay muchas ganas de compartir reflexiones sobre la vida con muchos amigos músicos que participan. Nace de una soledad, pero con el objetivo de, como te lo decía, de unir soledades.