Para Silvana Estrada 2021 fue, contra todo pronóstico, un año activo en el que además de avanzar con el proceso de trabajo de au esperado álbum Marchita —el cual verá la luz en enero de 2022— y estrenar algunos videoclips, también emprendió un par de giras importantes por España y Estados Unidos que, como nos confiesa en esta charla, la cargaron de emociones y reflexiones a la vez.
A unas semanas del lanzamiento de varios sencillos, entre ellos la nueva versión de su emblemática balada “Te guardo”, la veracruzana hace un corte de caja en relación a su carrera y además de contarnos sobre el largo proceso del disco en el que ha trabajado por ya cuatro años, nos revela qué es lo que viene para una de las voces más prometedoras de la nueva canción mexicana hacia adelante.
Durante 2021 realizaste una gira, en un momento todavía complicado para ello. ¿Qué puedes contarnos al respecto?
La verdad, fue súper bonita, creo que esta gira fue muy disfrutable. Una de las más bonitas que he hecho porque pues, obviamente siempre ir y estar abriendo shows o solamente tocar 30 minutos y con las logísticas ya hechas, es muy relajante, es mucho más fácil.
Fue una sorpresa increíble ver cómo la gente reaccionó a mi música. Creo que es de las cosas más bonitas que he visto en mi vida porque, realmente el público de Rodrigo y Gabriela, que les estuve abriendo a ellos la gira en Estados Unidos…
Hicimos 12 fechas. En teatros siempre preciosos. Y pues yo pensaba que su público iba a ser mucho más latino, y no. Y me impresionó un montón que su público es muy blanco, muy norteamericano.
Y entonces… Me acuerdo al principio decir, ‘¿qué voy a hacer? Nadie aquí habla español, nadie va a entender lo que estoy diciendo. Se van a aburrir, no les va a gustar.’ Y no… ¡Les encantó! Pero causó furor. No lo podía creer.
En lugares como Charleston, que es súper blanco, o Wilmington, Charlotte… Washington es un poco más latino. Pero, bueno, lugares donde de verdad creo que nadie en el público hablaba español, había gente llorando, todo el mundo emocionadísimo, gritando…
Fue muy loco para mí. Fue una experiencia que no me esperaba, y que me da mucha fuerza para seguir, porque justo el próximo año tengo yo, ahora sí yo solita, una gira por Estados Unidos. Y también fue como muy bonito para mí ver que sí hay público.
Siempre hay mucha suposición sobre el público gringo, que sólo escucha música en inglés, que para hacer shows allá hay que hacer por lo menos un repertorio chiquito en inglés para que no se aburran, pero yo sentí que no, por lo menos el público que me tocó a mí estaba súper abierto, súper empático, súper conmovido todo el tiempo.
Entonces sí fue muy bonito. Y muy loco también este año sentir que las giras que he hecho han sido fuera de México. Nunca me había pasado hacer dos meses en España y luego las semanas en Estados Unidos.
También me dio nostalgia, digo, ya quiero tocar en México. Pero bueno, poco a poco, ¿no?
Por esto que me cuentas veo que constataste la carga emocional que posee la canción, que en ese sentido abre corazones, emociones, sin importar el idioma en que se cante. ¿Cómo reflexionas sobre ello, y cómo sientes que hay un ritual tuyo a través del cual puedes expresar tus emociones?
Total. Fue como reafirmar el poder de la canción pura, sin la parafernalia externa de lo visual y de la producción, y de lo no sé qué… Reafirmar la soberanía de la canción sobre los sentimientos y sobre el corazón.
Escucho “Marchita” que tiene ahora un arreglo de cuerdas, refrendando la idea de que tu música está como muy anclada a lo orgánico, a lo acústico. Dime, ¿el disco en general tendrá ese tratamiento? ¿Por qué te gusta tanto esa desnudez musical, si la podemos llamar así?
Bueno, el disco sí, toda le estética del disco se basa un poco en eso, en esa intimidad, y en ese minimalismo que yo considero que lo vuelve un disco atemporal. A mí me gusta la idea de que este disco está grabado con instrumentos de hace 200 años, pero que van a seguir siendo los instrumentos de los siguientes 500 años, o de lo que nos aguante la humanidad.
Me gusta pensar realmente que este minimalismo tiene también que ver con la fuerza de las canciones. Para mí, era muy importante que las canciones de este disco se sostuvieran solas. Porque realmente este es un disco que llevo cantando desde hace mucho y lo canto yo sola, a veces con banda.
Pero los orígenes han sido: yo solita con el cuatro, en un teatrito o un bar, con luces bajitas, sin muy buena mezcla de audio, y no quería que perdieran esa cualidad de canciones autónomas.
Yo creo que también hay mucha fuerza en que sean canciones tan desnudas, porque creo que las vuelve vulnerables, y a mí me gusta trabajar con ese juego entre la fuerza y lo vulnerable. Creo que no existe una sin la otra.
Y entonces quería hacer un disco valiente, era también importante un statement de valentía, de decir: ‘venga, este es mi disco,y así va a ser’. Es todo muy minimalista y yo con la voz voy sosteniendo el paso por las canciones. Y en realidad mis shows, cuando canto la “Marchita” suenan así.
También quería no separarme demasiado de los shows porque el en vivo para mí ha sido una parte muy importante de mi carrera, porque mucha gente me ha conocido así, porque nunca he sido muy constante con mis entregas musicales digitales. Soy mucho más constante con los shows.
Por la pandemia dejé de hacer shows, pero antes, en 2019, hacía dos shows por semana, trabajé muchísimo. Y entonces quise mantener eso que también sucede en los shows, que es que mi voz es el hilo conductor de todo el concierto.
Mantener la parte instrumental lo más minimalista, también me permite a mí jugar, que creo que eso es algo que me gustaba de la idea de hacer este disco, de no perder el juego, incluso si es una grabación.
¿Quién trabajó en las versiones con cuerdas, quién hizo los arreglos?
El arreglo, lo hizo Juanma Trujillo. Yo estuve trabajando mucho tiempo la pre-producción con Gustavo Guerrero, mi productor. Y ya había varias ideas porque muchas de las melodías que existen en estos arreglos de cuerda, existían porque eran las que yo cantaba en los en vivo, o que yo le decía a mi banda o a mis músicos ‘a ver, aquí por favor haz la-la-la-la-la-ra-ra’ o lo que sea.
Y entonces estuvo muy simpático todo el proceso porque íbamos grabando… Me pidió Gustavo que grabara todas esas melodías que ya existían, y ésas fueron las que mandamos al arreglista.
Juanma Trujillo es un venezolano que vive en Nueva York, y es maravilloso. Hizo todos los arreglos de cuerda de Marchita. No he tenido el placer de conocerlo en persona, pero es un tipazo, me encanta su trabajo, me parece alucinante la manera en que arregla.
Entendió muy bien de qué se trataba este disco, a la distancia lo comprendió perfectamente, y eso me emociona mucho de alguien, que tenga esa sensibilidad. Y entonces le pedimos este arreglo. Me acuerdo que fue una locura porque Gus quería hacer esta canción sin nada, quería que “Te guardo” fuera voz y percusión.
Y yo recuerdo pensar… Primero, le dije que sí. Y luego me fui a mi casa y me dije: ‘no, pero si esta canción es tan dulce, esta canción es casi mágica para mí, casi como un cuento de hadas, mi propia idea de los cuentos de hadas. Es una canción como de un amor muy etéreo, como ‘de si algún día tú me encuentras y piensas diferente, yo aquí voy a estar y no pasa nada, y el tiempo… ¿no?’ Es mucho pensamiento mágico.
Y dije ‘no, no, no lo que necesitamos es magia.’ No digo que las percusiones no sean magia, pero para mí la canción tenía momentos muy dulces y sensuales al mismo tiempo. Entonces volví con él, le hablé esa misma noche y le dije: ‘Gus, necesitamos cuerdas en esta canción, que sea una canción de dulzura’.
Y por eso llamamos a Juanma y nos entregó esta música. Y grabarlo estuvo muy divertido. Fue complejo. Bueno, ya aprendí mi lección… Yo quería grabar las cuerdas todas en vivo. De hecho, así las grabé. Y suena muy bonito. Conseguimos este cuarteto súper chido de aquí, de la Ciudad de México.
Pero sí fue complicado conseguir el sonido de las cuerdas en el cuarto, que todo el mundo tocara perfecto, porque no había manera de… Si lo hubiéramos grabado por tracks, cuerda por cuerda, hubiéramos podido editar, pero aquí no.
Y estuvo bien porque todo el sonido del disco es muy orgánico, casi no ha habido ediciones, no hay efectos, todas las tomas son una sola, todo en vivo. Pero sí nos llevó nuestro tiempo conseguir el sonido perfecto que queríamos para las cuerdas, al final lo conseguimos y fue de las experiencias más bonitas de mi vida, poder grabar con un cuarteto de cuerdas.
Igual adelantaste algo, pero ¿por qué razón reversionar “Te Guardo”?
“Te guardo” es una de mis primeras canciones, y es la primera que creo yo que abrió un poco el universo Marchita. Porque esta canción es la primera que compuse de esta historia que cuento en el disco, que es una historia totalmente personal.
Y tenía que estar “Te guardo” siendo parte de Marchita, pues es la canción que inaugura esta historia de desamor. Y entonces pensé que ya existía, pero me di cuenta de que la versión que tenía no apelaba al sentimiento que creo yo que se merece tener, que es un sentimiento más dulce y más sensual.
Creo que la versión anterior de “Te guardo”, está súper bonita, a mí me gusta mucho, es de un momento de mi vida en el que estaba trabajando con esos sonidos, pero creo que ya no me identifica. Y me parecía importante re-significarla dentro del nuevo álbum porque le pertenece.
Re-versionarla también significó darle un hogar seguro, un hogar en el que creo que va a envejecer sanamente.
Marchita es un disco al que le has dado un recorrido muy largo en cuanto a su elaboración. ¿Por qué se ha demorado tanto su cierre y la salida completa del mismo? ¿Cuáles crees que son los pros y los contras de una experiencia como ésta?
Lo que me ha generado el demorar tanto esto, ha sido el no tener otra opción. Como que Marchita tiene su propio tiempo. Yo lo quería sacar, pero luego tuve mucho trabajo. Firmé con una disquera, luego vino la pandemia. Han sido muchas cosas las que han demorado el disco.
Contras te puedo decir muchos porque emocionalmente es muy desgastante trabajar el mismo material por tanto tiempo, emocionalmente te vuelves loca, lo digo ya. Que sí, que no es fácil para nada, que la cabeza te juega malos ratos, el ego también…
‘Pero si ahora haces cosas mucho mejor, por qué sigues trabajando esto de cuando empezabas?’ Sí, es duro, pero obviamente tiene sus pros. Por ejemplo que por fin, como me tardé tanto, pude encontrarle una casa disquera correcta, que realmente me gustaba.
Filmar todos los videos, filmé una pequeña peliculita para este disco, un video-álbum. Pude sacar muchísimo material visual, muchísimas fotografías, trabajé con muchos fotógrafos y fotógrafas para conseguir la portada y todos los soportes visuales.
Tiempo para tener la mezcla perfecta. Y el master perfecto para digital, para vinil. O sea, pude hacer las cosas con tiempo, que creo que eso es maravilloso. Pero yo espero que ya en los próximos discos, la brecha que se abre entre que se componen las canciones, se empiezan a pre-producir, se producen, se graban, se mezclan, se masterizan, y el día que sale el disco en plataformas, no sea de cuatro años, como ahora.
Que se vuelva, no sé, de un año. De eso se nos puede ir mucho tiempo hablando. De hacer las paces con este disco. A veces lo odio, a veces lo amo. Al final ha sido un parto, porque sacar los discos es como parir, entonces ha sido un parto de años, imagínate qué cansado…
El disco lo tendremos finalmente en enero de 2022, pero supongo que a la par has venido creando cosas nuevas, ¿qué nos puedes adelantar al respecto?
Saliendo Marchita, voy a sacar un EP con las canciones que no quedaron en el álbum, que son las canciones “alegres”, digamos, que son demasiado alegres para este disco tan tristón. Entonces las echaré para fuera.
Y luego quiero sacar un disco con toda la música que compuse en cuarentena. En cuarentena me puse a aprender guitarra y compuse un disco nuevecito, con canciones en guitarra, y tengo ya muchas ganas de producirlo, entrar al estudio, divertirme con el Gus otra vez, probar cosas. Cambiar mi sonido.
Siento que mi sonido ha cambiado bastante y no he tenido la oportunidad de explorar más con este nuevo sonido con el que creo que estoy empezando a imaginar mi música. Entonces sí, se viene mucha música.
También quisiera hacer un par de proyectos con amigos, con compositores. Tengo allí un par de colegas con los que quiero trabajar en conjunto para componer, para imaginar un disco. Tengo muchas ganas también de ponerme a trabajar con orquesta.
De hacer como que voy creciendo la banda: primero un cuarteto de cuerdas, luego un noneto, luego una orquesta. Me gustaría producir un disco orquestal de canciones mías.
SILVANA ESTRADA
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