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Recordando a Flavius. La Banda Elástica. Foto Maria Madrigal

Recordando a Flavius…

Prolífico y versátil, Etcheto también desarrolló una carrera que lo llevó a trabajar en proyectos de música electrónica, su gran pasión, con el propio Cerati como Ocio y Roken, éste último también con la participación de Leandro Fresco.

Tanto Etcheto como Fresco, a la par de Leo García y Pedro Moscuzza, fueron músicos a los que el autor de Bocanada se acercó buscando renovar su sonido una vez que asumió su carrera solista.

Recuerdo la rueda de prensa en Ciudad de México de Siempre es hoy, el disco que lanzó Cerati en 2002. Aquella mañana, en un hotel de una cadena importante, una serie de periodistas nos dimos cita con el interés de conocer el contenido del álbum en el que habían trabajado los mexicanos Toy Hernández y Sacha Triujeque.

Como era de esperarse, Cerati atrapó la atención de la gran mayoría de colegas. Me llamó la atención que, con la inquietud que lo caracterizaba, Etcheto se quedó a merodear pasillos fuera de la sala donde sería la conferencia. Y entonces lo abordé.

El siguiente fragmento de esta entrevista, celebrada en aquel momento, lo extraigo —¿o debo decir mejor “lo sampleo”?— del archivo de La Banda Elástica.

Se publicó en su número 46, que tenía en la portada a los integrantes de Molotov, en el momento en que el cuarteto mexicano recién lanzaba su álbum Dance and Dense Denso.

En esta charla que reproducimos con un doble interés —por un lado recordar al argentino y, por otro, entender de mejor manera su contribución a la música—, él habla sobre su participación en ese álbum, así como de su rol en otros proyectos.


Has venido trabajando con Cerati por varios años, ¿qué tanto se filtra tu punto de vista en la composición, en el resultado final del álbum?

En este disco realmente hubo un grupo de gente trabajando, con ideas principales de Gustavo y luego algunas colaboraciones. Por ejemplo, en el caso de “Fantasma” comparto la composición musical del tema, que partió de un loop que tenía yo, y luego arriba nos pusimos a tocar guitarras y se armó la canción.



Escribí muchas frases y letras que pasé a Gustavo y él las utilizó dentro de las canciones. Es el caso de “Cosas imposibles”.

Hay  alguna frase en “Artefacto” que también es mía. “Casa” es una letra mía. Y también la participación sonora, el buscar sonidos que tuvieran que ver con la dinámica de cómo se iba armando la canción.

¿Cuál es tu opinión general de Siempre es hoy?

No puedo ser imparcial. Me encanta el sonido. También fue producto de tener la oportunidad de participar al lado de Gustavo, donde se podía decir: “Mira, ¿por qué no quitamos secuencias? Dejemos que suene la banda, que suenen la guitarra…”

A pesar de mi condición de músico electrónico, era mi insistencia mayormente, lo que yo aportaba: que fuera más un sonido que tuviera más que ver con el rock en todo momento. De eso estoy muy conforme. Me gusta la extensión que tiene, que haya 17 canciones.

En un momento Gustavo pensaba que era largo. Y yo decía, “no, me encanta, que haya material, que se digiera.” Bueno, es un disco maravilloso.

¿Qué ventajas tiene un productor electrónico que también tiene preparación como músico?

Yo nunca tomé la bandera de la música electrónica, ni de ninguna otra música. Tal situación no me seduce, ni me parece que tenga una lógica verdadera. Pero porque toco instrumentos, no tengo el approach que tiene una persona más chica de edad que lo único que conoce es una computadora y desarrolla todas sus ideas con eso.

Yo tengo un poco de formación musical y al tocar trompeta y guitarra cambia mi visión de la música electrónica.

Para mí, los instrumentos electrónicos, en el caso del sampler o el software, son instrumentos que los tomo como tales, que me permiten experimentar nuevo sonidos, y me dan una independencia en la composición porque puedes hacer sonar varias cosas, incluso puede pasarse a que se toque una batería real.

Entre las múltiples experiencias que tuvo Flavio Etcheto como músico, está el haber tocado la trompeta en “Fue” del álbum Dynamo de Soda Stéreo y, más tarde, en Sueño Stéreo.



Además de los proyectos antes mencionados, Ocio y Roken, Etcheto alimentó asimismo una carrera por su lado que dio vida a otras aventuras musicales.




Trineo, fue la primera de ellas, con la que produjo dos trabajos: un disco epónimo en 1998, y después A Nevería, en 2000. Fue colaborador de Cerati en un par de tracks de la banda sonora de la cinta +Bien (2001).

Formó parte también de las bandas Resonantes, entre 1993 y 1997; e Isla de los Estados, entre 2007 y 2010. Su último trabajo, en el que se estrenó como cantante fue el EP Superbrillantes, editado por el sello Casa del Puente en 2018.




Buen viaje querido Flavius.


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