En un “momento en que el mundo estaba pasando por muchísimas etapas tristes, melancólicas y nostálgicas”, debido a la pandemia por Covid-19, pero “en el que también entendimos que regresar a las cosas básicas (como estar descalzo en tu casa, conectar otra vez con la naturaleza, ir al parque o al bosque y ver las nubes) también es padre”, nació Pahua, el nuevo proyecto de Paulina Sotomayor.
La mezcla de electrónica y folklore que presentó en su EP debut Ofrenda, publicado en el primer semestre de 2021, y que continúa con La Cura, su segundo EP que lanzará en octubre –y del que recién publicó el video del sencillo del mismo nombre–, surgió durante el confinamiento del año 2020, cuando la crisis sanitaria alcanzó a México.
“Al inicio estaba un poco (en) bajón, porque todos estábamos en casa y yo estaba súper acostumbrada a tener shows en vivo”; además, recordó, acababa de lanzar un álbum (Orígenes) con Sotomayor –el proyecto al lado de su hermano– que no pudo presentar en vivo debido a la emergencia por coronavirus. Por ello, decidió “utilizar bien el tiempo” de aislamiento y se propuso “abrir siempre una sesión de música” para hacer bases rítmicas, melodías, voces o “bocetos de algo. Ese ejercicio se convirtió en mi café de la mañana y me dio armas para tener muchísima música, hacer toda la pre-producción y luego compartirla con gente que podía sumarse a este proyecto. Fue algo que alimentó mi proceso creativo y me enseñó bastante de las otras personas: cómo trabajan, qué les gusta proponer y aportar ideas. La verdad, me llevo mucha enseñanza de todo esto”, compartió en entrevista con La Banda Elástica.
Fue así como Pahua, cuyo nombre es de origen náhuatl y significa “fruto dulce”, comenzó a tomar forma. Una propuesta que, trasladada a imagen, muestra a Paulina rodeada de diversas frutas “que no son las que usualmente ves, sino más particulares. Hay ciertas frutas que tienen connotación femenina”, expresó. “Además, en algunas partes de Centroamérica, Pahua quiere decir ‘aguacate’, y éste es algo que no sabes si es fruta o es verdura; porque es salada, pero es dulce, pero es rara y también es una grasa, o sea, tiene muchas propiedades y sentí que eso era Pahua (su proyecto), porque tenía canciones latinas, pero que también tenían, a veces, acentos más alternativos o más pop y que tenían folklore y afro. Era la mezcla que quería tener en la música y que (la palabra) lo representara”.
Asimismo, el objetivo es diferenciar esta propuesta de la de Sotomayor, pues sí bien ambas son muy latinas, el trabajo con su hermano Raúl “tiene esta combinación de sonidos eclécticos llevados al dance floor, una combinación de música electrónica que es más de ‘¡vamos a bailar!’; mientras que Pahua es un poco más melancólico, más nostálgico, música que puedes escuchar en la sala de casa de tu amiga y que te la vas a pasar súper bien, porque te deja platicar, pensar, dirigir las cosas”.
En tanto, para la lírica, la DJ se enfoca en una “parte suya muy íntima: la feminidad, la naturaleza, la fuerza interior y el autodescubrimiento. Me gusta partir de ciertas analogías de cosas que nos pasan en lo cotidiano, pero utilizadas con la naturaleza, y cómo podemos unirlas de forma poética. Una de ellas era conocer cuál es mi origen como mujer, es decir, qué es lo que me hace sentirme mujer, cómo percibo mi cuerpo y mi esencia. Entonces, muchas de las canciones hablan sobre eso, de no quedarte en el mundo conformista, de intentar siempre dar lo mejor y de aprender de los errores, porque ellos son los que nos muestran de qué lado podemos resurgir.
“Este mundo nos reta tanto, nos enseñaron que la competencia está chida, pero también te pone en estado de ansiedad, de tensión, y hablar de esas cosas está bien. También siento que a veces es complejo hablar del miedo, entonces, es bueno saber que existe el temor, el olvido, el conformismo, la manipulación, pero ¿cómo lo enfrento día con día? Y ¿Cómo aprendo del amor propio? Esos son temas que me llaman la atención, porque siempre es un aprendizaje, y es padre que la gente se identifique con tu proceso creativo, porque al final esta música la van a hacer suya, va a llegar a alguien que va a conectar y va a decir: ‘esto me representa’. Eso, para mí, es la intención de hacer música y ser artista”.
Así surgieron temas como Caramelo, “que sí trata acerca del amor, pero del amor propio”. De esta pieza, la compositora se dijo “super contenta”, porque rebasó “el medio millón de reproducciones y para un proyecto nuevo eso significa muchísimo”.
En tanto, la inspiración para Vayayó, provino de Cuba, donde vacacionaba con sus padres justo antes de que se implementara el confinamiento en México. En ese viaje “encontré a unas chicas que estaban cantando en yoruba y cuando escuché su canto –que obviamente no entendía–, pensé ‘qué bonito suena!’. Cuando regresé al país, en donde estaba a todo lo que daba la crisis sanitaria, lo primero que me vino a la mente fue lo que escuché en la isla: vayayó, o sea, me inventé la palabra”, dijo sonriendo.
El video de esta pieza se grabó en Xochimilco, “una reserva natural increíble en la Ciudad de México. Es un lago super ancestral y quería que formara parte de este proyecto”. Así relató que, aunque “fue un poco difícil de gestionar (la grabación), está super bonito” el clip, en el que participaron amigas músicas suyas y “ahí estábamos, pasando por todas las etapas emocionales, primero nos reíamos, luego llorábamos, luego nos moríamos de frío, luego estábamos casi desnudas. Estuvo muy padre toda la energía”.
Por otro lado, Granito de Luna está inspirado en el trabajo de la fotógrafa dominicana Karla Read.
“Me encanta la manera en la que percibe la feminidad. Hace mucha fotografía de caras, de cuerpos, pero de estos cuerpos en la playa super orgánicos, sin temor a enseñar las estrías o la celulitis, sin miedo a enseñar cómo somos realmente. Es que, a veces, a las mujeres nos asusta ver cómo nuestra naturaleza va cambiando, cómo envejecemos, entonces es sobre cómo podemos llegar a aceptarlo como parte de…, ni siquiera de un duelo, sino solo de vivir y crecer. Esa fue la razón por la que hice este tema y es en sí un llamado a poder aceptar(nos) cómo somos”.
Cabe destacar que Santuario de Fe, la pieza que abre Ofrenda, es instrumental y fue empleada por ONU Mujeres para una serie de podcasts del Foro Generación Igualdad, realizado en México en marzo pasado y en Francia en junio, sobre los temas prioritarios para lograr la igualdad de género a nivel mundial.
“La razón por la que me invitaron fue porque también hicieron una tocada con Vivir Quintana, mexicana compositora de la ‘Canción Sin Miedo’, lanzada el 8 de marzo del año pasado. Formar parte de esto para mí representaba muchísimo y toqué por primera vez con Pahua. Fue un proyecto totalmente feminista.
“Lo que querían (los organizadores del foro) era unir a mujeres de todas las disciplinas –diseño, ciencia, literatura, cine, entre otras– para saber el porcentaje de chicas que se desempeña en ellas. De unos años para acá sí han surgido muchos proyectos musicales de mujeres”, pues antes hubo ocasiones en las que “era la única” en medio de 50 hombres dentro de la producción de shows y festivales. “Ahora eso no pasa. Es muy padre cuando ves que hay un montón de mujeres que están intentando sobresalir. Es el caso de Mon Laferte, Natalia Lafourcade -que lleva una eternidad-, Silvana Estrada, Vanessa Zamora, propuestas que ahora son muy importantes porque se le ha echado muchas ganas”.
En ese sentido, abundó que en el caso de los festivales “hay unos que sí están super enfocados en subir el porcentaje de mujeres que tocan en ellos”, como NRMAL, que en su última edición “tenía más del 50% de artistas femeninas en su elenco, lo que me impresionó, porque no había ocurrido” en un evento de ese tipo. Otro caso similar es el Bahidorá. A través de “Ruidosa Fest me doy cuenta de cuántas mujeres están haciendo un esfuerzo para que esto cambie. Creo que hay algo muy positivo, porque siento que no se hablaba tanto de esto como ahora y es un ejemplo para las siguientes generaciones”.
Por lo pronto, Pahua se enfoca en La Cura, su próximo EP, cuyo primer sencillo es una colaboración con el músico y productor radicado en Londres, Gizmo Varillas, con quien “desde el principio las cosas fueron super naturales y orgánicas. Nos pusimos de acuerdo en hacer un zoom, teníamos papel, lápiz y una guitarra para empezar a hacer música y ponernos de acuerdo de lo que queríamos hablar, de nuestras emociones en ese momento y todo lo pusimos en papel. Le envié unas bases rítmicas y él me regresó toda la parte melódica de las guitarras y unos bajos preciosos. Acabamos el track super rápido. Me llevo enseñanzas de este proceso, porque los músicos no estamos para nada acostumbrados a hacer las cosas a través de una pantalla y cuando te das cuenta que sí puede funcionar de esa manera es muy padre”. El video de este tema fue grabado en Valparaíso, Chile.
Además, hizo un tema en colaboración con La Dame Blanche, “una rapera cubana increíble. Yo le tengo todo el respeto y la admiración a esa mujer”; así como una pieza junto al productor costarricense Barzo, “es una cumbia, está padrísima” y saldrá en septiembre. Pero no será lo único, pues “tengo Pahua para rato. Tengo varias colaboraciones con otros artistas; uno de ellos es 039, uno más es Montoya“.
Además, considera publicar un álbum completo “el año que viene, tengo muchas ganas de sacar un disco y hacer vinilos –amo poder tener esto (su música) en físico–, y también de hacer un show en la Ciudad de México, al aire libre y gratuito, porque quiero que la gente pueda ver Pahua en vivo, pues es muy extraño cuando compartes un montón de información de tu proyecto, pero no te han visto tocar”, concluyó.
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