La Barranca comienza la cuenta regresiva para su aniversario número 30 en el rock que se avecina en 2025 y lo hace en plena forma con el lanzamiento de material fresco. Antimateria es el hombre de su nuevo disco, y para más señas, platicamos con un personaje que no necesita presentación: José Manuel Aguilera.
¿Tienen planes para tocar en Estados Unidos presentando su nuevo disco?
Para serte franco, no quise ir cuando estaba Trump, ni siquiera como turista ni nada, no renové la visa, pero ahora la actualicé por otros motivos pero ahora parece que el güey va a volver a llegar a la presidencia y pues ni modo… Y sí, queremos ir a tocar muy pronto por allá.
El nuevo sencillo de La Barranca, “IA”, apela a la paranoia por la Inteligencia Artificial…
Pues mira, es una canción que salió porque uno siempre está buscando cosas de qué hablar y a veces volteas a ver cosas que son muy actuales y una de ellas es la IA. Incluso, no habla como tal del tema, es el punto de partida y una referencia, pero más bien habla de esa nueva realidad a la que nos enfrentamos en la que a veces cuesta trabajo saber qué es es real y qué no es. Y no me refiero sólo a IA, sino a toda esa cultura de las fake news y etc, etc.
La letra habla esa actualidad latente, sobre todo en las redes sociales, ¿no?
Sí, tienes razón, ahí es donde se libra esa delirante batalla: en las redes sociales.
Y además de inspiración, esta nueva realidad. ¿Cómo músico la IA te ha cambiado la visión?
Es que, como músico, uno siempre tiene la obligación de estar al día con la tecnología, porque eso ha hecho que las cosas cambien de un momento a otro, sobre todo en los últimos años. Ahora los discos se hacen de forma muy diferente a como se hacían antes, hace 20 o 30 años. Yo no me quiero quedar dormido, tengo que estar al día, y entonces me gusta saber sobre la tecnología específica que tiene que ver con la música, y sí, la he ocupado y ha facilitado mi labor; pero en otras no tanto, porque siempre se pierden unas cosas por otras, se gana algo y se pierde algo.
¿La has usado para componer?
La IA no la he usado ni me interesa mucho por ahora, pero es como todo, habrá que ver qué usos se le pueden dar para producir cosas que sean interesantes. Ahora creo que está más desarrollada en lo visual o como para hacer copias de otras cosas y eso no me interesa tanto.
“Antimateria”, el nuevo disco, ¿va por el camino más clásico?
La Barranca siempre tiene ese sentido de búsqueda y esa búsqueda tiene su parte experimental pero nos gusta presentarla como experimentos concretos que llegaron a buen puerto, y eso se traduce en que nos gusta presentar una canción cuando ya está resuelta y ya tiene una estructura, muchas veces similar a un estilo clásico, pero siempre estamos tratando de encontrar un ángulo nuevo de lo que hacemos.
Finalmente, apuestan por las canciones…
Es que La Barranca es un grupo de canciones, esencialmente, hay otros terrenos donde puedo experimentar más y hacer cosas que no tengan forma, también se vale. El compromiso con este proyecto es hacer canciones, es más fácil hacer algo que no tenga pies ni cabeza, que tratar de innovar en formatos más rigurosos.
El disco alude a las ausencias, a la antimateria, literal…
Sí, muchas canciones pasan por ahí, lo inmaterial y muchas de las cosas que tienen que ver con la música con inmateriales, la misma música. La ausencia es el hilo conductor de muchas de las canciones.
¿Qué opinas de la música de vanguardia?
A veces la vanguardia es simplemente falta de rigor. Luego me dicen “escucha esto, está bien experimental” y es que la verdad es que no está terminado, y no tiene pies ni cabeza. Lo ideal para mí es llegar a algo sólido, lo cual también es muy relativo, porque ¿qué es lo sólido finalmente? No sé, hay músicos experimentales que aunque destruyan la forma y la reinventen y la vean desde otros puntos de vista, llegan a algo específico, no sé, se me viene a la mente por ejemplo Portishead, que son raros, pero al final son canciones con estructura, se sostienen y están chingonas…
¿Cuáles son los productores que más te gustan?
Hay muchos tipos de productores, unos que se meten mucho a los arreglos de las canciones, y un ejemplo de ello sería George Martin, que definía la estructura, si iba antes el coro y no se diga en los instrumentos adicionales. Ese tipo de productores a mí me gustan, él por lo que hizo. Hay otros que dejan muy una marca de casa en lo que hacen, como Daniel Lanois que hizo muchas cosas con Brian Eno. Hizo cosas con U2, con Peter Gabriel y hasta con Bob Dylan, es un tipo que tiene una sonoridad atmosférica que le imprime a sus discos. Hay otros productores que son más transparentes y me viene a la mente Tony Visconti que es quien hacía los discos de Bowie, que siempre hace que las bandas que produce suenan increíble, y otro que mencionaría es el famoso Steve Albini, que no se decía un productor, sino un ingeniero de grabación, porque no le gustaba ese glamour, aunque sí lo era.
Albini era como la antitesis de Phil Spector
Sí, y de Daniel Lanois hablando de algo moderno…
El sencillo “IA” es la parte eléctrica, ¿el resto del disco es más acústico?
Además de IA, hay otro sencillo llamado “Intacta”. El disco está formado por 10 canciones, 5 de las cuales llevan cuerdas. Todas las canciones tienen una dotación eléctrica, con ese añadido de sección de cuerdas.
Fueron la primera banda de rock en tocar en el Palacio de Bellas Artes…
Nos invitó la familia de José Agustín, a participar en su homenaje, porque ya ves, ahí se dan ese tipo de homenajes póstumos, e incluso a personajes como José José y Juan Gabriel. Entonces, a la familia de José Agustín le ofrecieron hacer un evento con un cuarteto de cuerdas, pero siendo José Agustín, su familia pensó “se va retorcer en su tumba, tiene que haber rock” y fue ahí que nos invitaron, es un recinto muy emblemático, eso sí, fue toda una experiencia pero tuvimos que tocar muy quedito, muy despacio porque en otra de las salas había un cuarteto de cuerdas. Pero más allá de eso fue muy emotivo.