El cóctel va desde el rock a lo alter latino, pasando por rolas que integran la cosmogonía indie de nuestro acervo hispanoamericano, bailable, ruidoso y amigable, a ratos disruptivo.
Porque septiembre ya nos anuncia que el año ha avanzado, con ese aroma de extrañez y adaptación de los últimos tiempos sociales. De eso hay acá, historias y sonoridades que capturan la esencia de lo que estamos viviendo, disfrutando y poniéndole soundtrack. Dale PLAY!
Los venezolanos se sacaron un disco exquisito para sus seguidores latinoamericanos. Cuando los Acéfalos Predominan (2021), tiene un tinte de crítica al sistema, una retrospectiva del día a día latino. Hay un mensaje claro de unidad con frases punzo-penetrantes, donde la sonoridad logra destacar alegría y, desde la mirada de la banda, hay baile reflexivo dentro del contexto global que estamos viviendo. El video, donde invitaron al famoso youtuber inglés Lewis Shawcross, representa el poder que ejercen los influencers en la actualidad.
Los colombianos acaban de editar su nuevo disco, Deja (2021), el cuarto de su carrera. Reggae, electrónica, hip hop, folklore, sonoridades percusivas, durante los 13 tracks de la placa. Un guiño al aire, la tierra, el fuego, las emociones humanas, estar desconectados y volver a conectarse con la naturaleza, nuestra esencia. Este track es una oda al presente, vivir el momento. Como siempre, Li Saumet, su vocalista, nos eclipsa con la voz y el llamado de respeto al planeta. Damian Taylor (Björk y Arcade Fire) fue el responsable de la mezcla de este nuevo trabajo.
Hace ya una década que el venezolano André Rodríguez se asentó en Los Angeles, desarrollando una carrera como productor, surfeando entre el rock y el metal, en diferentes agrupaciones. Hace poco más de un año decidió emprender carrera como solista y entre sus guiños al indie, el caribe e influencias del pop añejado, ha ido construyendo una variopinta marca sonora. Acaba de lanzar un nuevo sencillo, preámbulo de su EP debut, donde invita al chileno Charly Benavente, finalista del programa televisivo La Voz de ese país austral. La mezcla arrojó un indie-bolero hipnótico.
Los hermanos Paulo y Andrea Olarte Toro, lideran el proyecto colombiano Acid Coco, un libertinaje sonoro que transita el pacifico, el caribe, los andes, la selva y más. Su álbum debut Mucho Gusto (2020) les dio una exposición digital privilegiada. Ahora empiezan a abrirse paso en Latinoamérica y presentan el sencillo “Soy la fuerza”, que orbita la conexión ancestral: mujer y tierra, mujer madre, mujer hija, mujer fuerza, un “himno a la mujer que cree en el poder de sus manos, su mente y su cuerpo”. Un tema irresistible que fue gestado con la intención de sopesar todo el síntoma pandémico de la actualidad.
Fabiola Iragorri, Jesús Ferrer y César Romero (voces), Kike Bracho (teclados), Eduardo Eguis (bajo), David Ballestero (batería), Daniel Costa y Gustavo Viloria (guitarras), conforman este proyecto de reggae venezolano, radicado en Argentina, donde aprovecharon de invitar al rapero Chevy Style aka Andrés Díaz. Hay una buena onda en la que transcurre su historia: la celebración de esas conexiones caribeñas que se mantienen desde la distancia.
Juan Antonio Toro (vocalista), Ricardo Laverde (teclados), Samuel Huertas (bajo) y Daniel Cardona (batería) levantan la voz en el contexto social y político que representa la Colombia de estos tiempos. Acaban de editar el álbum Grita II, con invitados especiales como Francesca Covallini, los integrantes de Margarita Siempre Viva y Oh’laville que es el tema recomendado y single promocional. La línea de bajo hipnotiza antes de caer en cuenta que sus guitarras cambian el trayecto y la atención.
La dupla conformada por Antonio Urdaneta y Álvaro Valencia entendieron el concepto de equilibrar raíces, influencias, vanguardia y transformar todo esto en un proyecto atractivo dentro del rock contemporáneo. Sin pretensiones pero con un sentido de pertenencia y agilidad creativa, estos bogotanos se pasean entre la psicodelia, la experimentación y ese mood indie por el que transitan ágilmente. Urdaneta representa una naciente cruzada en la nueva camada del rock colombiano que nos indicar que algo se está gestando sigilosamente.
La banda caleña había estado sacando sencillos desde 2020 de cara a su noveno disco de estudio, Visión Futuro, hasta que las revueltas sociales de Colombia y las acontecidas en sus ciudad natal, les hizo tomar una pausa. El plan sigue y acaban de estrenar nueva canción, un homenaje al amor, la alta vibra y lo positivo. De ahí que el tema tenga esas capas de guitarras atmosféricas y se deje llevar por las sensaciones, las emociones. Su impronta rítmica, a ratos bailable, cede paso al trasfondo, el mensaje, condimentado con su marca musical.
El rapero nacido en Minneapolis, Minnesota, pero criado en Venezuela, refleja los efectos negativos de las redes sociales durante la pandemia, en un escenario donde los usuarios juzgaban y criticaban, como por hobbie, lo que iba aconteciendo, aún sin tener el conocimiento suficiente acerca del tema. Latin Trap Shocking de la mente de Oz Killa, también integrante del colectivo El Arka. Aquí invita a su amigo IceOD y el tema tiene un guiño-homenaje a Trick Daddy.
La expansión sonora de la voz oriunda de Valparaíso (Chile) no tiene límites, desde el pop, la cumbia, salsa, indie, sigue entregando más de su resistencia musical con “Ya no estamos para mentiras”, una potente entrega capaz de conmover mediante arreglos y verdades.
Con una estrofa que pide justicia para Fabiola Campillai (la mujer que quedó ciega por un disparo de los carabineros durante las protestas de 2019), Pascuala alza su voz para dejar constancia del atropello a la dignidad y a los derechos humanos que ha vivido Chile en las últimas décadas.
Ilabaca construyó esta pieza híbrida, de estética rock con toques de trip-hop, siendo “más bien oscura porque me conectaba con emociones pesadas”.
“Esta canción fue una forma de canalizar y compartir el sentimiento de impotencia ante lo injusto: la impunidad, la violencia, la represión política.
Tiene una frase que repito varias veces, que es ‘ya no estamos para mentiras ni para vivir en guerra’, una expresión que me dio vueltas en la cabeza desde el estallido”.
Pacuala Ilabaca.