La música oscura de manufactura mexicana arrastra una historia tan extensa como romántica.
Desde los primeros esbozos naive en forma de after-punk a cargo de artistas seminales como Las Ánimas del Cuarto Oscuro, Las Insólitas Imágenes de Aurora o los primeros Fobia, pasando por Veneno para las Hadas o El Clan —quienes nunca entendieron que el gótico mexicano debía nutrirse más de Germán Robles que de duendes y elfos importados, como lo dijera el mismísimo integrante de Bauhaus y Love and Rockets, David J. en alguna entrevista.
Hoy en día hay una corriente darkie bastante (in)sana, las bandas mexicanas que apelan a la oscuridad transpiran toxinas rejuvenecedoras —cual vampiros— y por ello, juntamos a 5 proyectos que sin pertenecer a alguna escena o colectivo en particular, destilan esos brillos nebulosos que no veíamos desde que Santa Sabina filmaba sus videoclips con la catedral metropolitana de fondo —mientras Rita cantaba sobre vampiros o sobre que “nada va a llenar el vacío mar que hay en su corazón” — o desde que Saúl cantaba con lánguida particularidad: “Ya no me duele ni siquiera la razón” y se tomaba fotos juntos a unos Caifanes ataviados con toda la estética Banshee/ Cure/Xymox de por medio (aunque ellos aseguraran que era un homenaje a Tin-Tán).
DE MEXI-GOTH PARA EL MUNDO: 5 PROYECTOS OSCUROS INTERESANTES A SEGUIR.
Tan cerca del glam de Japan como de los The Cure, más dance-goth como de los momentos más light de The Sisters of Mercy —pero con una voz definitivamente más pop y original—, Prismatic Shapes es un proyecto que destaca gracias tanto a sus sonidos perfectamente bien ensamblados, como a su espíritu fashion y esa actitud de bastardas estrellas de rock que le falta a muchos grupos sin imagen.
¿Has visto el meme de que Mijares se vestía como si tocara en Spandau Ballet? Pues Prismatic Shapes se lo tomaron en serio y hace poco publicaron un cover de “El rey de la noche” del susodicho cantante pop ochentero y lo convirtieron en una canción dark.
Sus influencias van de bandas como Lowlife a grupos de culto como Craft Spells. La agrupación acaba de lanzar el single “De sigilos y secretos” y sí, nos hace dudar si no estamos en realidad en 1987, soñando que es 2022.
De origen mexicano — de una primera generación de mexico-americanos originalmente de El Paso, TX—aunque basados en Chicago, este dueto apela a la oscuridad desde su trinchera y exilio.
El grupo está formado por Soledad —qué nombre más ad hoc— letrista y cantante, inspirada en la rebelión contra la violencia y la opresión perpetrada por la religión establecida y sus instituciones.
El dueto lo complementa Jacob Roloff, quien aporta sonidos hipnóticos que fusionan dark-wave con electrónica hipnótica y atmósferas delirantes.
“Dale espacio al dolor Y persigue tus miedos”, susurran en “Duermen” una de sus canciones, que nos recuerdan tanto a la escena electro-pop mexicana (Nuevos Ricos en sus inicios) que a bandas góticas de antaño como los enigmáticos Sociedad Secreta, proyecto de culto oriundo de Guadalajara en los años 90 y a Metronic, quienes hacían lo propio en esos años, pero en Europa del Este.
Recurren al post-punk más triste de la comarca para crear atmósferas “tan dulces como destructivas” —según sus propias palabras—.
Sus influencias van de bandas míticas de la movida madrileña como Ataque de Caspa a Ennio Morricone y Blonde Redhead, así como a elementos extra musicales al estilo Jim Jarmush o Wong Kar Wai, además de que tienen una clara deuda al The Cure proto-dark de sus primeros años y al dream-pop.
La dupla integrada por Luis Alberto Ortiz y Thelma Ascencio, se inspira en “las múltiples problemáticas que les arroja un entorno distópico y periférico, que a su vez influye en la forma en cómo llevan sus relaciones interpersonales” —según reza su comunicado de prensa—.
El proyecto cuenta con un EP titulado Amantes del Peligro (2021) y es parte del tributo mexicano al músico y productor argentino Daniel Melero, próximo a salir, con el tema “Habitantes”.
Sin duda, un proyecto tan oscuro como luminosamente brillante.
Su nombre es un homenaje a Ulalume Zavala, mítica cantante mexicana de la banda Casino Shanghai y ésa, es toda una declaración de principios.
El grupo, se define como un híbrido de dark, post-punk y ese new wave que sin bien de repente apela a los tonos pastel cual “Pretty in Pink”, por lo general se decanta por las sombras, y en alguna de sus etapas, han apostado por el ethereal wave.
Su sencillo más reciente es “Ven”, una canción gothy y bailable, cuya atmósfera recuerda un poco al moderno post-punk ruso de bandas como Motorama.
La agrupación cuyo origen se remonta a 2014, está conformada por Janeth Campuzano (voz y guitarra), Mau Federico (guitarra), Jorge Moreno (batería) y Luis Federico (bajo).
Este dueto dark comandado por Óscar Mancierra, oriundo de Oaxaca, apuesta por el new wave de los 80 y por retomar el estilo del que dejó huérfana Joy Division a una generación que buscó en New Order y posteriormente en afortunados clones como Colder y en proyectos semi-nuevos como Human Tetris, un escape melancólico.
Su sencillo más reciente se llama “Laberinto” y es una amalgama de sonidos oscuros melódicos con voces graves y profundas que apuestan por la desolación y por bailar con lágrimas en los ojos (como patentara Ultravox).
“En el cielo gris se perdió mi alma y arrastrándome no la podré encontrar, son mis espejismos los que me tuvieron simulando escenas que nunca ocurrieron” reza una de sus letras… y si eso no es lo suficientemente goth, nada lo será.