Para el año del 2017, la cantante, bajista y productora argentina María Eva Albistur ya contaba con una trayectoria con varios capítulos superlativos que contar; para ese entonces ya había formado parte de la banda de Joaquín Sabina para la gira mundial de 19 Días y 500 Noches en 1999; vivió 6 años en España y fue precisamente “El flaco de Úbeda” quien le prestó estudio y alguna canción para que debutara como solista. Ahí quedan sus dos primeros discos como testimonio: Insomne (2001) y Avatar (2004).
Luego regresó a Argentina y lo que en un principio iba a ser un fin de semana de grabación, nada menos, que con Charly García, se convirtió en siete meses de trabajo que desembocó en el disco Kill Gil, que se editó en 2010, y que le dejó un enorme aprendizaje en todos los aspectos; “El hombre del bigote bicolor” encarna todo lo que el rock significa y es un prodigio técnicamente. Ese mismo año aparece su tercer álbum, Más ahora que después.
Alternaba ciertos encargos de producción y música para cine con montar su propia banda, con la que recibió la oportunidad de abrir para gente de la talla de Stevie Wonder, Elton John, Julieta Venegas, Sade y Ricky Martin -en la variedad está el gusto-.
Precisamente en 2017, ya tenía prácticamente listas las canciones de un nuevo álbum que representaría un viraje hacía el pop electrónico -un estilo que le atraía poderosamente-, pero de pronto se agravó un cáncer de garganta que le habían detectado tiempo atrás. Y entonces enfrentó una situación límite.
María Eva Albistur tuvo operaciones muy severas en 2017 y 2019 y la recuperación fue muy lenta y difícil. Durante el periodo posterior a la remisión del cáncer no podía ni hablar, pero se ha ido recuperando poco a poco. Al pasar algo de tiempo, cobró fuerzas, y con todo y la pandemia encima, decidió que aquel disco debería ser terminado (tan sólo le faltaba mezcla y masterización).
Así fue como en 2021 surgió la versión definitiva de una obra a la que llamó Fénix (que editó ella misma) y cuya energía e intensidad contrasta con la melancolía de su periodo estrictamente rockero. Aunque ya estaban hechas, las nueve canciones quedan como una celebración total de la vida y un ejemplo más de que el arte es un elemento perfecto para enfrentar todo tipo de adversidades.
Fénix es un disco en el que la fiesta y el baile son una forma de resistencia ante la fatalidad y ello está presente en “El rayo”, un tema de impacto inmediato que nos remite a la parte más prendida de la obra de la chilena Javiera Mena y a la de sus paisanos de Entre Ríos.
Esta canción continúa llegando a otros países a través de un video en el que aparece una niña bailarina y que representa simbólicamente a la María Eva de la infancia. La chiquilla aparece en diferentes partes de Buenos Aires e intenta entrar en armonía con el sol.
Todo se fue enlazando para que el álbum se titulara como el ave mitológica que renace a través del fuego -una y otra vez-; cuando la bajista expuso todo el proceso a la prensa argentina, comentó:
“El disco fue el timón de todo este tiempo. Y tener una mirada positiva para salir adelante. Si me quedaba en lo negativo, me iba a resultar mucho más difícil salir adelante. La música me ha ayudado mucho siempre, cuando estoy bien y cuando estoy mal. De hecho, el momento más duro que tuve fue cuando no podía tocar; estuve varios meses sin poder tocar el instrumento”.
María Eva Albistur entró en una etapa de renacimiento a través de un pop electrónico directo y que la ha conectado con una mayor cantidad de escuchas que comparten esa vibra reivindicativa y le dan un cauce de renacimiento.
Y es que la artista no sólo se ha reinventado a través de sus propias canciones; cerró el año trabajando en la música para la nueva película de Vera Fogwill, Conversaciones sobre el odio, y formando parte del dream team que se armó para el homenaje a Charly García por sus 70 años de edad, y que tuvo una repercusión mundial.
En ese grupo se integró a Fernando Samalea, Fernando Kabusacki, “el Zorrito” Von Quintiero e Hilda Lazarazu -¡tremendos músicos todos!-.
A través de temas como el titular, “Zeppelin” y “Mi sombra” -en compañía de Yoko Honda y Alpha Trax y más apegada al 4 x 4 de la batería- María Eva se pertrecha en la música tras haber mirado de frente a la muerte; es una sobreviviente y sus canciones lo demuestran… ella es un Fénix que vuela orgulloso.
MARÍA EVA ALBISTUR
FACEBOOK | INSTAGRAM | YOUTUBE