¡Hola! Aquí les traigo otro estreno con olor a peyote y perfume francés.
Para esta ocasión especial de mixturas medio latinoamericanas y a veces medio spaghetti western, sumaron a la ecuación al productor mexicano Jiony, quien fue el responsable -entre otras cosas-, de esa textura en los graves necesaria para crear el ambiente agreste y sonido galopante que estaban buscando.
Así, esa magia jarocha que tiene Roberto Matthews (Yo soy Matt) para transformar cualquier base en un unicornio tropical, llega a un nuevo nivel sonoro con la intervención de Jiony y la voz siempre enamorante de Eva de Marce que, cante lo que cante, y diga lo que diga, es capaz de hipnotizar hasta al más despistado de los oyentes.
Por si no fuera todo ya todo lo suficientemente esotérico, profundizando en la existencia de esta Franca Barona nos enteramos de que es una baronesa, y que “Franca” -todo muy literal- viene de la franqueza; de la franqueza que implica querer vivir en libertad en vez de bajo el aplastante yugo de la nobleza española.
Ella, la protagonista de este cuento musical, logra finalmente escapar hacia el desierto y ahí, rodeada de fuego y naturaleza, se convierte en una bruja chamánica que termina por desvanecerse. Todo muy normal.
La cadencia misteriosa de “Franca Baraona” regala un trip musical tal vez comparable con la experiencia de escuchar un audiolibro; esto por la cantidad y la calidad de las imágenes que evoca, y por la sensación de aislamiento y atemporalidad que crea en alguna parte impronunciable del cerebro.
Por Kikimonki
Ven y cabalga sobre un manto de amapolas…
